¿Qué pasó con el campo de juego?

Los encargados del césped Pincha explicaron que el problema fue en sectores puntuales producto de la resiembra de invierno

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Tras el clásico del domingo entre Estudiantes y Gimnasia, que terminó en empate 0-0, se habló mucho del estado del campo de juego de UNO y se lo puso en observación, primero por los dichos de algunos jugadores del equipo visitante y luego en las redes sociales.

La queja más importante fue la de Marcelo Weigandt, el lateral derecho de Gimnasia, que una vez finalizado el cotejo dijo ante la TV que el estado de la cancha les había impedido desarrollar su juego. “Si giramos y miramos, esta cancha está toda rota”.

Del lado de Estudiantes el primero en contestarle fue el capitán Mariano Andujar. “Es una cancha difícil, porque es diferente. Tiene otra tecnología. No tiene pozos, no tiene imperfecciones. Yo jugué en el San Ciro y en el Olímpico de Roma y esta cancha está a la altura, es de vanguardia”.

Pero el capítulo escenario no se terminó todavía. Y ayer desde el Pincha fueron contundentes: “Estaba en buenas condiciones, desde que empazamos a jugar acá vinieron muchos equipos y ninguno se quejó. Pero es verdad que es más mápido que otros”.

El argumento para explicar los resbalones de los jugadores, sobre todo en el lateral de 115, fue que semanas atrás se había resembrado y eso le quitó un poco la adherencia, pero nada que haya ameritado semejante repercusión.

“Después del partido contra San Lorenzo, el 29 de marzo, iniciamos el proceso de resiembra: cambiamos la grama de verano (Bermuda) por la especie de invierno (Ryegras perenne). Lo hacen todos”, explicó en diálogo con este medio uno de los encargados del campo de juego de UNO.

De inmediato dijo que primero se hizo un corte en el césped importante para bajar la altura habitual hasta llegar a la manta, el denominado Playmaster. “Luego se le pasó unos cepillos para que sólo quede erguido el sintético”.

“Después se sembró con la grama de invierno. Fueron 600 kilos de semillas. Y de inmediato el carpetado de arena, con la aireación con un tractor con púas de 9 milímetros”, continuó el especialista en campos de fútbol.

Tras seis días la semilla empezó a abrirse, primero con ese color flúo caracterísitco y luego el verde habitual. Pero aquí el problema: como el calendario tocó dos partidos de Estudiantes como local el campo recibió un entrenamiento a días de la resiembra, se jugó un sábado (el 10 de abril) bajo un diluvio y se volvió a disputar un encuentro el domingo pasado, previo entrenamento.

Desde el Pincha desistimaron que el campo de juego de UNO tenga pozos. “Ni uno solo. Esta cancha tiene una planimetría que te la da el sistema híbrido. Lo único que tenía era ese desgaste del pasto natural en algunos sectores, nada más”.

Tras el clásico el campo fue aireado nuevamente, se resembró y “para el partido contra Platense estará 10 puntos otra vez, como todos los partidos que a Estudiantes le tocó ser local”.

“Esta cancha no tiene ni un solo pozo. Puede ser que algún sector haya perdido pasto de la resiembra”

Explicaron desde Estudiantes

 

Al mismo tiempo, ante algunas protestas relacionadas a los grifos de riego, que se abrieron cuando Gimnasia todavía estaba haciendo su entrada en calor, los responsables explicaron que al momento de pisar el campo se les había avisado a los dos planteles que 15:30 iba a empezar a regarse.

“Si ustedes se fijan dos minutos antes Estudiantes se retiró a los vestuarios y Gimnasia no. El Profe, que estaba avisado, continuó con la entrada en calor sobre un costado pero algunos jugadores se quedaron a patear en el arco cuando se empezó el regado. De ninguna manera fue algo hecho a propósito”, finalizó.

SANCIONARON AL EMPLEADO QUE PROVOCÓ A LOS VISITANTES

Tal como publicó este medio en su edición del lunes, antes y después del partido hubo un cruce de palabras subidas de tono entre los 30 dirigentes visitantes que se ubicaron en el extremo izquierdo de la platea descubierta de 115 y unos hinchas de Estudiantes.

Según pudo saber ayer este medio, la presona señalada llegó junto a tres más hacia un extremo de la parte alta, donde estaba prohibido que accedieran. Una vez allí, cuando los visitantes aplaudían a sus jugadores, éste en cuestión les hizo un gesto que provocó: les mostró el número 7 (en alusión a la goleada de 2006) con sus dos manos.

“Primero escuchamos la versión de los allegados visitantes y luego la del empleado. Más tarde cotejamos con las imágenes del sistema de seguridad”, contó un dirigente que adelantó esta persona fue sancionada por una semana y se le descontará de su salario.

“Desde el Club Estudiantes se le pidió disculpas a Gimnasia, en la figura de Gabriel Pellegrino”, agregó la fuente consultada, que le restó importancia a lo sucedido.

También se refirió a lo ocurrido con Harrinson Mancilla, quien pateó dos tachos de basura al momento de ingresar al vestuarios tras ser expulsado. “El presidente (Gabriel) Pellegrino se comunicó con nosotros y nos pidió perdón por lo sucedido, para nosotros es un tema totalmente terminado”, indicó.

 

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