Una verdadera injusticia: no paran los robos en el barrio de Tribunales

“Si a las puertas de Tribunales, la inseguridad está desatada, qué se puede esperar en los sectores de la periferia”. La reflexión, de un vecino de esa zona de la Ciudad, desnuda una realidad tal vez impensada para muchos: en los alrededores del Palacio de la Suprema Corte bonaerense y, otras dependencias del fuero, el delito no muestra freno hace tiempo. Una verdadera injusticia.

Ayer, a las 8 de la mañana, una mujer llegó en moto a su trabajo, frenó en la puerta, pero antes de que pudiera bajarse, apareció un hombre, que le mostró un arma y le exigió la entrega del rodado.

Si bien, de acuerdo a lo que se pudo ver gracias a una cámara de video, hubo una acción tal vez instintiva de no querer reconocer lo que estaba pasando, el delincuente se puso firme y concretó su propósito sin necesidad de golpes ni forcejeos.

Todo pasó en la calle 46 entre 15 y 16. Por esta última arteria tomó el ladrón, que se alejó del lugar con rumbo desconocido.

Un rato más tarde, víctima de una sensación de angustia e impotencia, la damnificada se presentó en la seccional primera de La Plata para radicar la denuncia.

Seguramente, las imágenes del equipo de seguridad serán ahora una de las herramientas clave para identificar al asaltante, que vestía un pantalón de grafa, buzo canguro y anteojos de sol.

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Hace pocos días, en ese mismo barrio platense, hubo otro hecho, esta vez con más víctimas.

Sucedió en un local de quesos y fiambres “Pepper”, que está situado en 15 entre 45 y 46.

Pablo, el propietario del comercio, le contó ayer a este diario que “estábamos con mi señora y había dos chicas comprando. Ahí cayeron dos en moto, bajó uno y nos encerró a todos en el baño”.

“Se llevó la plata de la recaudación, entre 15.000 y 20.000 pesos y también dos celulares”, indicó.

Se supo que el ladrón estaba encapuchado y con un arma de fuego.

“Todo pasó bastante rápido. Calculo que duró un minuto. Nunca nos habían robado desde que abrimos este negocio, hace 6 ó 7 meses”, destacó el comerciante.

Seguidamente, mencionó que “los delincuentes vinieron directamente a robar. El ladrón que entró acá nos decía `no se muevan´, luego ``agáchense´ cuando nos hizo pasar del otro lado del mostrador, aunque enseguida nos obligó a todos a entrar al baño”.

Pablo habló de que se trató de un episodio “bastante tenso” y mencionó que “la Policía nos dijo que al parecer ese mismo día robaron en cuatro ó cinco locales, aunque no sé en qué comercios”.

La quesería tiene cámaras de seguridad, aunque los autores del golpe tomaron la precaución de actuar con sus rostros cubiertos.

“También tenemos alarma y vamos a ver si colocamos alguna reja, como una medida más de prevención, aunque nada alcanza con la inseguridad que hay actualmente”, concluyó.

18 CASI 47

Más atrás en el tiempo, aunque no mucho, un joven de 24 años estaba en el auto de la madre, esperando que la mujer bajara de su departamento, cuando apareció un joven delincuente, que lo apuntó con un arma de fuego y lo obligó a salir del coche, previo exigirle la entrega de una campera de la conocida marca del cocodrilo.

Con el rodado se llevó también un iPhone rojo, una notebook y un bolso con más prendas de vestir.

El hecho se registró en la calle 18 casi esquina 47.

Si bien el vehículo apareció días después en el barrio San Carlos, el resto de los objetos no pudieron ser recuperados. Todo pese a que el celular, durante varias horas, fue arrojando su localización.

Por si fuera poco, en esa zona se denunciaron otros episodios de inseguridad, incluso con el ingreso de delincuentes a distintas propiedades.

“Lo que estamos viviendo acá no se puede creer”, mencionó un frentista, que pidió reserva de identidad.

En el barrio, cabe destacar, también está cerca la delegación local de la Policía Federal.

Sin embargo, nada frena a los amantes de lo ajeno, que se mueven como “pancho por su casa” y escapan antes de cualquier posible intervención de la seccional de la jurisdicción.

Precisamente, algunos en la zona hablan de que “acá confluyen las jurisdicciones de las comisarías primera y cuarta. Es como una especie de triángulo de las bermudas. Que es mío, que es tuyo, empiezan las discusiones, pero los minutos corren y los chorros se rajan siempre. No falla”, describió otro habitante del sector.

Hace meses que el delito se apoderó de los alrededores del Palacio de la Corte provincial

Si bien los rondines preventivos están a cargo del Comando de Patrulla, “los móviles no se ven por ningún lado. Estamos en una zona de juzgados, estudios jurídicos y distintos organismos públicos, pero es increíble. Roban todo el tiempo. Desde la mañana hasta la noche”, se quejaron en el barrio.

Por eso exigen la distribución de personal, aunque sea motorizado, para cumplir con las tareas de prevención tan necesarias.