El uso de la bicicleta en la Ciudad implica riesgos y deberes que se deben conocer
Edición Impresa | 1 de Febrero de 2022 | 05:41

Si bien la pandemia incrementó el uso de bicicletas a partir de la restricción de la circulación social y de los medios públicos de transporte, el fenómeno se venía registrando desde hace más de tres décadas, aunque es indudable que en los últimos dos años el auge en el uso de estos vehículos se disparó, consolidándose así su presencia en la Ciudad. Ello ha generado un verdadero impacto en la dinámica urbana y lo cierto es que merece urgentes adecuaciones.
La propia y nueva dinámica que plantea esta tendencia, obliga por lo pronto a promover en los nuevos protagonistas de la calle la toma de conciencia sobre los obvios riesgos que enfrentan y, por supuesto, la necesidad de que, al igual que los demás usuarios del diagrama callejero, cumplan en forma estricta con las señales luminosas y las demás regulaciones del tránsito. Está claro, lamentablemente, que algunos ciclistas se consideran exentos de cumplir con esas leyes. Desde luego que los conductores de automóviles, motocicletas y otros vehículos de mayor porte deben respetarlos.
Un informe publicado ayer en este diario aludió no sólo a la incorporación de los ciclistas como nuevos usuarios de la vía pública, sino a las medidas que falta adoptar en materia de servicios y equipamientos.
Para dar una referencia concreta sobre el crecimiento, se reprodujo un trabajo estadístico de la Cámara Industrial de Motocicleta, Bicicleta y Rodados Afines (CIMBRA) en el que se informó que en 2020 se comercializaron 1,6 millones de unidades, un boom que siguió en crecimiento durante 2021, cuando se registró un 50 por ciento más de ventas comparado con lo que ocurrió a fines del año anterior.
El boom se advierte también el diseño de las calles, que incorporó sendas y zonas de uso exclusivo para ciclistas. Con algunas críticas y reparos, se siguen sumando bicisendas en la Ciudad y crece la demanda por los préstamos de rodados en el programa que tiene la Comuna en distintos predios públicos, según se informó.
El mucho mayor uso de la bicicleta quedó confirmado, asimismo, por trabajos realizados en fecha reciente por el Observatorio de Movilidad del Gran la Plata (OMUGLP) del Instituto de Investigaciones del Ambiente Construido de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP y el CONICET, en el que, entre otras referencias, se destaca que el un 50 por ciento de pasajeros del servicio público de transporte de pasajeros se volcó a andar a pie o a usar la bici
Ciclistas que cruzan los semáforos en rojo –sin advertir los peligros que ello implica-, que circulan sin casco y llevando niños, que escuchan música mientras manejan o que zigzaguean de carril en carril entre automóviles, forman parte de las actitudes que ahora las autoridades del tránsito deberán advertir y llegado el caso sancionar.
Una cosa y muy positiva es que las bicicletas se vayan imponiendo como medio alternativo de transporte y otra, muy distinta, es que los ciclistas crean erróneamente que a ellos no les concierne cumplir con las leyes que regulan el uso de la vía pública.
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