Deian, el tercer Verón que llega a la primera del León

Más allá del amplio triunfo logrado por el Pincha, con los matices que correspondan, el ingreso de Deian Verón fue uno de los momentos destacados en el estadio de Arsenal de Sarandí, porque con la camiseta número 11 en la espalda, el que ingresaba era nada menos que el hijo del presidente del club, Juan Sebastián Verón, y nieto de uno de los jugadores más emblemáticos de la institución, Juan Ramón Verón.

“Es una emoción enorme. Arranca una nueva historia y espero dejar el apellido lo más alto que pueda... Cuando empezaron a llegar los goles pensé que era un partido en el que se podía dar mi debut”, reconoció el juvenil que en estos términos extenderá la dinastía Verón, iniciada por la Bruja y seguida por la Brujita, campeones y referentes para Deian, dentro de la cancha su estilo “es más parecido al de mi viejo que al de mi abuelo”, su primera vez en el fútbol grande, en una tarde donde todo le salió bien al equipo, quedará grabada en su memoria, porque la estaba esperando desde hace mucho tiempo, aunque la tenía al alcance de la mano desde que comenzó a jugarse la presente Copa de la Liga Profesional y su figura empezó a ser más habitual entre los suplentes.

Emocionado, el juvenil reconoció el aporte de Mariano Andújar, porque confesó que “me ayudó mucho en el día a día”, y no es poco ya que se trata de un experimentado que compartió equipo con su padre en campañas que hicieron historia.

En sus primeras declaraciones a la prensa como futbolista que pisó oficialmente el fútbol de Primera División, Deian Verón recordó que su debut se postergó “por las muchas lesiones que me persiguieron el año pasado”, las cuales, reconoció, “me costaron lágrimas, enojo y fastidio”.

Por esos obstáculos que debió superar en una etapa tan particular como la del año pasado, en medio de la pandemia por el coronavirus, Deian Verón aseguró que “poder debutar es una satisfacción enorme, muy esperada”.

Sobre quién le aconsejó más en su tránsito al fútbol grande, si su padre o abuelo, defendió a ambos explicando que “me dejaron hacer” y al momento de recordar a alguien en tan particular acontecimiento de su vida deportiva, no dudó en nombrar “a mi papá y a mi mamá”.

Por otra parte, y volviendo a su estilo de juego, consideró que “me identifico más con mi viejo que con mi abuelo, por la posición y la pegada”, aunque no dudo en asegurar que “heredé la mentalidad ganadora de mi abuelo”.