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Toda la semana |CÓMO RELACIONARSE CON LOS HIJOS

Afrontar la pubertad: generar confianza en lugar de reproches

El comienzo de la adolescencia es una etapa complicada para las familias porque los cambios de actitudes de los chicos son abruptos y muchas veces no hay empatía

Afrontar la pubertad: generar confianza en lugar de reproches

Muchos jóvenes se abstraen y no tienen tanto contacto con sus padres

29 de Noviembre de 2020 | 09:16
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De repente y casi sin que los padres se den cuenta, los hijos adolescentes pasan a estar como atrapados delante de la computadora todo el tiempo. Cuando llegan a la pubertad los padres suelen preguntarse a menudo qué es lo que hicieron mal y si pueden compensar de alguna forma las deficiencias en la educación.

“Después de todo, afortunadamente nadie tiene formación como padre, ni es un robot que lo hace todo bien”, asegura la psicóloga y escritora alemana Elisabeth Raffauf, que lleva talleres para padres de adolescentes.

LOS PADRES NO DEBERÍAN EMPECINARSE EN SUS PROPIOS ERRORES

El escritor y asesor en temas educativos Jan-Uwe Rogge aconseja recordar lo que se hizo bien. Para los chicos no es bueno que los padres se empecinen en sus propios errores, ni que sean demasiado complacientes.

Cuando un joven se encierra en sí mismo, comienza a faltar el respeto, roba o toma drogas, los padres no dejan de dudar y cuestionarse a si mismos. La falta o el exceso de higiene, la rebeldía, la impuntualidad, el consumo de alcohol, las malas notas en la escuela suelen aparecer durante la pubertad. “Los chicos no usan su fuerza para las notas, sino en la transformación del cuerpo de niño en el de un adulto”, señala Rogge.

Se aconseja a los padres evitar tomar el comportamiento de los hijos como una ofensa personal

 

Sobrepasar los límites forma parte de esa fase, asegura la pedagoga, escritora y consultora educativa Angela Kling. “Que los jóvenes busquen esos impulsos tiene que ver con el desarrollo fisiológico del cerebro”.

RECORDAR LOS PROPIOS AÑOS DE ADOLESCENCIA

En los talleres que imparte a los padres, Kling los anima a recordar sus propios años de adolescencia. “Entonces se dan cuenta de que han pasado exactamente por lo mismo”.

Elisabeth Raffauf generalmente aconseja a los padres que eviten tomar el comportamiento de los hijos como una ofensa personal. “Eso es lo más importante y a la vez lo más difícil de todo”, destaca. A su vez, tampoco es que los padres tengan que aceptarlo todo. “Cuando uno se siente insultado, lo primero que tiene que decir es: así no se habla”.

NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA LA EDUCACIÓN

Los padres deben evitar las acusaciones, los interrogatorios y los discursos, pero también es muy importante tener confianza, ejemplaridad de conducta y comprensión. En ocasiones los padres creen que en la pubertad ya es demasiado tarde para educar, sin embargo, la psicóloga Raffauf asegura que en absoluto es así. “Soy optimista”, agrega.

Es muy posible hablar abiertamente con el niño sobre lo que no se ha hecho bien sin presentar los problemas como una acusación. Los padres podrían decir, por ejemplo: “Antes no te involucraba demasiado en las tareas de casa, pero hay mucho que hacer. ¿De qué te puedes hacer cargo?”

NEGOCIAR EN LUGAR DE ARREGLARLO TODO

A medida que los niños crecen, los padres necesitan negociar en lugar de simplemente arreglar las cosas, apunta Kling. Recomienda reunir a todos los miembros de la familia una vez a la semana para debatir las tareas a realizar. Es importante que los padres no se dejen engatusar con vagas concesiones.

“Los chicos no usan su fuerza para las notas, sino en la transformación de su cuerpo”

 

En estas reuniones familiares, los jóvenes aprenden a argumentar en lugar de sólo aguantar y después escaquearse del trabajo, señala Kling.

La pubertad es un proceso desafiante no sólo para los niños, sino también para los padres. Después de todo, tienen que aprender que ya no pueden proteger a los niños de todo. “Los padres ya no pueden controlar la vida de sus hijos, sólo pueden ser compañeros. Y esta situación va ligada a la pena, el dolor y una gran incertidumbre”, enfatiza Kling.

LA PUBERTAD SIGNIFICA DECIR ADIÓS

Admitir el dolor de que la infancia ha terminado es un primer paso. Jan-Uwe Rogge aconseja involucrarse en esta la fase de la pubertad en lugar de resistirse a ella. No son las técnicas educativas las que son decisivas, sino la actitud con que se afronta.

“La actitud significa: puede ocurrir algo que uno no quiere que ocurra y eso está bien”, agrega. El trabajo de los padres es dar al hijo un marco en el que se sienta seguro y aceptado. (DPA)

 

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Negociar en familia: a medida en que crecen los hijos es importante conversar periódicamente con ellos sobre cómo repartir las tareas en la casa. Foto: picture alliance / Karl-Josef Hildenbrand / DPA

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