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Espectáculos |LA CARTELERA LOCAL

Todas las Barbaritas Palacios, de visita

La artista presenta en la Ciudad “Criolla”, un disco ecléctico que, dice, saca a relucir todas sus facetas musicales

Todas las Barbaritas Palacios, de visita

Palacios toca mañana junto a Puebla / Nora Lezano

17 de Diciembre de 2021 | 01:57
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“En ‘Criolla’ se incluyen todas las Barbaritas. Está la que le gusta más el folclore, la que le gusta más el rock y la que le gusta más la cumbia”, lanza Barbarita Palacios sobre su último disco, que mostrará mañana por la noche en nuestra ciudad.

En una fecha que tendrá lugar en la sala de 55 entre 17 y 18, y que Palacios compartirá con Puebla, mañana desde las 21, la artista e hija menor de Egle Martin presentará el que define como “un disco expansivo, donde siento que me amigué con partes de mi que no estaban incluidas en mis discos anteriores”.

“Cuando uno es más joven intenta romper con lo que tiene para formar su propia personalidad: en este disco no pasa eso”, reflexiona Barbarita, en diálogo con EL DIA. Hay, dice, “una madurez” en este trabajo que es, a la vez, la de su equipo de trabajo, conformado en la producción por Gustavo Santaolalla, Gaby Kerpel y Javier Casalla, gestado por los años de trabajo juntos, y la madurez propia, que “tiene que ver también con el feminismo: esto es lo que soy, es viejo estar enojada con una misma. Sí con el afuera, pero no con una, sabiendo que hay cosas que tienen que ver con lo que nos han impuestos, con los mandatos”.

Es en ese sentido que Palacios abraza en “Criolla” la herencia materna y hasta hace lugar a “Mbae Pa Ere Cheve Nde”, tema bailable escrito en guaraní grabado por Los Huanca Huá, que se madre nunca había registrado. “Acá mi mama en coros y recitado de su propia canción”, cuenta Barbarita.

En Semilla, banda de Barbarita que fusionaba rock y folclore, “más que nada quería romper con lo que traía de casa, aunque igual no salía, porque el folclore también viene de casa… Pero era un disco más adolescente, con más ganas de romper con cosas”, explica. Pero en “Criolla”, “la Barbarita hija de Egle Martin ya está instalada positivamente en mi, todo eso que viví, que mamé, forma hoy parte de mi música. Siempre formó parte, pero ahora lo reconozco y lo quiero”.

Lo que se sostiene es la dificultad para encasillar su obra, que se mueve entre géneros con felicidad y desparpajo. “Antes estaba el problema de las disquerías, no sabías dónde encontrabas el disco de Semilla, y en los festivales no sabían donde ubicarte”, se ríe Palacios.

Para la artista, de todas maneras, “el disco tiene mucha identidad, aunque no se pueda ubicarlo sí está claro que es un disco de una artista latinoamericana, y eso sí es importante para mí”. Y agrega además que incluso con ese costado ecléctico está amigada. “A mi me parece interesante hacer un disco que no forma parte de una tribu, sino que forma parte de la música. Es un disco recontra ecléctico, y también por eso es un disco que reúne a todas las Barbaritas, que son un montón, como le pasa a todos los artistas”.

Ese es el secreto por el que Santaolalla, dice, quiere trabajar con ella: “No sé si a Gustavo le llamaría mucho la atención trabajar con alguien que no rompe un poco con todo eso”.

Santaolalla, casado con su hermana, la acompaña desde los días de Semilla, y cuenta Barbarita que fue él quien le sugirió tiempo atrás dar el salto a la solista. Produjo “Si va”, su primer trabajo, y ahora “Criolla”, que llega seis años después porque “lleva tiempo hacer los discos de esta manera”, con el proceso metódico y el riguroso escrutinio de Santaolalla.

“Además hubo una pandemia”, acota Palacios: el primer sencillo del disco salió en diciembre de 2019 y aunque para marzo de 2020 pensaban sacar el disco completo, “nos agarró la pandemia”. Por eso Palacios pasó este año y medio lanzando adelantos del álbum, “pequeños munditos de ese gran mundo”.

“Espiritualmente, el disco me salvó la pandemia: si no hubiera tenido una depresión enorme, imaginate haber lanzado ese disco y no saber qué hacer…”, analiza la intérprete, y cuenta que aprovechó el tiempo ganado para gestar nuevas colaboraciones para sus temas: “Criolla cuenta con la participación de Fernando Ruiz Díaz, Julieta Venegas y Santaolalla, entre otros.

El resultado de esa propuesta ecléctica, expansiva y producida por las manos mágicas de Santaolalla es “una bestialidad”, dice Palacios. “‘Si va’, si bien ganó el Gardel, es un disco más introspectivo, más de búsqueda, de ver quién era como solista, en cambio ‘Criolla’ es un disco más para afuera”.

Un disco hecho para el reencuentro con la gente, también, “hermoso para tocar”, y que llegará a La Plata mañana, con banda completa por primera vez desde la pandemia.

“En ‘Criolla’ se incluyen todas las Barbaritas. Está la que le gusta más el folclore, la que le gusta más el rock y la que le gusta más la cumbia”, lanza Barbarita Palacios sobre su último disco, que mostrará mañana por la noche en nuestra ciudad.

En una fecha que tendrá lugar en la sala de 55 entre 17 y 18, y que Palacios compartirá con Puebla, mañana desde las 21, la artista e hija menor de Egle Martin presentará el que define como “un disco expansivo, donde siento que me amigué con partes de mi que no estaban incluidas en mis discos anteriores”.

“Cuando uno es más joven intenta romper con lo que tiene para formar su propia personalidad: en este disco no pasa eso”, reflexiona Barbarita, en diálogo con EL DIA. Hay, dice, “una madurez” en este trabajo que es, a la vez, la de su equipo de trabajo, conformado en la producción por Gustavo Santaolalla, Gaby Kerpel y Javier Casalla, gestado por los años de trabajo juntos, y la madurez propia, que “tiene que ver también con el feminismo: esto es lo que soy, es viejo estar enojada con una misma. Sí con el afuera, pero no con una, sabiendo que hay cosas que tienen que ver con lo que nos han impuestos, con los mandatos”.

Es en ese sentido que Palacios abraza en “Criolla” la herencia materna y hasta hace lugar a “Mbae Pa Ere Cheve Nde”, tema bailable escrito en guaraní grabado por Los Huanca Huá, que se madre nunca había registrado.

En Semilla, banda de Barbarita que fusionaba rock y folclore, “más que nada quería romper con lo que traía de casa, aunque igual no salía, porque el folclore también viene de casa… Pero era un disco más adolescente, con más ganas de romper con cosas”, explica. Pero en “Criolla”, “la Barbarita hija de Egle Martin ya está instalada positivamente en mi, todo eso que viví, que mamé, forma hoy parte de mi música. Siempre formó parte, pero ahora lo reconozco y lo quiero”.

Lo que se sostiene es la dificultad para encasillar su obra, que se mueve entre géneros con felicidad y desparpajo. “Antes estaba el problema de las disquerías, no sabías dónde encontrabas el disco de Semilla, y en los festivales no sabían donde ubicarte”, se ríe Palacios.

Para la artista, de todas maneras, “el disco tiene mucha identidad, aunque no se pueda ubicarlo sí está claro que es un disco de una artista latinoamericana, y eso sí es importante para mí”. Y agrega además que incluso con ese costado ecléctico está amigada. “A mi me parece interesante hacer un disco que no forma parte de una tribu, sino que forma parte de la música. Es un disco recontra ecléctico, y también por eso es un disco que reúne a todas las Barbaritas, que son un montón, como le pasa a todos los artistas”.

Ese es el secreto por el que Santaolalla, dice, quiere trabajar con ella: “No sé si a Gustavo le llamaría mucho la atención trabajar con alguien que no rompe un poco con todo eso”.

Santaolalla, casado con su hermana, la acompaña desde los días de Semilla, y cuenta Barbarita que fue él quien le sugirió tiempo atrás dar el salto a la solista. Produjo “Si va”, su primer trabajo, y ahora “Criolla”, que llega seis años después porque “lleva tiempo hacer los discos de esta manera”, con el proceso metódico y el riguroso escrutinio de Santaolalla.

El resultado de esa propuesta ecléctica, expansiva y producida por las manos mágicas de Santaolalla es “una bestialidad”, dice Palacios. “‘Si va’, si bien ganó el Gardel, es un disco más introspectivo, más de búsqueda, de ver quién era como solista, en cambio ‘Criolla’ es un disco más para afuera”. Un disco hecho para el reencuentro con la gente, también, “hermoso para tocar”, y que llegará a La Plata mañana, con banda completa por primera vez desde la pandemia.

 

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