“Minions 2”: el fenómeno amarillo vuelve a tomar al cine por asalto

Algunas de las estrellas más grandes del cine apenas hablan inglés o cualquier otro idioma: claro, ocasionalmente se les puede escuchar decir “¡banana!”, pero la mayor parte de lo que dicen son sonidos extraños, que a veces parecen versiones aniñadas de palabras en otros idiomas y a veces simples sinsentidos. Hablamos, claro, de los Minions, probablemente las estrellas de cine en lengua extranjera más populares y lucrativas del mundo, incluso si el “minionés” no es un idioma reconocido oficialmente.

De hecho, “Minions”, la tercera entrega de la saga que comenzó con ”Mi villano favorito”, fue hasta 2019 la película más taquillera en la historia argentina, ahora superada por “Toy Story 4”; el plan es recuperar el trono a partir del jueves, cuando las criaturas amarillas con gafas regresen para expandir aún más su considerable imperio en “Minions 2: Nace un villano”.

“Minions” es en realidad un “spin-off”, una película derivada de “Mi villano favorito”, que tiene cuarta entrega prevista para 2024. Entra ambos, ya se ubican como la franquicia de cintas animadas más lucrativas de la historia con más de 3.700 millones de dólares recaudados en la taquilla mundial. Se estima que con “Minions 2”, que le dará otro empujón a una taquilla que busca recuperarse después de la pandemia, podrían llegar a superar los 5 mil millones de dólares.

En “Minions 2: nace un villano”, Gru tiene todavía 12 años

Motivo más que suficiente para que Universal Pictures retrasara “Nace un villano” durante los últimos dos años de la pandemia, a la espera de un verano (del hemisferio norte, el principal mercado) ya libre de COVID, protocolos, miedo al cine y aforos: es que en cuestión de 12 años, los Minions -una horda de secuaces en su mayoría incompetentes, pero ferozmente leales que se roban la escena- se han convertido en una fuerza formidable con una presencia cultural omnipresente, y, como tal, en una de las principales armas de batalla de Universal en las boleterías.

Todo, a partir un acierto de los directores de la primera entrega. Los Minions era, como su nombre en inglés lo indica, simples secuaces en el guión de “Mi villano favorito”: cuando los cineastas y artistas del estudio de animación con sede en París Illumination estaban desarrollando la primera película de la franquicia, siguiendo ese guión, los imaginaron como tipos corpulentos y duros, casi como monstruos orcos y mecánicos al servicio del villano titular.

Entonces fueron diseñados como robots de forma cilíndrica. Pero los realizadores, incluidos Renaud, el codirector Pierre Coffin y el director de arte Eric Guillon, siguieron jugando con el concepto, tratando de canalizar el espíritu de los Jawas de “Star Wars” o los Oompa Loompas de “Willy Wonka y la fábrica de chocolate”). Dado que “Mi villano favorito” se basaba en Gru, el malvado protagonista, los Minions necesitaban ayudar a equilibrarlo. Si los Minions lo amaban, él podría corresponderles.

“Pierre fue quien dijo: ‘Quizás no deberían ser robots’’’, recuerda Renaud. “Le dije: ‘Bueno, ¿qué pasa con la gente topo?’. Y él dijo: ‘No sé qué es eso’. Así que le envié un par de bocetos feos a Pierre y Eric, y luego Eric hizo un boceto que es básicamente lo que vemos hoy. Dijimos: ‘OK, eso parece una píldora con unas gafas protectoras. Podría funcionar’’’.

NATURALEZA “MINION”

Así es que nació esta atolondrada pero adorable raza que se convertiría en millones de peluches. Pero, ¿qué eran exactamente los Minions? Ni sus creadores estaban seguros en un principio. Reflexionaron sobre una amplia gama de ideas. ¿Fueron creados en un laboratorio por el fabricante de dispositivos de la película, el Dr. Nefario? Los Minions eran efectivamente una página en blanco, y los cineastas podían canalizar casi cualquier influencia bufonesca a través de ellos, desde Charlie Chaplin hasta James Bond. Un gran avance, dice Renaud, se produjo mientras estaban escribiendo una escena en la que los Minions elaboran el perfil de citas por Internet de Gru y “son completamente incompetentes”.

Fue entonces cuando los realizadores de “Mi villano favorito” comenzaron a sentir que habían dado con algo potencialmente grande: una verdadera creación de dibujos animados con posibilidades ilimitadas. Los Minions, con los ojos muy abiertos y (en su mayoría) inocentes, eran como niños. “Cuando hacemos trabajos de diseño, son como animales bebés”, dice Renaud. “Incluso si se están portando mal, los perdonas y te ríes de eso, como lo harías con tus propios hijos”.

Y esa se transformó en la superpoderosa premisa de la franquicia: estas criaturas que debían servir a su villano eran las que casi siempre cometían los errores que desataban la trama.

Debido a que los Minions comenzaron vagamente definidos y con una naturaleza un tanto misteriosa, la franquicia les ha dado la oportunidad de evolucionar continuamente. En “Minions”, de 2015, su historia de fondo se completó un poco: una escena los siguió a través de la historia y una larga lista de jefes, desde un tiranosaurio hasta Napoleón, a todos los cuales los Minions sabotean sin darse cuenta.

“Hay una paradoja sobre ellos”, dice Kyle Balda, director de “Nace un villano”, “Minions” y “Mi villano favorito 3”. “Quieren servir a una especie de jefe malvado, pero en realidad no hay nada malo en ellos. Son bastante bondadosos, excepto que les gusta ver a otros fallar un poco. Se ríen de la desgracia del otro. Tienen muchos defectos, pero sus defectos terminan sirviéndoles. Una de las cosas que solemos decir es que ellos fallan de manera ascendente’’.

“Hay muchos de ellos, por lo que tienen una especie de poder que pueden abrumar’’, completa la idea Chris Renaud, productor de “Nace un villano” y director de las dos primeras “Mi villano favorito”. “Es como poder por agotamiento”.

Pero todos estos elementos de los personajes amarillos quizás no hubieran sido nada exitosos de no ser por un aspecto clave: la voz de Coffin de los Minions. Coffin ha dado voz (con la ayuda de la modulación de tono) a casi todos los minions en cada película, escupiendo medias palabras, onomatopeyas y una bolsa de sorpresas de expresiones en una amplia gama de idiomas. Si Coffin y el equipo almorzaban comida india, los Minions gritaban “¡Tikka Masala!”.

LA SEGUNDA PARTE

Ya convertidos estos aspectos de los personajes en parte de nuestro acervo cultural, la historia de los Minions seguirá ampliándose en esta segunda entrega, que comienza justo donde terminó la primera, cuando los Minions se encontraban por primera vez con su nuevo jefe, Gru. “Es como una comedia romántica en la que no todo sale bien al principio”, dice Balda. “Un chico conoce a una chica, el chico pierde a la chica, el chico recupera a la chica. Pero en este caso, Gru es la chica porque los Minions son quienes realmente lo están cortejando”.

El protagonista de “Mi villano favorito” tiene entonces solamente 12 años, vive en los suburbios en la década de los setenta y que conspira para dominar el mundo desde el sótano de su casa, aunque quiere que lo tomen en serio como villano. Cuando el malvado supergrupo de supervillanos conocido como los Vicio6 destituye a su líder —el legendario luchador de artes marciales Willy Kobra— Gru, su fan más devoto, se entrevista con ellos para convertirse en el nuevo miembro del grupo. Los Vicio6 no se dejan impresionar por el diminuto aspirante a villano; entonces Gru se muestra más listo que ellos (y los enfurece), convirtiéndose repentinamente en el enemigo mortal de la cúspide del mal. Con Gru a la fuga, los Minions intentan dominar el arte del kung-fu para ayudar a salvarlo: claro, con el tamaño de sus piernas, patear como Bruce Lee se complica... de la que los creadores no se hacen cargo: los Minions están a cargo. “Es casi como si los Minions te dijeran lo que quieren hacer mientras los dibujas”, dice Balda.