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Información General |Historia de vida

Norberto Osvaldo “Coco” Sánchez: la fuerza de querer seguir haciendo hasta los 100

Fue presidente de Gimnasia y lo es actualmente del club Brandsen. Empresario, dirigente comunitario y de numerosas entidades comerciales, recuerda sus orígenes humildes en el barrio de toda su vida, y la pasión tripera que nunca lo abandona

Norberto Osvaldo “Coco” Sánchez: la fuerza de querer seguir haciendo hasta los 100

Norberto “coco” Sánchez, en una visita a la redacción de el DIA

Ricardo Castellani

Ricardo Castellani
rcastellani@eldia.com

31 de Julio de 2022 | 06:09
Edición impresa

Ahí anda el Gallego Sánchez, con sus 85 años a cuestas, paseando por la España de sus raíces. Dejó su barrio platense de toda la vida el 27 de junio último y ya anduvo por Madrid, Cádiz, Málaga y Andalucía, haciéndose un tiempito también para recorrer Algarvez, en Portugal. Es un viaje planeado desde hace tiempo con Mirtha Lucrecia Rojas, su compañera de siempre, pero que también aprovecha para buscar oportunidades para sus otros amores, Gimnasia, el club del que fue Presidente, y de Brandsen, el club que preside en la actualidad, ansioso también por el regreso pautado para mediados de agosto a La Plata “para seguir haciendo cosas, porque si no no puedo vivir”.

Y es que el Gallego Sánchez, Coco para todos, hizo de todo en su vida, cumpliendo el sueño de prosperidad de sus padres inmigrantes “arrancando de la nada, porque éramos muy pobres. Yo fui verdulero, repartidor de pan, vendedor de hielo en un carro a caballo; engrasador de autos, carpintero, cerrajero, ascensorista y hasta hacía mandados para la perfumería París de 8 y 47. Y no pude estudiar mucho, apenas llegué hasta tercer año del secundario porque en casa había que trabajar, aunque yo quería ser ingeniero. Siempre digo que si hubiera podido estudiar, no sé hasta dónde habría llegado”.

Por lo pronto, llegó a ser Presidente de Gimnasia desde el año 1980 hasta el 83; seis veces presidente del club Brandsen; de la Cámara de Comercio e Industria de La Plata del 90 al 92; fundador de la Asociación de PYMES de la Construcción (APYMECO) y de la Confederación de PYMES de la Construcción de la Provincia de Buenos Aires (FEPYCON); primer presidente de la Confederación de PYMES Constructoras de la República Argentina; miembro de la Federación de Entidades Culturales y Deportivas de La Plata, impulsor del Movimiento La Plata de Pie, y actual presidente de su propia empresa, BYMO, dedicada a la construcción y a los negocios inmobiliarios, entre muchas otras actividades. “No me puedo quejar, digamos que me fue bastante bien”, reconoce.

LAS RAÍCES EN ESPAÑA Y EL FUTURO EN LA PLATA

Norberto Osvaldo “Coco” Sánchez nació el 21 de marzo de 1937 en La Plata, en un parto a domicilio en una vieja casona de la calle 26 entre 61 y 62. El segundo varón de tres hermanos, fruto del amor entre padres andaluces que se conocieron en La Plata, Mercedes Invernón, nacida en Níjar, y José Sebastián Sánchez, de Campohermoso.

Ya de chico se había apegado a los colores de Gimnasia por Francisco “Pancho” Varallo, el ídolo que se llenaba de ovaciones todos los domingos y quien luego sería su vecino al vivir a solo doscientos metros de su casa.

Por aquellos tiempos, mamá Mercedes atendía la casa, y papá José manejaba un micro del “Expreso Buenos Aires”, mientras “Coquito” cursaba la primaria en la Escuela 55 Juan Vucetich, de calle 62 y 28. Cuando tenía 5 años nacía la Asociación Coronel Brandsen, el club del barrio donde descubriría las quermeses, las bochas, el billar y las cartas españolas. Y cuando se inauguró la sede actual, de 60 entre 23 y 24, Coco ya tenía 9 años y ayudaba en el guardarropa o a lavar copas en los shows de las orquestas de jazz y típicas de tango de la época.

 

“Me queda la satisfacción de haber inaugurado el Polideportivo de calle 4”

 

Luego estudiaría en la Escuela de Oficios para aprender los gajes de técnico mecánico, y a ayudar en un comercio a reparar motores de lavarropas y heladeras.

Y fue en esas matinés del Club Brandsen, mucho más adelante y mientras hacía el servicio militar en Magdalena, cuando conoció a una joven estudiante de odontología, Nancy Nelly Remorino -ya fallecida- quien tenía 18 años. Coco tenía 20 y se casarían siete años más tarde, el 14 de marzo de 1964, en la Iglesia Nuestra Señora de Luján. De aquel matrimonio, que vivía en la actual casa de 61 entre 25 y 26, nacerían sus cinco hijos varones, Claudio, Andrés, Germán, Fernando y Mariano.

Al principio de su aventura en el afán de ganarse la vida, munido de lo indispensable, algunas herramientas y una moto furgón, Coco salió a recorrer la Ciudad para ofrecer el servicio de reparación de bombas de agua.

“Un día me di cuenta que podía ofrecer el abono de mantenimiento en los edificios para que la gente no se quedara sin agua, y en poco tiempo me di cuenta que ese era un negocio que podía crecer mucho”, cuenta, y ese fue el inicio de un sueño que lo llevó, el 3 de mayo de 1968, a crear su propia empresa, que con el tiempo se extendería a otras como “Bymoestam”, una fábrica de crillé y entintadores de goma microporosa; IBP, Industria de Bombas de Agua Platense; Construcciones Civiles y Electromecánicas; e importación de máquinas de oficina y registradoras.

BRANDSEN, GIMNASIA Y EL PENAL QUE PUDO HABER CAMBIADO LA HISTORIA

Con el éxito empresarial en marcha, aquel hijo de inmigrantes españoles pensó también en la vida comunitaria, a los 35 años se involucró en su primera experiencia como dirigente, y el 22 de julio de 1972 fue elegido Presidente de la Asociación Coronel Brandsen, el club de su infancia, donde a los cinco meses de asumir ya estaba inaugurando una pileta semi olímpica de 12 metros por 25, iluminada, que era la cuarta pileta en la Ciudad, después de las del Colegio Nacional, la de Gimnasia y las dos de Estudiantes, tras lo que llegaría luego la ampliación de la sede de la calle 60.

Paralelamente, fue también llamado para trabajar en el otro club de sus amores, Gimnasia. Convocado por Diego “Paco” Bayo, el número 10 y capitán del histórico Lobo del ‘62, se sumó a la Comisión Directiva que presidía Oscar Emir Venturino, y se dedicó a la organización de la publicidad oral y escrita e impulsó la apertura de tres restaurantes, el de la sede de calle 4 y dos en el predio de 60 y 118, incluido “El Chaparral”, pero con más sueños institucionales que intentaría volcar más adelante, en 1980, cuando amigos como Alberto “Nani” Vargas, Rubén “Cacho” De Luca, Mario Milazzo y Jorge Quitegui, le propusieron encabezar una lista, y fue así que el 27 de diciembre de 1980 la lista del Movimiento de Renovación y Recuperación Gimnasista (MORRGIM) ganó cómodamente en las 10 mesas de la elección frente a la lista de Jorge Casamiquela.

“De aquel tiempo me queda la satisfacción de haber inaugurado el Estadio Polideportivo de calle 4 -recuerda- y el sinsabor de un partido en el que, por un penal, se podría haber cambiado la historia del club. Fue en el año 82, Gimnasia estaba en la B y teníamos un gran equipo, con Carlos Della Savia como director técnico. Habíamos terminado segundos detrás de San Lorenzo, que era el grande que había descendido y arrasó, y si no se hubiesen cambiado las reglas hubiéramos ascendido como subcampeones, pero se inventó un torneo reducido en el que fuimos a una semifinal con Temperley, se tuvo que definir por penales y dos de nuestros jugadores más experimentados no quisieron patear. Lo hicieron dos juveniles y el último tiro nuestro pegó en el palo. Así se definió ese ascenso y quedamos afuera por diez centímetros. Gimnasia es todo resultados, el fútbol era un tembladeral, no había condiciones para trabajar y me vi obligado a renunciar. Pero yo tenía muchas ideas para el club que no pude llevar adelante, y estoy seguro que si entraba ese penal ascendíamos e íbamos a cambiar la historia de Gimnasia”.

“De todos modos -valora- de Gimnasia me quedaron grandes amigos, como Oscar Venturino, Jorge Titarelli, Juan Carlos Anacleto, Cacho Sessa o Bormapé, así como los tuve también del lado de Estudiantes con dirigentes como Raúl Correbo y Nelson Oltolina. Yo siempre luché por la unidad en Gimnasia, y sigo dispuesto a hacerlo, porque siempre estoy en contacto. Gimnasia es algo muy grande, pero hay que unirse y trabajar todos juntos. En este viaje, por ejemplo, estuve en Cádiz, donde Lucas Lobos es un ídolo, y por él se habla de Gimnasia. Me entrevisté con dirigentes y propuse la idea de hacer intercambios con Gimnasia. Yo siempre pienso en trabajar para Gimnasia. Pero insisto en que hay que unirse”.

“Del fútbol también me quedan lindos recuerdos -cuenta- aprendí mucho de Higinio Restelli, un gran maestro, ‘al fútbol lo hacen difícil, pero es fácil’, me decía. Otro es el gallego Antonio Rosl, ellos hicieron un gran trabajo en Gimnasia, y de las inferiores sacaron jugadores como Marchi, Tempesta, Toledo, Castagneto, Pantaleo, Girardengo... Nosotros teníamos al 75 por ciento del plantel con gente de divisiones inferiores”.

Luego de Gimnasia, Coco Sánchez volvería al club de su barrio y de su infancia, Brandsen, donde junto a su hijo Germán comenzaría a alternarse en la presidencia desde el año 2001 hasta el presente, y donde se dio el gusto de poder homenajear a su gran ídolo, de Gimnasia, Boca y la Selección Nacional, Francisco Varallo, quien el 25 de mayo de 2005 pudo estar presente en un acto en el cual la cancha principal de Brandsen, ubicada en 161 y 52, pasó a llevar el nombre del gran Pancho.

 

“Tengo buenos amigos en Estudiantes como Raúl Correbo y Nelson Oltolina”

 

También se dio el gusto de hacer conocer al club Brandsen más allá de la Ciudad, cuando llevó a jugar “al Coronel” a un ídolo “de la vereda de enfrente”, Juan Sebastián Verón, el 29 de junio de 2012.

“Pasó que el primo de Sebastián, Pedro Verde, que es del club, lo llevaba a entrenar al predio cuando Verón ya se había retirado del fútbol profesional, y le comentó que quería jugar para divertirse. Pedro se lo dijo a mi hijo Germán, y cuando me lo dijo a mí le pregunté si era algo serio. Me dijo que sí y le dimos para adelante. Nosotros ya estábamos construyendo dos tribunas nuevas, de 24 metros cada una, con palco y cabina para el periodismo, y revolucionamos toda la Liga Amateur Platense. Verón vino a jugar gratis, salimos campeones y Brandsen salió en los diarios de todo el mundo”.

La Asociación Coronel Brandsen, mientras tanto, seguía creciendo, y para ese crecimiento sigue trabajando hasta el día de hoy Coco Sánchez.

“Tenemos casi 1.400 socios -dice- hockey femenino, para lo que estamos trabajando en una cancha de césped sintético, y hay 200 chicas que hacen gimnasia artística, y creo que ya es el club más grande de la Ciudad después de Gimnasia, y tiene todo para seguir creciendo”.

Y en eso anda el Gallego Sánchez a sus 85 años. Esperando para pegar la vuelta y seguir con su rutina de sueños en La Plata.

“Yo no paro -asegura- me esperan mis cinco hijos, mis diez nietos y mi bisnieto que ya anda por los 13 años, los tres hijos de Mirtha y mis actividades de todos los días. Yo me levanto temprano, y todos los días me paso 4 o 5 horas en la empresa, que queda en 67 entre 26 y 27, y otro tanto en el club. Si no hago cosas no puedo vivir, y a veces pienso que me faltan años para cumplir todos mis proyectos. ¿Porque sabés que?, hasta los 100 no pienso parar”.

 

 

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Norberto “coco” Sánchez, en una visita a la redacción de el DIA

Coco Sánchez con Germán, su hijo, y la copa ganada por Brandsen / Asociación Coronel Brandsen / Gabriel López

Coco Sánchez junto a María Isabel Loza, Raúl Correbo, Mirta Rojas y Norberto Beccaceci / el dia

Norberto Sánchez y su esposa Mirta en España, donde se encuentran actualmente de viaje

Norberto Sánchez, en el Concejo Deliberante, donde fue distinguido el club Brandsen en su 80 aniversario

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