Colonia Urquiza: creció guiada por el espíritu de Tsutomo Matsunaga

El asentamiento rural de floricultores japoneses del noroeste de nuestro partido conserva el espíritu de sus pioneros, pero hay muchas historias que pocos conocen

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La rotonda de Ruta 36 y 520, desde el 10 de agosto de 1990 lleva el nombre de Tsutomo Matsunaga, un muy querido ciudadano japonés que vivió gran parte de su vida en La Plata, en donde se destacó en distintas ocupaciones. Además, puede decirse que fue el alma mater del fecundo, rápido y exitoso desarrollo del emprendimiento rural, que comenzó en los inicios de la segunda mitad del siglo veinte en Colonia Urquiza, aconsejando a los numerosos y laboriosos nipones, con quienes compartió los secretos del cultivo de flores en esta región de la Provincia, algo que ya años atrás él había aprendido.

Como se sabe, la Colonia General Justo José de Urquiza, más conocida como Colonia Urquiza, está ubicada en el área rural de la localidad de Melchor Romero, y se sitúa en el área comprendida por la calle 178 hasta Ruta 36, y desde la calle 513 a 448, cubriendo así una superficie de 724 hectáreas.

Originalmente fue dividida por el Consejo Agrario Nacional, en 85 parcelas, cada una de las cuales tiene una superficie de entre las 4 y 13 hectáreas.

Su emplazamiento se relaciona con las condiciones óptimas del terreno para la agricultura en especial, a la que luego se le sumó la floricultura.

HISTORIA POCO CONOCIDA

Para comprender el origen de esta colonia de floricultores japoneses, hay un dato histórico imposible de soslayar que indica que en el marco del denominado “segundo plan quinquenal” del Presidente Perón, se planificó el aprovechamiento de tierras cercanas a grandes centros urbanos para emplazar explotaciones agrarias.

Para ello se eligió a la Colonia La Capilla, ubicada en la zona rural del vecino distrito de Florencio Varela, y la Colonia Urquiza en el partido de La Plata. Por eso, ambas colonias se ubicaron estratégicamente cerca de grandes ciudades que a su vez eran y son polos de venta, distribución y consumo de las producciones de esos asentamientos.

En principio, la colonia local fue pensada para grupos de inmigrantes de distintas nacionalidades europeas, preferentemente italianos; los japoneses recién se incorporaron para finales de la década de los años cincuenta pero más que nada a partir de comienzos de los 60, siendo supervisados en gran medida por un inspector y un ingeniero en la agricultura u horticultura.

Sobre este tema, en una nota del diario de la colectividad japonesa en Argentina denominado “La Plata Hochi”, con sede en la ciudad de Buenos Aires, se expresó hace tiempo que el espacio donde actualmente se encuentra Colonia Urquiza “fue propiedad de dos inmigrantes terratenientes europeos. Uno de ellos, Guillermo Decker, holandés, tenía sus terrenos comprendidos desde la zona de Abasto hasta la Ruta Provincial Nº 36 y Ruta Nacional Nº 2. El otro, John Mhay, inglés, era el dueño originario del territorio de la Colonia, que comprendía desde la localidad de Melchor Romero hasta la calle 448 y desde 178 a Ruta Provincial Nº 36”.

También se indicó que “ante la inminente aplicación de la Ley de Nacionalización de grandes latifundios (expropiación de territorios en 1948) durante el gobierno de Juan Domingo Perón, estos terratenientes decidieron venderles sus tierras o gran parte de las mismas a sus puesteros o inquilinos (quienes resultaban ser vecinos) entre los que se contaban algunos que habían venido como inmigrantes a principios de siglo, tal el caso de la familia Perazo, que luego vendió parte de sus territorios a familias japonesas como los Tsuru, los Tsunoda, los Miyawaki. La familia Peña, compró tierras que actualmente ocupa la sede del club de los japoneses, que en la jerga popular se lo conoce como Campos Peña, y otros terrenos que luego vendió a familias japonesas, cumpliendo con la ley provincial que establece que los lotes no deben subdividirse en menos de 4 hectáreas”.

Las tierras que no se llegaron a vender fueron entregadas administradas a través de la cartera de Asuntos Agrarios de la Nación para derivarlas a la repartición de colonización; debido a ello, surgió un proyecto de colonización en pro de la agricultura u horticultura y se comenzaron a construir las casas dentro de predios de 4 a 8 hectáreas para los futuros inmigrantes.

Las primeras 5 familias que arribaron al lugar, de origen italiano fueron: en 1954 la familia Di Carlo, en 1955 las familias Fanara, Petix, Tripi, Di Marco y Vaccaro (esta última al poco tiempo emigró hacia la ciudad); en 1960 llegaron las familias Minela, Spina, Destro, Fragotti, Di Clemente, entre otras.

Tsutomo Matsunaga nació en Japón en 1899 y murió en nuestra ciudad en 1986

 

Según las apreciaciones del funcionario nipón Nakashima Tyoichiro, quien en los años 60 recorriera diversos lugares de los alrededores del Gran Buenos Aires, en busca de un sitio ideal para establecer una colonia de japoneses, reconoció este sector sur de La Plata como el más apto, por lo cual entabló negociaciones con el gobierno argentino para concretar un proyecto auspiciado por Japón, país en el que en 1954 se creó la Federación Japonesa de Asociaciones de Emigrantes presidida por Shozo Murata.

LLEGADA DE LOS JAPONESES

Según la llegada de los primeros inmigrantes japoneses a la Colonia Urquiza se puede identificar la procedencia de tres corrientes.

La primera es la que se relaciona con los que vienen directamente desde Japón, que intervinieron en el proyecto de estudiantes selectos que viajaron a California, Estados Unidos, para aprender o perfeccionarse sobre las técnicas de agricultura y que el gobierno japonés les propuso emigrar hacia la Argentina.

En Colonia Urquiza el precursor de este proyecto fue Nakashima Tyoichiro que logró instalar las primeras 10 familias.

La segunda corriente se relaciona con los japoneses que habían venido a nuestro país radicándose en otras zonas y que llegaron a Colonia Urquiza mediante la suscripción de un contrato con el gobierno argentino; eran, en su mayoría, jóvenes solteros que se habían instalado temporalmente en otras provincias; algunos regresaron a Japón y otros solicitaron oficialmente un lugar para poder establecerse, siendo la Colonia Urquiza la elegida para afincarse definitivamente.

La tercera corriente fue de japoneses que habían inicialmente emigrado a Bolivia y Paraguay. Llegaron a Colonia Urquiza y fueron contratados como empleados de otros japoneses hasta obtener el dinero necesario para independizarse y acceder a la compra del terreno, tal son los casos de las familias Morita, Wago, y Nishida, entre otras varias. El 90 por ciento de la población que vive actualmente en la Colonia lo hizo de esta manera.

LA PRIMERA FAMILIA

En los registros del lugar, de 1961, figura como la primera familia de origen japonés en llegar a Colonia Urquiza, a la de Tosaku Nishiiyama, de cuatro miembros, quienes se dedicaron al cultivo de claveles y contó con un invernáculo. Pero esa familia luego emigró a Brasil.

Entre las primeras familias japonesas fundadoras, del año 1962, sobre un total de 25, 12 tenían al menos un miembro que era técnico especializado en California, como en el caso de la familia Tsuruoka, que arribó desde la República Dominicana.

También desde la República Dominicana llegaron a Colonia Urquiza las familias Fuchiwaki y Maeda; la familia Satonobu, en cambio, provino de la provincia de San Juan, y la familia Nishida, de la República del Paraguay. En 1963 se instalaron 15 familias más.

En cuanto al lugar de origen en Japón de los miembros de la Colonia se pudo establecer que hay un gran porcentaje de la Isla de Kyushu, en especial de las provincias de Kagoshima y Kumamoto; de la Isla de Shikoku, de la provincia de Kochi, que presenta una particularidad muy especial, debido a la pobreza reinante luego de la Segunda Guerra Mundial.

También llegaron algunos inmigrantes procedentes de la Isla de Honshu, preferentemente de la provincia de Hiroshima y de la zona norte de Akita; en cambio, de la isla de Hokkaido arribó un numeroso contingente.

En cuanto a la presencia de okinawenses, que en Argentina ha sido muy notoria su entrada desde principios del siglo pasado, en Colonia Urquiza se registran pocas familias como las de Shimabuokuro y Yamasato.

EL CLUB JAPONÉS

En 1963 en Colonia Urquiza se fundó el Club Japonés con la participación de prácticamente la totalidad de los pobladores nipones de la zona.

En 1964, por iniciativa de 25 familias, se formaron en la institución las áreas de damas, jóvenes y béisbol, al tiempo que se iniciaron otras prácticas deportivas.

Con la asistencia económica del gobierno de Japón, en 1978 se compró la nueva sede de la entidad, la cual pasó a llevar el nombre de la Asociación Japonesa de La Plata.

La Asociación rápidamente se convirtió en un espacio de socialización entre los colones, pero además, actuó a manera de centro de fomento, motorizando la llegada de servicios públicos, como la pavimentación de algunas arterias en 1974, la llegada de la energía eléctrica tres años después, y el teléfono en 1989.

Otra labor fundamental de la entidad fue la de crear un espacio educativo para hijos de colonos japoneses a través de la formación en 1969 de una escuela propia “Nihongo Gakkó”, la que inicialmente funcionó en un terreno de una familia de la zona hasta que en 1987 tuvo su sede propia.

TSUTOMO MATSUNAGA

Tsutomo Matsunaga nació en Japón en 1899 y murió en nuestra ciudad en 1986. Se radicó en Argentina de joven y ya la década de 1930 lo encuentra instalado en La Plata.

Durante muchos años fue el responsable de los admirables jardines del hipódromo local, cargo al que volcó que los conocimientos que sobre el cultivo de flores en nuestra zona ya había adquirido a través de la experiencia propia, la que también aplicó en su conocida y tradicional florería de calle 12 entre 58 y 59 llamada “El Japón”.

Vivía en la zona de Parque Saavedra pero se radicó un tiempo en Colonia Urquiza, en donde fue el guía de los colonos nipones para la producción florícola.

También fue miembro activo de la colectividad japonesa en Argentina, al punto que logró que un hermano suyo fuese nombrado cónsul en nuestro país.

El 10 agosto 1990, con toda pompa, se realizó un acto en la rotonda de Ruta 36 y 520, al que asistieron diversas autoridades oficiales, para imponer al lugar el nombre de Tsutomo Matsunaga, descubriéndose en la ocasión un busto con su figura, el que tiempo después fue removido para su restauración, pero hasta ahora no ha sido reinstalado.

 

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