La pampa de las delicias

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Por MIRNA LEIVA (*)

He probado muestras de 10 bodegas bonaerenses que trabajan con vitis vinífera, y seis bodegas más que trabajan con vitis americana, de la variedad isabelina. Para el consumidor, me parece que es muy bueno que sepa que la provincia de Buenos Aires se puede dividir en tres clases de vinos: los de Tandilia, que nacen en un microclima con menos humedad y más insolación; los del Atlántico, en los que descuella el proyecto de Costa y Pampa, una bodega tan grande como lo es Trapiche; y los de garage, que serían los vinos de la costa local, ribereños.

Los tres tienen mucho para destacar: los vinos de la costa son frutados y se caracterizan por su baja graduación alcohólica. Esta variedad, isabelina, es la única que soporta las sudestadas. Los del Atlántico se destacan por sus variedades blancas, como sauvignon blanc, chardonnay, riesling, y los espumantes de pinot noir. Los vinos de Tandilia se destacan entre los tintos. Ahí tenemos de todo: malbec, tannat, cabernet sauvignon, cabernet franc, entre las cepas más destacadas.

Todo esto traza un corredor turístico que puede empezar en la costa y terminar en Tandil. Así también viene el maridaje genuino de cada lugar. Con los vinos de la costa se pueden probar ricos quesos caseros, de buena acidez, que acompañan la característica frutada. Con los del Atlántico van muy bien los pescados, y con los de Tandil, los chacinados.

 

(*) Sommelier del restaurante Cortez y del Salón Argentino de Bodegas de La Plata.

 

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