Crean un nuevo método para estimar la edad de cadáveres
Edición Impresa | 14 de Diciembre de 2022 | 05:04

Investigadores del Conicet y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desarrollaron un método a partir del cual se puede estimar la edad que tenía una persona al morir a través del estudio de las articulaciones de la primera costilla que representa una importante contribución para la antropología forense, la bioarqueología y otras disciplinas.
Luego de cuatro años de trabajo, primero en Portugal y después en Argentina, relevando y procesando datos, los investigadores Leandro Luna y Claudia Aranda alcanzaron la meta estipulada: desarrollar un método económico y simple para estimar la edad de muerte de una persona adulta a través del estudio de las articulaciones de la primera costilla.
La investigación promete ser de gran contribución para la antropología forense, la bioarqueología y otras disciplinas orientadas al estudio del presente y pasado de poblaciones humanas como también puede ser clave en la identificación de desaparecidos. No es un dato menor el reconocimiento internacional que obtuvieron los investigadores con la publicación del artículo en el Journal of Forensic Sciences.
“Dentro de las actividades de laboratorio habituales de los bioarqueólogos y antropólogos forenses, existen numerosos procedimientos metodológicos que permiten estimar la edad de muerte de individuos adultos, con grados variables de eficacia. Las zonas que ofrecen la mejor información son dos articulaciones de los huesos de la cadera (coxales), denominadas sínfisis púbica (en la zona de los genitales) y superficie auricular (que articula por detrás con el sacro)”, explicó Luna.
El principal inconveniente es que estas dos porciones anatómicas suelen recuperarse de las excavaciones con algún grado de deterioro, en cuyo caso los rasgos que deben ser relevados para llevar a cabo una correcta estimación, están parcial o totalmente ausentes.
Para superar este inconveniente, equipos de investigación de diferentes partes del mundo se encuentran abocados a la generación y testeo de métodos alternativos a partir del relevamiento de otras porciones anatómicas del cuerpo humano.
“El método desarrollado por nosotros supera todos esos inconvenientes porque solo se requiere de un relevamiento visual de las articulaciones, sin necesidad de utilizar ningún tipo de tecnología. Asimismo, la primera costilla suele preservarse completa y es fácilmente identificable por su morfología particular, la licenciada Claudoa Aranda.
Respecto a cómo funciona este procedimiento, los investigadores explicaron que se basa en el “análisis de rasgos de cada articulación la primera costilla y de las modificaciones que van produciéndose durante la vida de las personas”.
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