Los datos crudos de la economía son angustiantes y aún quedan demasiados interrogantes
Edición Impresa | 22 de Septiembre de 2019 | 08:14

Osvaldo Granados
osvaldoperiodista@gmail.com
Cambiará la orientacion de la campaña. En el gobierno, Frigerio, Dante Sica, Vidal y R. Larreta señalan algo diferente. La consigna será: “no deje que alguien tenga el poder total”. Apuntarán a la historia: “Cada vez que alguien consiguió más del 50% de los votos todo termino mal. Perón en el 51, Menem en el 95, y Cristina en 2011. El poder absoluto –señalan - , corrompe absolutamente. Es decir –apuntan- , lo más probable es que no ganemos, pero no dejen que alguien pase por encima de las instituciones”.
Frente a los optimistas, Carrió, y los pesimistas, casi todos ex funcionarios, surgen los moderados y pragmáticos.
Si dejan en un solo grupo el dominio del país corren serios riesgos las instituciones.
Los escépticos expresan: eso no funciona. Apelar a la calidad de la democracia en Argentina no paga. La clave es el bolsillo.
Del otro lado, la reunión entre Alberto Fernandez y Carlos Melconian dejo bastante tela para cortar.
“Solo se puede bajar el déficit fiscal, a través de un plan económico integral. El control de cambios ya lo hizo Macri, vos solo tenés que continuarlo”, le señaló Carlos Melconian al candidato a presidente.
Allí surgio en el comentario la necesidad de tener un superministro de economía, como lo fueron Cavallo, Sourrouille y Lavagna.
Alguien que controle todo los botones. En definitiva, un fusible a mano si las cosas marchan muy mal.
El error de Macri, según ellos, fue que no quiso por ideología tomar medidas intervencionistas en los mercados. El 2018 se desmadroó todo, con devaluación, tasas altas e inflación.
Por eso aclaró Alberto Fernández , “no estoy atado a ningún dogma. Acá hay que ser realistas”. Sabe que tendrá desafíos extraordinarios -expresa Melconian- pero en la primera etapa no habrá problemas con el Instituto Patria.
Para muchos, La Cámpora va a esperar el fracaso de los moderados, como los llaman en privado.
El candidato defendió a Cristina en la conversación. “Hizo acuerdos con Chevron por Vaca Muerta, nadie en Venezuela lo habría hecho”.
El consejo del economista fue: “Arreglar y amigarse con Wall Street”.
Todos están de acuerdo en blindar Vaca Muerta con beneficios fiscales y nuevo régimen de concesiones. Tiene que igualar los costos de producción de la cuenca petrolera oeste de Texas, la más rica en producción. Seguridad jurídica y régimen laboral especial. Se necesitan 4.000 millones de dólares al año para mantener el potencial.
El temor de Alberto Fernández es la calle. Recomendó varias veces que se alejaran de los conflictos. Los grupos de izquierda van a permanecer. El candidato recuerda a Perón cuando muchas veces expresaba en los discursos : “De casa al trabajo , y del trabajo a casa“. Otros tiempos y urgencias.
En la larga convención quedaron muchos puntos sin resolver: ¿Qué harán con la desgravación del IVA, 21 % a los alimentos básicos? ¿ Qué pasara con el congelamiento temporario de la luz, gas y agua? ¿Tocarán las tarifas del transporte? El precio de los combustibles es clave. ¿Habrá negociación?
¿Cómo se logra un dólar alto para exportar si al mismo tiempo se promete impulsar el consumo interno?
En un punto estuvieron de acuerdo: “La recuperación llevará tiempo”.
Frente a tantos problemas, Alberto no quiere ir a un debate con todos los presidenciables. ¿Por qué?. Es muy simple, el que va ganando, dicen los libros, no tiene que arriesgar. En ese caso, durante el debate, estará Roberto Lavagna y el tema económico será la clave. Por eso tendría que hacer definiciones y evitar generalidades. Como está la situación, no será fácil. Es cierto, tiene todo para perder en un debate y nada para ganar.
Lo que va a traer problemas es haber adelantado que habrá un pacto sindical–empresarial. Porque se adelanta un acuerdo por 180 dias. En ese lapso habría algún congelamiento de precios.
¿Por qué?
La experiencia indica que los empresarios abren el paraguas antes de que llueva. Hay mucha gimnasia en los actores económicos.
La perspectiva de congelamiento antes de fin de año hará que muchas empresas lideres se cubran. Siempre hicieron un colchón –preventivo- en sus listas de precios.
Siempre aumentaron y por las dudas hicieron promociones. Por ejemplo llevar 2 y el segundo tiene un descuento del 50%. Reducen los plazos de cobranza, gradúan la entrega de mercadería.
Hoy las empresas están más preocupadas por cobrar que por vender.
Los gremios tratan de cuidar los empleos. Los sindicalistas enfrentan las comisiones internas donde ganó espacio el Polo Obrero.
Todos tratan de adivinar un futuro incierto.
Uno: Congelar precios pero ¿se podrán inmovilizar tarifas?
Dos: Hoy el precio del combustible está atrasado. ¿Lo dejarán como herencia para el que viene?
Tres: ¿Qué harán con las jubilaciones y pensiones que representan el 60% del gasto publico?
Cuatro: El gas natural debería subir 66% en enero o abril.
Demasiados interrogantes. Los datos crudos de la economía son angustiantes. Por eso, en el Instituto Patria hicieron apuestas: ¿Cuánto va a durar el primer ministro de economía de Alberto Fernández?
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