“Pirotecnia cero”: fijan nuevas reglas de juego para la Provincia

Hace pocos días la Legislatura bonaerense sancionó la ley que prohíbe la venta de pirotecnia sonora en todo el territorio provincial -algo que ya tenía vigencia en algunos municipios, pero que carecía de una regulación general-, en una situación que, formalmente entraría en vigencia a partir de la promulgación por el Ejecutivo, de no existir vetos a la norma.

Tal como se informó en este diario, la ley prohíbe “la comercialización de artificios pirotécnicos y de cohetería de uso recreativo de alto impacto sonoro en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires”, para “proteger la salud y el bienestar de la población y el ambiente de los efectos audibles, fumígenos, químicos y/o físicos”.

La iniciativa, entonces, establece la “pirotecnia cero” en toda la Provincia, en un contexto marcado en los últimos años por la acentuación de distintos controles por parte de organismos oficiales para regular el uso de la pirotecnia, fijándose requisitos destinados a reducir los peligros propios de la manipulación de los llamados fuegos de artificio.

Por su parte, ayer se reflejaron en las columnas de este diario las advertencias y recomendaciones formuladas por oftalmólogos y representantes de otras entidades médicas, que salieron a pedirle a la comunidad que evite su uso y que, en caso de hacerlo, se extremen las medidas de precaución en estas jornadas festivas.

Detallaron que las zonas del cuerpo más afectadas por accidentes con pirotecnia “suelen ser los brazos, las manos y el rostro porque muchas veces el tiempo que transcurre entre el encendido y la explosión no es el suficiente para adoptar una distancia prudencial”.

Alertaron que el 75 por ciento de las lesiones oculares se deben a la mala manipulación de pirotecnia, añadiéndose que las quemaduras, laceraciones, abrasiones, desprendimiento de la retina, daños en el nervio óptico, perforaciones o estallidos del globo ocular son algunas de las consecuencias más frecuentes de este tipo de accidentes.

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La ley provincial sancionada prohíbe “la comercialización, la venta al público mayorista o minorista, la venta ambulante en la vía pública y el uso particular de artificios pirotécnicos y de cohetería de uso recreativo de alto impacto sonoro, cualquiera fuera su característica y naturaleza, como así también los denominados globos aerostáticos de pirotecnia”.

Tal como se dijo ya en esta columna, cuando comenzaba el tratamiento de la ley, de no existir alguna contramarcha institucional, está claro que la ciudad de La Plata -convertida en las últimas décadas en una virtual capital de los Muñecos de Fin de Año, en cuya construcción se lograron plasmar verdaderas obras artísticas- debería, entonces, acatar la norma a su entrada en vigencia o, en todo caso, ajustar requisitos para impedir que esas figuras contengan pirotecnia ruidosa en su interior. Con la consigna “más luces, menos ruidos”, el Concejo Deliberante local sancionó el jueves una ordenanza que prohíbe el uso de bombas de estruendo y pirotecnia sonora.

En numerosas ocasiones se ha instado en esta columna a que se originara en la población una conciencia preventiva y se extremara la prudencia en el manejo de este tipo de productos. Se reclamó, asimismo, que se desarrollaran campañas destinadas a valorizar la alternativa de festejar sin excesos, con sumo cuidado en la utilización de la pirotecnia y, fundamentalmente, no permitir que ésta fuera manipulada por menores.