“Pandemialls”: el desafío de venir al mundo en medio de una crisis sanitaria global

María Verónica Ruiz y Elías Martínez tuvieron a su hija Pía en julio del año pasado, en plena cuarentena y afectados por el Covid

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Los primeros 14 días de su vida, Pía Martínez los pasó rigurosamente aislada. Es que le tocó nacer en medio de una crisis sanitaria mundial y en momentos en que su mamá y su papá estaban infectados por el coronavirus. Un doble desafío que hoy, pasado más de un año, quedó definitivamente atrás, con su carga de miedos, incertidumbres y ansiedades. Y sus papás, María Verónica Ruiz (38) y Elías Martínez (31) pueden contarlo como se cuenta una aventura con final feliz.

“Veníamos buscando un hijo desde hacía tres años y ya estábamos pensando en recurrir a algún tratamiento de fertilización cuando quedé embarazada naturalmente de Pía. Era diciembre del 2019 y el anuncio lo hicimos en la celebración de fin de año. Recuerdo que el coronavirus ya había aparecido, pero lejos. Era algo que pasaba en China. Y hubo un familiar que formuló la pregunta que estaba en la mente de todos: mirá si nace en pandemia”, recuerda María Verónica.

La llegada de la crisis sanitaria y el aislamiento a la Argentina encontró a Verónica en la etapa de los controles prenatales, que siguió con los más estrictos protocolos, pero en el marco de una fuerte incertidumbre.

“Ahora las cosas son muy distintas, se sabe mucho sobre el coronavirus. Pero en ese momento no se sabía casi nada y había menos herramientas. Eso generaba mucha incertidumbre. Y para mí, que soy naturalmente estructurada, fue un gran aprendizaje porque tuve que adaptarme día a día a una forma de hacer las cosas que no esperaba ”, sostiene María Verónica.

La madre de Pía, que se atendió en un establecimiento privado de la Ciudad, dice que los controles prenatales no se abandonaron en ningún momento, las embarazadas siempre tuvieron prioridad y los protocolos eran estrictos.

“Sin embargo, ya desde el principio todo representaba un cambio, porque Elías quería participar de todo y sólo pudo estar presente en una ecografía. Después ya no pudo entrar más conmigo a los estudios”, sostiene.

Si las cosas ya eras difíciles para María Verónica desde el principio, obligada a enfrentar un escenario desconocido para cursar su embarazo y los controles, se complicaron mucho más a finales de julio de 2020.

“El día 22 o 23 mi marido dio positivo de coronavirus y yo ya tenía fecha para agosto. Lo primero que sentí fue un miedo enorme por la bebé. Pronto descubrí que a eso tenía que sumarle otras complicaciones, ya que me informaron que tenía que hacerme todos los estudios otra vez, porque la presencia de la enfermedad alteraba todos los valores obtenidos en los estudios anteriores”, relata la mamá de Pía.

El alumbramiento finalmente fue por cesárea y María Verónica debió transitarlo sola, a pesar de los deseos de su marido de estar presente en ese momento. Pero el instante más tenso todavía estaba por venir.

“La bebé no tuvo coronavirus. Los médicos me habían dicho que había que estar atentos a cualquier síntoma que tuviera. Y en un momento en que comenzó a hacer un ruidito al respirar por la nariz la llevaron a neonatología para examinarla. Ese fue el momento más difícil que pasé. Pero duró sólo unas horas”, sostiene.

María Verónica dice que, aunque ningún familiar pudo estar con ella durante el nacimiento, se sintió “muy acompañada por todo el equipo de salud que me atendió, que estuvieron todo el tiempo pendientes de mi estado y el de la bebé, acompañado y conteniendo”.

Después de eso pudo volver a su casa con la beba, aunque manteniendo un aislamiento de 14 días que acentuaba la expectativa entre los abuelos, ansiosos por conocer a su nieto. “Un día fuimos en auto hasta sus casas para que lo pudieran ver a través del vidrio”, contó.

Hoy, superadas las tensiones de la experiencia, María Verónica dice que mantiene largas conversaciones con una amiga que también fue madre durante la pandemia. “Creo que por algo nos tocó vivir esto, que nuestros bebés, a los que llamamos cariñosamente pandemialls o cuarentenialls, nos vinieron a enseñar algo”.

 

 

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