Falta una política eficaz para ordenar el tránsito creciente de motocicletas

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Tanto los datos que se ofrecen sobre la inseguridad vial que se refleja en distintos choques y otros incidentes registrados en La Plata en los que participan motocicletas, que dejan el saldo de muertos y heridos, como una simple observación del tránsito, remarcan la necesidad de impulsar políticas destinadas a ordenar la creciente presencia de esos vehículos en las calles de nuestra zona.

Según se marcó en la edición de ayer, el porcentaje de víctimas fatales en la Ciudad –que llega a casi el 60 por ciento de las registradas en todos los incidentes viales- se encuentra muy por encima de la media nacional. Está claro que las autoridades locales debieran analizar estas cifras y extraer conclusiones que apunten a reducir ese índice.

Los estudios realizados permiten establecer que la imprudencia, la negligencia y la inobservancia de las leyes del tránsito por parte de no pocos motociclistas confluyen a la hora de provocar siniestros fatales. Tales factores sólo pueden encontrar explicación en la falta de conocimientos y de principios educativos en los conductores.

Semáforos que se cruzan en rojo, velocidades desmedidas, maniobras imprudentes o la conducción bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, lamentablemente siempre aparecen en medio de una tragedia de estas características, aunque sin generalizar todos los casos. Está claro que quienes conducen estos tipos de vehículos arriesgan su integridad mucho más que los que manejan automotores de cuatro o más ruedas. Sin embargo, parecieran no saberlo.

Tal como se reflejó en las columnas de este diario en abril pasado, los datos que maneja la Asociación Luchemos por la Vida son contundentes en ese sentido: en una década la proporción de motociclistas que resultaron víctimas fatales del tránsito había crecido del 25 al 47 por ciento.

Y si bien esos porcentajes correspondían a todo el país, en La Plata, como se dijo, las cifras resultaron ser mayores. Durante 2021 de todos los muertos en el tránsito que se registraron, la mitad fueron motociclistas, según los datos que manejó la ONG Corazones Azules.

El dato acerca del trágico “podio” que los motociclistas ocupan como víctimas en el tránsito fue destacado entonces por el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que, al anunciar que pronto iba a estar listo el sistema de scoring nacional, indicó que el perfil más frecuente de la víctima fatal del tránsito en la Argentina es el de “varón, motociclista y del interior”.

Estas consideraciones no sorprendieron a directivos de la ONG “Luchemos por la Vida”, quienes indicaron, en diálogo con este diario, que se trata de una tendencia que se observa desde hace años. Desde esa entidad se puso de relieve que no se advierte un crecimiento similar en la lista de muertos de ninguno de los otros actores del tránsito, incluso si se considera a los más vulnerables, como los peatones o los ciclistas, cuyo número de muertes permaneció, en el mismo período, relativamente estable.

El panorama general de la Argentina en este terreno se caracteriza por una notoria ausencia del Estado, tanto en materia de fiscalización, como en el impulso de campañas de prevención. Ante la falta de controles y sanciones, dijeron, las infracciones cometidas por motociclistas, sobre todo, la falta de casco, explican un alto porcentaje de los accidentes fatales a bordo de motos.

Mientras no se impulse una campaña que abarque las distintas disciplinas involucradas en este grave problema, la circulación creciente y poco controlada de motocicletas plantea desafíos que se encuentran irresueltos y que, en la práctica, se traducen en maniobras peligrosas y en riesgos constantes en las calles.

 

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