Poderes públicos en mora frente a las usurpaciones de tierras

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Sólo el desinterés y una inexplicable inacción de los poderes públicos puede permitir que en nuestra zona se venga cometiendo en modo permanente -desde hace muchos años y esto ocurre también en la actualidad- el delito de usurpación de tierras, tipificado en el Código Penal como delito contra la propiedad, que perjudica tanto a los propietarios y a los propios intrusos como a la capital de la provincia de Buenos Aires, cuya planificación urbanística se ve devastada por estas tomas ilegales y anárquicas.

Como se ha dicho en la edición de ayer, la toma de un predio de Los Hornos –incluso, pese a la cuarentena- se multiplica y de allí que aumenta el enojo de los vecinos. Se habla en este caso de la megatoma de terrenos en esa localidad, donde unas 160 hectáreas son ocupadas desde hace más de dos meses.

Tal como ocurre en muchas de las otras usurpaciones –todas ellas orquestadas por grupos mafiosos que, luego, venden las parcelas y concretan así fuertes ganancias a costas de los propietarios particulares o del Fisco, cuando este es propietario de las tierras tomadas- los vecinos aseguraron que el juzgado federal actuante “está ausente” y que la Gendarmería “sólo se dedica a mirar cómo entra gente para participar de los loteos irregulares y armar luego sus casillas”.

Se conoce que los vecinos, que denuncian el crecimiento constante de la ocupación, están realizando distintas gestiones para sumar pruebas, esperar que la Justicia adopte una decisión para erradicar la ocupación y que recuperar el barrio cuánto antes. Un grupo de frentistas ya tomó el número de las patentes de quienes llegan con rodados de toda clase: desde camionetas de gran porte, coches de alta gama y otros rodados con los que transportan los elementos para armar las estructuras.

Como se ha dicho, la megatoma de terrenos es una de las más grandes de la provincia de Buenos Aires y tiene escasos antecedentes en relación a la cantidad de terrenos ocupados. Se extiende de 76 hasta 91 y desde 141 a la calle 153. Las zonas más calientes dentro de la ocupación son las de 84 y 155 y 76 y 143. Remarcan que en esta última esquina, incluso, los intrusos montaron un puente de madera para pasar con los elementos de construcción. Las parcelas son ofrecidas en venta, detallaron, a través de las redes sociales.

A grandes rasgos, aludiéndose a todas las usurpaciones que se registraron y se siguen registrando en nuestra zona, que son muchas, puede señalarse que mientras diversos organismos del Estado con incumbencia en el tema disponen algunas acciones inocuas o analizan las medidas a tomar, las usurpaciones avanzan sin parar. En muchas ocasiones, inclusive, con amenazas a los vecinos y con presentaciones de los intrusos ante la Justicia, a raíz de presuntos abusos de la Gendarmería.

Se ha dicho muchas veces que la muy sensible y grave crisis de la vivienda no debe ni puede resolverse de esta manera, sino a través de planes accesibles y programas previamente regulados. También debiera señalarse es que nada justifica la impunidad con que se mantiene protegida a las mafias responsables de las usurpaciones, que concretan los despojos de tierras y luego se ocupan de venderlas en forma fraccionada y a precios muy bajos, aunque la rentabilidad global sea voluminosa. Hablar aquí del pago de impuestos o tasas resultaría un despropósito.

Por otra parte, La Plata no puede permitirse que se irradie un urbanismo caótico, que perjudica en forma integral a la sociedad. Bien se conoce que, tanto los intrusos como los vecinos históricos terminan por sufrir, a partir de una usurpación, toda clase de problemas y privaciones por inexistencia o las falencias de los servicios de infraestructura.

El Estado provincial se encuentra en deuda frente a las víctimas de estos delitos, convertidos en un verdadero flagelo. Y también incurren en mora injustificable, aquellos que tienen la responsabilidad de que rijan en forma efectiva las leyes y no lo hacen en debido tiempo y forma.

 

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