Diego Capusotto: “La ficción es un mundo más amigable que lo cotidiano”

“Lo que teme la noche” es su reciente libro compuesto con poemas, el lado oscuro del actor que se opone a su figura pública

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El lado oscuro de Diego Capusotto se puede visitar en las páginas de su reciente libro “Lo que teme la noche”, compuesto por poemas que dialogan con las fotografías de Daniel Berbedés y que se oponen a la figura pública del actor, quien confies a que podría “correrse de la actuación, sin ningún problema, para seguir escribiendo poesía”.

“Aquí los muertos nos conocemos todos”, el verso que abre el libro publicado por Ediciones Lamás Médula, marca un tono, una isotopía que cruza el libro de la primera página a la última. Una poesía existencial, sin lugar para las referencias geográficas, biográficas o históricas, sostenida por una red semántica hecha de espanto, miedo, muerte, herida, daga y con una particular apropiación de elementos religiosos y cristianos. Y en el mismo registro, en un permanente diálogo transemiótico, aparecen las fotografías en blanco y negro del actor y director de teatro Daniel Berbedés.

El deseo del autor, quien participó desde 1992 en elencos de programas emblemáticos de humor de la televisión argentina como “De la cabeza”, “Chachachá”, “Todos por dos pesos” y “Peter Capusotto y sus videos” es que la noticia de la aparición de “Lo que teme la noche” no sea “confrontar el poemario con el personaje público, que sea solo un gesto con voluntad literaria”, explica Capusotto en una entrevista con Télam.

- ¿Cómo nació la idea de hacer un libro donde dialoguen las imágenes con las palabras?

- Desde hace años que tenía ganas de escribir estos poemas, pero no tenía tiempo. La cuarentena me vino bien para escribirlos, porque se suspendieron los trabajos actorales. La idea del diálogo entre lo escrito y la fotografía no fue planeado, nació a partir de un intercambio con Daniel Berbedés, a quien le mandé un poema y él me devolvió el gesto con una de sus fotos que tenía un lenguaje emparentado. Le empecé a mandar más poemas y él me respondía con imágenes de su arsenal fotográfico. Él también opinaba y mantuvimos una conversación de esta forma.

- ¿Por qué la muerte es el tema recurrente que cruza todo el libro?

- Supongo que tiene que ver con una edad donde la finitud está a la vuelta de la esquina. Las pérdidas que he tenido a lo largo de la vida y las muertes cercanas este año hablan sobre sí mismas en “Lo que teme la noche”. El libro tiene la encerrona de mirar el mundo desde un lugar más íntimo y más encriptado.

Siempre hay una decisión que después de ser creada ya no está más. El libro empieza a ser escrito por quien lo va leyendo. Estos poemas fueron lo que me hicieron resistir la inmovilidad que ha generado la pandemia, en un país en estado de indefensión. El libro está cruzado por imágenes de la angustia, pero también aparece la idea de la resistencia.

A pesar de que su escritura me protegió, no lo pensé para salvarme, todo lo contrario, lo hice para seguir interrogándome con certezas y con incertidumbres. Y surgió el tema, que no es lo que los humanos tememos de la noche, sino “lo que teme la noche”. El título, como en un exorcismo, me apareció directamente: fue vomitado, estaba temblando desde hace tiempo dentro de mí.

- ¿Cuáles son los autores a los que siempre recurrís?

- La propia voluntad me acerca -porque es un libro que yo he leído hace poco y me conmovió- al “Libro del desasosiego” de Fernando Pessoa. Siento que hay algo de él, de diferente forma, por supuesto, porque hemos vivido en distintas geografías, con sensaciones distintas. Recuerdo la conmoción al haber leído “El Anticristo” de Friedrich Nietzsche, hace treinta años y me quedaron frases e ideas que aparecen siempre y ahora puedo ver esa relación.

No soy un lector constante durante el año laboral, pero soy de esos que se van de vacaciones y leen en la playa a Heidegger y no tengo ningún problema de leerlo, porque leyéndolo debajo de la sombrilla o en mi casa voy a quedar afuera de muchas cosas y adentro de otras.

- ¿Cuánto de impostura actoral te parece que hay en el tono oscuro de tus poemas?

- En la escritura del libro hay un hombre alejado de la actuación, porque entre otras cosas no hay cuerpo ni territorio que recorra ese cuerpo. Hay también una intensidad en la catarsis de la escritura, pero que en la actuación siempre tiene una previa y en la escritura no. A una determinada hora del día me servía un vaso de vino tinto y escribía una poesía. Un ritual necesario para mí. Estaba encerrado. En un momento me convertía en loco malo que estaba escribiendo.

Al haber escrito este libro siento que podría estar haciendo más cosas ligadas a la poesía. Podría correrme de la actuación sin ningún problema para seguir escribiendo, porque también encontré en la creación literaria un espacio de intensidad y de placer. Quizá porque fue lo primero que escribí y me dio la misma sensación de la primera vez que subí al escenario y me di cuenta de que podía actuar. Con “Lo que teme la noche” encontré otro lugar y no sé si la actuación es mejor que escribir poesía.

- ¿Cómo pensás que juega en el imaginario del lector tu figura de cómico?

- Calculo que puede haber múltiples interpretaciones. Estarán los lectores que descubren que hay en mi poesía una intensidad con la que puedo generar cosas parecidas que con la actuación. También habrá lectores que harán una relación directa entre lo que actúo y lo que escribo: las dos cosas no son tan diferentes como se cree. Estarán los que esperaban poemas ligados al humor. Estas demandas no me afectan mucho. Siempre existen los malentendidos, los giros de confusiones que me causan mucha gracia. Que alguien me diga: “Ahora, boludo, te querés hacer el serio” me hace reír. No me enoja.

“El libro está cruzado por imágenes de la angustia, pero también aparece la idea de la resistencia”

“Lo que teme la noche”

Diego CApusotto Daniel Berbedés

Editorial: Ediciones Lamás Médula

Precio: $ 1.200

 

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