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Plan verde para chicos: cómo construir un mini jardín

Aprender y entrar en contacto con la naturaleza es un muy buen proyecto para los niños, que además aprenden a tener responsabilidades

Plan verde para chicos: cómo construir un mini jardín

Lo ideal es comenzar con las hierbas, como tomillo, perejil, albahaca o romero / Freepik

25 de Abril de 2021 | 08:55
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Los niños pueden crear un paraíso propio en su jardín. Ni siquiera hace falta contar con mucho lugar: un mini jardín de este tipo cabe incluso en una caja de madera.

De esta forma, los niños no solo aprenden mucho y asumen una responsabilidad frente a sus plantas, sino que, en tiempos de pandemia, se mantienen ocupados y entretenidos.

Antje Lobenstein, del Museo Alemán de Jardinería en la ciudad de Erfurt, explica cómo funciona esto: “Primero, los niños pueden dibujar en un papel cómo se verá su pequeño jardín. De esta forma pueden aprender técnicas de representación como la perspectiva del pájaro o trabajar con escalas”.

CÓMO PREPARAR EL JARDÍN

Luego viene la implementación: según explica, primero hay que armar la caja, que puede ser una caja de madera común, como las que se usan en las verdulerías para las frutas. Señala que lo ideal es colocar por debajo una tela de jardinería para que el agua no se escape.

Lobenstein, que suele construir regularmente este tipo de jardines con niños edad escolar en el museo, recomienda colocar adicionalmente una lámina de plástico por debajo de la caja si se la va a poner en el alféizar de una ventana.

Luego hay que llenar la caja con una buena cantidad de tierra, al menos cinco centímetros. Lo ideal es plantar hierbas que crezcan lentamente, como tomillo, cebollino, perejil, albahaca o romero, pero también flores como lobelia, según dice.

La jardinera da un consejo: comenzar en primavera con el precultivo de las plantas en semilleros. “Esto tiene la ventaja de que los niños pueden elegir las plantas más fuertes para su jardín. Al mismo tiempo, aprenden cómo crecen las plantas desde la semilla”, indica.

A continuación, los niños pueden transplantar las plantas a su minijardín: el romero, por ejemplo, puede convertirse en un pequeño abeto, el tomillo o el cebollino en un seto.

Como último paso, los niños pueden decorar su jardín. “Se pueden usar arena, guijarros, virutas de pizarra o piedras blancas para formar caminitos, o construir pequeños bancos con trozos de madera”, explica la pedagoga del museo.

Añadió que, quien así lo desee, puede incluir en su mini jardín un invernadero, un estanque o una fuente con láminas de plástico o incluso colocar un pequeño cuenco.

CÓMO CUIDAR BIEN EL MINI JARDÍN

“Es difícil que las hierbas sobrevivan al invierno”, afirma Lobenstein. Por lo general, el mini jardín dura apenas una temporada, de la primavera al otoño. Pero los niños pueden intentar en el otoño colocar las hierbas en una maceta más grande o, si cuentan con uno, trasplantarlas a la tierra del jardín de su casa.

Es importante que el mini jardín tenga luz suficiente, ya sea que está en el alféizar o fuera, en una terraza, en un lugar luminoso, según aconseja Lobenstein.

Los niños deben regar el jardín dependiendo del clima y la luz. “Lo mejor es que prueben con sus propios dedos si la tierra aún está húmeda”, añadió. Si está húmeda, no hace falta que rieguen.

Asegura que, con el tiempo, los niños van aprendiendo cuándo es necesario regar. “La idea es justamente esa. Que los chicos puedan empezar a percibir estas cosas”, afirmó.

“Los niños aprenden mucho y asumen una responsabilidad frente a sus plantas”

 

BENEFICIOS

Cuando se eligen actividades de jardinería para niños, estos realizan varias tareas que involucran el juego sensorial. Por ejemplo, meten las manos en la tierra, lo que provoca claras sensaciones físicas. Añaden un poco de agua y ven qué cambios provoca esto en la tierra. Ven crecer las plantas y flores o cultivan un vegetal que pueden comerse y ver cómo sabe.

Si se trata de un niño al que no le gustan las verduras o la fruta, una gran idea es intentar cultivar una verdura o una fruta. Que él vea cómo se planta, cómo se cuida y cómo crece. El niño estará tan orgulloso de haber cultivado un alimento que es muy probable que sienta curiosidad por probar el fruto de su trabajo.

Se puede animarlo a probar la verdura o fruta directamente desde la planta, solo con lavarla, o pedirle que ayuden a prepararla en la cocina. Podría convertirse en su nuevo alimento favorito.

Cuando se arma un jardín o pequeña huerta, se trata de cosas que van desde recoger semillas diminutas hasta arrancar malas hierbas y cuidar con mimo sus plantas. La jardinería fomenta el desarrollo de las habilidades motoras finas en todo momento.

Siempre surgen preguntas como: “¿Qué hace que las hojas sean verdes?” “¿Qué necesitan las plantas para crecer?” “¿Cuánta agua necesita la planta?” Es posible explorar la ciencia con ellos mientras practican jardinería. Esto demuestra, una vez más, que aprender puede ser divertido.

En la jardinería, mientras más manos trabajen, más ligero será el trabajo. La jardinería puede dar mucho que hacer, por lo que hacer el trabajo juntos, como familia, lo hace más llevadero y divertido.

Las plantas requieren mucho cuidado. Olvidarse de regarlas podría hacer que se sequen, es decir, puede hacer que mueren. También hay que prestar atención y ver si la planta prospera con luz del sol directa o indirecta ya que esto también puede afectar la salud de la planta. Aprender a cuidar las plantas adecuadamente es una gran lección de responsabilidad para los niños .

Algunas plantas crecen mejor en ciertas épocas del año. A otras, les va bien si la colocamos al lado de otra planta específica. Hay plantas que crecen bien en hileras, y otras, como las semillas de flores silvestres, viven mejor si las rociamos con agua.

Practicar jardinería es una oportunidad para hablar con nuestros hijos. Por ejemplo, podemos debatir sobre la mejor forma de ayudar a que el jardín crezca a través de la planificación y la organización. Una vez plantadas, hay que decidir quién cuidará de las plantas cada día, quién las regará, las vigilará, cómo les afecta el sol y cuándo puede ser una buena oportunidad para plantar más.

Hay que conocer cosas concretas como cuántas semillas se pueden plantar en cada maceta o en cada fila de un huerto. Cuántas plántulas pueden caber en cada caja del jardín o cuánta agua necesita cada macetero. Las matemáticas son una gran parte de la jardinería que los niños practicarán sin darse cuenta.

Que una planta crezca desde una semilla puede llevar días e incluso semanas. La jardinería, por lo tanto, es un gran recurso para trabajar la paciencia. El mejor, sin duda, porque esperar siempre trae recompensas.

Además, practicar la jardinería con niños es una actividad gratificante, por lo que siempre es un buen momento para empezar a crear un jardín urbano, jardín en un balcón o, simplemente, plantar varias macetas en la ventana que tengamos en casa.

 

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