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Pablo Bolino*

Estamos en la B, aún recuerdo los gritos del Tano Pasman que tuvo su momento de gloria cuando River Plate descendió y hasta el día de hoy siguen circulando memes en redes sociales en alusión a ese momento.

Esa imagen y aún peor es en la que se encuentra Argentina hoy, para la visión de los mercados: standalone. Para los ciudadanos de a pie, estos significa fuera de serie o fuera de categoría, inclusive más allá: inclasificable. La principal causa aduce a la severa imposición de un control de capitales estricto sin horizonte temporal claro y con la única excusa de no reducir aún más las alicaídas reservas del Banco Central.

Este contrapunto nos pone de manifiesto, otra pérdida de oportunidad de Argentina, como cuando se escurre arena entre las manos, que en 2019 nuestro país formaba parte del ranking de economías emergentes del MSCI y en tan poco tiempo nos fuimos del mapa.

Ahora se están adelantando los aumentos de paritarias, con total tinte electoral, más bonos para jubilados de $5.000 y empleados del sector de salud por $6.500, y además algunos incrementos en monto y de cobertura para beneficiarios de planes sociales; literalmente volcando millones de pesos, para tratar de hacer frente a la alicaída economía aunque con una inflación galopando, donde el Indec dio cuenta en julio un 3,2 por ciento, lo que representa más del 50 por ciento en los últimos 12 meses, rompiendo cualquier pronóstico fijado en el presupuesto nacional para este año, un 29 por ciento. A este nivel y a estos valores, ya se están estableciendo pisos del alrededor de 50 por ciento de inflación, siendo el segundo país en la región, luego Venezuela con mayor nivel de costo de vida.

Este nuevo escenario, genera arrancar desde un escalón más abajo aún, con lo que implica tener la energía suficiente para poder dar ese impulso a un escenario mejor, pero tiene sus consecuencias directas.

No solo resulta más difícil conseguir financiamiento para el Estado, es decir, financiarse a una tasa mucho más elevada en un mundo donde la tasa de interés es casi cero, sino también para el sector privado y principalmente para el sector exportador, único generador de divisas genuino para alimentar las reservas del Banco Central.

Está claro que las medidas económicas que ha tomado el Gobierno, basadas en aumentos de impuestos, entrega de subsidios a determinados sectores, y poniendo trabas en el sector exportador incluso con decisiones que alcanzaron hasta la prohibición de exportaciones, solo trae más ruido e incertidumbre al futuro de mediano plazo de la economía y los resultados están a la vista: más inflación, más pobreza y menos inversión. Tres variables económicas relevantes, que el mundo ya les encontró la solución para sus causas y sus consecuencias; están a la vista, a pesar de pandemia por medio.

Aún seguimos tratando de encontrar que el Gobierno brinde alguna señal con respecto hacia dónde va y que quiere hacer, porque esa respuesta es la que esperan no solo los mercados, sino también los argentinos.

*Licenciado en Economía (UNLP). Magister en Finanzas (UCEMA). Docente (UNLP y UCALP)

“Inflación, pobreza e inversión, tres variables económicas relevantes, que el mundo ya les encontró la solución para sus causas”

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