Igualdad sin goles ante Instituto en la primera prueba amistosa para Gimnasia

Intenso. Ese, seguramente, es el primer adjetivo que calificará al equipo de Sebastián Romero. Puede jugar bien, regular o mal, pero la presión y la dinámica asoman como innegociables. Todo potenciado por la prepotencia de la juventud, a la que le sobran piernas y aire.

Manejar los tiempos del partido puede ser un desafío para este equipo, más aún mientras espera por Germán Guiffrey o Cristian Tarragona. Hoy, el salto sin red con pibes que deberán madurar por las imposibilidades económicas del club, deberá tener paciencia y acompañamiento a partir del liderazgo de Chirola.

El empate 0 a 0 frente a la “Gloria” no ofrece demasiadas aristas para el análisis profundo. Por un lado, porque el equipo viene en plena pretemporada, con 10 diez de entrenamiento en doble turno que endurecen piernas. Por el otro, porque tampoco puede ponerse una vara muy alta y analizar a este Gimnasia como a cualquier otro equipo. El contexto, esta vez, es insoslayable.

De todos modos, el amistoso contra Instituto permite algunas conclusiones. Primero, que Sebastián Romero cree en un fútbol con internos de buen manejo y externos picantes. Después, estará en cada uno ponerle el numerito al sistema, sea 4-3-3 o 4-1-4-1. Y segundo, que Ignacio Miramón mostró credenciales para ser el dueño del círculo central y satisfacer las expectativas de quienes lo siguen desde hace mucho en los partidos de reserva. Fue el mejor en un equipo que sumó la experiencia de Leonardo Morales y los destellos de Ramón Sosa al podio.

Frente al conjunto cordobés, Gimnasia mostró facetas bien diferenciadas, con una mejor imagen en el complemento. Más allá de empezar mejor, ya que a los 4 minutos de juego Franco Soldano tuvo un buen remate de derecha que obligó a la reacción de Carranza y que luego un buen desborde de Ramón Sosa terminó con una chance para Benjamín Domínguez, con el paso de los minutos la visita se asentó en la mitad de la cancha y pasados los primeros 10 minutos logró el control de las acciones.

Desde ese crecimiento en el mediojuego del conjunto dirigido por Lucas Bovaglio, Franco Watson y Adrián Martínez tuvieron sendas chances de gol. Además, el equipo cordobés tuvo un par de aproximaciones más en esos primeros 30 minutos de juego, pero no logró vulnerar a Tomás Durso.

En el segundo tiempo el Lobo mostró otra cara. Desde el descanso, Chirola decidió el ingreso de Eric Ramírez en lugar de Alan Lescano y buscó algo más de cambio de ritmo. El local pasó a tener mejor trato de la pelota y a poner el juego en campo contrario, aunque casi sin posibilidades de gol. Con el cambio en el partido, a Instituto se le hizo cada vez más chiquito y lejano el arco mens sana.

El 0 a 0 final fue, en general, justo. Son los primeros palotes para un equipo nuevo, con mucha juventud. Y si bien el cuerpo técnico y los jugadores confían en llevar adelante un buen papel, necesitan tiempo. De trabajo, de maduración de los pibes. Quizá también tiempo para que se vean los resultados. Por más que en el fútbol, todo sea para ayer.

Mañana a las 8.30 el Lobo jugará a puertas cerradas frente a Villa San Carlos en Abasto, pero lo hará con un equipo alternativo. El jueves 19 frente a Montevideo City Torque, los hinchas tendrán casi con seguridad la chance de ver a los titulares en un amistoso abierto para el público en Estancia.