Las debilidades frente al coronavirus

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Otros estudios desarrollados en nuestro país en el marco de la pandemia, sostienen que los fumadores afectados con coronavirus tienen un 50% más de peligro de agravar su cuadro durante la enfermedad, e incluso corren mayor riesgo de muerte.

Desde la Dirección Nacional de Abordaje integral de las enfermedades no transmisibles, por caso, se advirtió sobre los riesgos asociados a fumar o vapear relacionados a la transmisión de COVID-19, como la expulsión de gotitas que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas.

En este sentido el especialista Mario Virgolini explicó que “para fumar, una persona se tiene que sacar el barbijo y, al exhalar el humo del tabaco, también provoca una nube de pequeñísimas partículas de saliva que, si está infectada, contiene una alta carga viral. De ahí que se recomiende al fumador no hacerlo cerca de otras personas o en ambientes cerrados”.

“Ya de por sí -añadió- un cigarrillo despide unas siete mil sustancias tóxicas, y ahora se agrega el peligro del coronavirus, porque al ingresar al pulmón del fumador disminuye la función inmune del pulmón y, al mismo tiempo, se generan daños en las vías respiratorias superiores haciéndolo más susceptible a la gravedad de los daños que puede causar la COVID-19. Y lo mismo se estima, aunque no haya estudios del coronavirus, con el consumo del cigarrillo electrónico o vapeador”.

Virgolini agregó que “al daño que el cigarrillo genera en el fumador, se agrega que sea un vínculo de transmisión, porque normalmente el fumador, al exhalar el humo, lo hace con más fuerza que en la respiración normal, se tiene que sacar el barbijo, y eso hace que las gotas pequeñas de saliva presentes en el humo puedan llegar a otras personas”.

Por su parte, Oscar Torres, presidente de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología, explicó respecto a la relación entre tabaquismo y coronavirus que “el fumador tiene una mayor predisposición a las formas graves de la enfermedad. Fumar cualquier tipo de tabaco reduce la capacidad pulmonar, conlleva un mayor riesgo de sufrir afecciones pulmonares graves y puede aumentar la gravedad de enfermedades respiratorias. La COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente a los pulmones, y el tabaquismo deteriora la función pulmonar y dificulta que el cuerpo luche contra los coronavirus y otras afecciones respiratorias”.

También la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un informe técnico en el que se analizaron 34 estudios realizados sobre consumo de tabaco y coronavirus.

Con la evidencia actual disponible, la OMS informó que fumar está asociado a una mayor gravedad de la enfermedad que provoca el coronavirus, así como de muerte en pacientes hospitalizados.

“Abandonar este hábito -sostiene la OMS- ayudará a pulmones y corazón del paciente a funcionar mejor desde el momento que deje de consumir estos productos. A los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas; a las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad; entre las 2 y 12 semanas mejoran la circulación y la función pulmonar; y a los 1-9 meses se reducen la tos y la disnea”.

 

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