Marcela Ferradás, entre Dalmaroni y Venturini
Edición Impresa | 10 de Noviembre de 2023 | 04:54

Un día cualquiera, un hombre recuerda ante su esposa, de repente, que estuvo casado con otra mujer, y que la dejó una noche que le dijo que iba a comprar cigarrillos: ese es el puntapié inicial de “Estado del tiempo”, obra del dramaturgo Daniel Dalmaroni que se verá, con dirección de Ana Alvarado, mañana a las 21 en el Teatro Estudio (3 entre 39 y 40)
Pero “Dalmaroni va más allá de la peripecia inicial”, dice la actriz Marcela Ferradás, que encarna en la propuesta a Graciela, la sorprendida esposa que a partir de esa confesión “empieza a urdir la manera de recuperar esa memoria del marido: el marido le cuenta esto y ella quiere saber, entonces empieza a mover los hilos como una titiritera para activar la memoria de él, para saber”.
Porque, como es habitual en Dalmaroni, un comienzo habitual, ligado al teatro de género, abre el juego al humor grotesco-absurdista “que provoca risa, risa, risa, y de repente la risa al espectador se le congela”, dice Ferradás. En la rica tradición del teatro histórico-político argentino, Graciela (Ferradás), Roberto (Guillermo Aragonés) y Marcelita (Irene Almus) viven situaciones delirantes, equívocos y olvidos, atravesados el trasfondo político de la época: “Estado del tiempo” se desarrolla entre 1975 y 1978, estremecedora etapa de la historia nacional.
“Un retrato de época con una vuelta de tuerca, contundente”, define Ferradás la obra que llega a la Ciudad en un momento más que interesante para volver a hablar de peronismo y dictadura. “Es interesante el planteo de revisión en relación con lo que fue el segundo peronismo y la dictadura militar, tema imprescindible sobre todo para los jóvenes en este momento, para recordar y para conocer, cuando estamos en una coyuntura histórica en la que se nos juega la democracia”, lanza la intérprete, y confiesa que ese planteo de Dalmaroni fue una de las razones por las que se interesó en la obra.
“También me interesó la construcción de los personajes, personajes muy ricos para interpretar, en particular el mío, Graciela, que es muy diferente a lo que estoy haciendo en ‘Yuna soy yo’”, cuenta Ferradás. La obra a la que alude se presentará este domingo, por última vez, en Espacio 44 (44 entre 4 y 5): se trata de la adaptación de “Las primas” de Aurora Venturini en formato monólogo, la segunda adaptación, de hecho, que encabeza Ferradás de la premiada novela de la escritora platense.
“La primera versión teatral surgió porque yo me entusiasmé cuando leí un reportaje a Aurora, cuando ganó el premio Nueva Novela. No la conocía, no la había leído, no era una autora muy difundida, pero cuando salió el libro lo leí y enloquecí. Y me desvelaba, pensando ‘yo quiero hacer esto en teatro’”, revela Ferradás.
Conoció entonces a Venturini, que “fue muy generosa conmigo, y me cedió los derechos”, y así fue que con Román Podolski realizaron la primera adaptación del material, tomado como proyecto por el Cervantes y estrenado, en nuestra ciudad y con Venturini presente, en 2010.
Allí, cuenta la actriz, la novelista le susurró al oído: “Ahora Yuna sos vos”. “Sentí que me estaba tocando con la espada, que me estaba ungiendo caballera de la orden Venturini”, se ríe Ferradás. “Ella me decía siempre que Yuna era ella, y yo temblaba, pensaba en lo que iba a pasar cuando era el material. Pero ahí sentí que me ungió”.
Desde aquel estreno, pasaron 12 años. Ferradás cuenta que mientras tanto seguía con ganas de “seguir metiendole mano al material, más después de haber conocido a Aurora y haber tenido un vínculo de mucho amor con ella”. Así fue que, convocada para la celebración de los 100 años del nacimiento de Venturini, le pidieron que haga “Las primas”, “pero era imposible, no teníamos la producción. Entonces, probé un monólogo. Funcionó muy bien, y entonces nació esta segunda versión, en monólogo, que vuelve a esa voz de la novela”.
Además, cuenta, “Yuna soy yo” es un reflejo de su madurez como artista: “Han pasado más de diez años y, más madura, me animo a meterme con el horror del material. La primera versión fue excelente, ganó premios, pero fue más liviana, menos arriesgada. Aquí, me permito bucear en ese aspecto tremendo de la obra, monstruoso”.
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