Advertencia sobre la sobrecarga en las mochilas escolares
Edición Impresa | 9 de Marzo de 2020 | 02:27

Una nota publicada ayer en este diario reflejó una advertencia formulada por el Colegio de Kinesiólogos bonaerense acerca de que el peso de las mochilas de los alumnos llega a superar el doble de lo recomendable y que, como resultado de ello, la sobrecarga puede derivar en serias lesiones en las columnas de los pequeños. Se trata de una recomendación que, en primer lugar, las autoridades educativas y los padres de los alumnos debieran tomar en consideración.
Según se detalló en el informe, traumatólogos y kinesiólogos sostuvieron que la cronicidad del sobrepeso de carga sobre las espaldas de alumnos y alumnas puede derivar en lesiones en columna y trastornos osteomusculares.
Destacaron en tal sentido que las recomendaciones internacionales señalan que el peso de la mochila no debería exceder el 10 por ciento de su propio peso: para un chico que pesa 40 kilos, una mochila debería pesar no más de 4 kilos, según indicó una integrante del colegio profesional. Pese a ello, y dependiendo de los requerimientos de cada colegio, la carga puede llegar hasta los 10 kilos, es decir más del doble de lo recomendado.
A raíz de ello, la entidad lanzó una campaña de campaña de prevención lúdica e interactiva titulada “Yo cuido mi cuerpo”, desde la que se hace hincapié en la prevención de lesiones en columna y trastornos osteomusculares bajo tres aspectos concretos: la importancia de la actividad física, el correcto uso de las mochilas y del uso de los dispositivos electrónicos.
El consejo básico es el de elegir una mochila que tenga acolchadas tanto las correas como la superficie que apoya sobre la espalda y que, en lo posible, tenga una tercera correa uniendo las otras dos, ya sea a nivel del pecho o la cintura, porque permite distribuir mejor el peso. Se consignó, no obstante, que el uso frecuente de una mochila del peso y tamaño adecuados igualmente puede provocar dolores musculares en cuello y lumbares, si el ajuste de las correas no hace que la mochila se apoye en el lugar correcto de la espalda.
Los especialistas destacaron que la mochila debe ir siempre “pegada a la espalda”, por lo que sugirieron que se coloquen los útiles más grandes y pesados en la parte posterior de la cartera. Un mal uso de las mochilas aumenta las posibilidades de padecer lumbalgias (dolores de columna lumbar) y de sufrir lesiones osteomusculares. Mientras que el impacto físico de la sobrecarga se agrava con el sedentarismo y los malos hábitos posturales.
En numerosas ocasiones se ha puesto de relieve en esta columna la importancia de que las medidas preventivas, de tipo médico, se empiecen a aplicar en edades tempranas. En este caso de las mochilas, ya conocido por cierto, no puede menos que cuestionarse a las autoridades educativas que se mantengan indiferentes, ante lo que puede convertirse en un perjuicio para la salud de muchísimos niños.
En este contexto, aquí se ha instado reiteradamente a que la escuela incorpore, desde los jardines de infantes, políticas preventivas, actividades y ejercicios dirigidos a que los niños internalicen conductas de cautela y precaución frente a cada uno de los peligros de la vida cotidiana. Aquí se trata de evitar un mal de tipo óseo o muscular, que puede agravarse con el paso de los años.
Esas medidas básicas de precaución, sumadas a las recomendaciones -como la formulada en esta ocasión por los kinesiólogos- sin duda contribuirían a reducir sustancialmente las posibilidades de que se presenten consecuencias negativas para la salud. Asimismo, no deben existir escenarios más propicios, como son las escuelas, para inculcar en los alumnos y sus familias, principios que hacen a la cultura médica preventiva de la población.
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