Choques y descontrol en el tramo de la ruta 36, que cruza el partido de La Plata

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Los recientes reclamos de vecinos de Olmos por los peligros que implica circular por la ruta 36, que no se encuentra bien demarcada, carece de banquina y registra un altísimo tránsito –que, ahora, se ve fuertemente incrementado por el receso invernal- no hacen sino confirmar las protestas similares que desde hace año formulan pobladores cercanos a esa vía caminera, sometida siempre a un tránsito descontrolado y habitualmente muy rápido en el tramo que corre desde El Pato hasta más allá de la avenida 90, ya en la zona sur del distrito.

En esta oportunidad se registró un choque entre dos vehículos en la intersección de la ruta con la esquina de 51 y afortunadamente ninguno de los ocupantes de los dos vehículos terminó con lesiones de gravedad, pero el episodio reveló una realidad preocupante y desembocó en las protestas de frentistas de Olmos, cansados de enfrentar los riesgos que plantea la ruta 36, que conecta a la zona metropolitana con muchos balnearios de la costa atlántica y que suele ser elegida como alternativa de la cercana ruta 2.

Los vecinos de Olmos reclamaron como solución perentoria la instalación de un semáforo en esa esquina. Sin embargo, el problema es de fondo y merecería de las autoridades un estudio integral de las medidas que deben adoptarse, frente a la realidad, problemática por cierto, de que una ruta de alta velocidad atraviese zonas densamente pobladas.

Tal como lo reflejan los antecedentes, los testimonios de usuarios y de integrantes de los cuerpos de bomberos locales -que se han visto obligados a actuar en distintas emergencias-, la ruta 36 cuenta con sólo dos manos, una de ida y otra de vuelta, privadas de separadores, de modo que el sobrepaso de vehículos se vuelve extremadamente peligroso. La existencia de grandes curvas, mal señalizadas, constituye otra dificultad.

Asimismo, debe tomarse en cuenta que en años recientes se completó el pavimentado de la ex calle 11 (hoy la 469) que sale desde City Bell de modo que son también numerosos los automovilistas de la zona Norte –que incluye a Villa Elisa, Gonnet y otras localidades-, que eligen esta salida como alternativa para llegar a las rutas atlánticas, evitándose hacerlo por las tradicionales avenidas 520 y la 44.

Debe también ponderarse el hecho de que la ex calle 11 atraviesa una de las zonas florícolas y frutihortìcolas más activas de la Región, ubicada básicamente en Los Porteños y Colonia Urquiza, de modo que son también centenares los camiones y camionetas que se suman ahora, en forma cotidiana, a la ya sobrecargada ruta 36, que concentra entonces vehículos de distinto porte y que circulan a velocidades muy diferentes unos de otras. Falta, asimismo, en la intersección de la ex calle 11 y en otros cruces conflictivos señalización eficiente, rotondas o distribuidores para el ingreso y egreso de esta circulación local sobre la ruta 36, originándose en el cruce existente toda clase de riesgos.

Está claro –y las estadísticas, lamentablemente, lo vienen exigiendo- que los operativos de control del tránsito en las temporadas de vacaciones y en los feriados largos deben intensificar su accionar y redoblar esfuerzos en este largo tramo, en donde se han producido numerosos accidentes fatales. Ello, como solución provisoria mientras se dota a la ruta 36 de señalización, banquinas, divisores y otras mejoras estructurales.

En ese contexto, resulta prioritario que las autoridades responsables le otorguen atención a algunas vías camineras que, como el tramo aquí mencionado de la ruta 36 –aunque también se han producido accidentes muy graves en la zona más alejada de Pipinas- implican para los usuarios enfrentar injustificados riesgos y exponerse a riesgos demasiado graves.

 

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