Los edificios escolares tienen que estar todo el año en perfecto estado

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La necesidad de suspender clases en colegios de la Región por deficiencias edilicias o fallas en los servicios de agua, gas y luz, en situaciones que en algunas oportunidades afectaron a muchas escuelas a la vez y, por consiguiente, a miles de alumnos, no deja de presentarse en los establecimientos educativos.

Ahora acaba de tocarle ese problema a la escuela Nº 18, Julián Aguirre, de Gonnet, en donde sus autoridades se vieron obligadas a no dictar clases en una de las últimas jornadas por una pérdida de gas.

Según se reseñó desde la cooperadora del centro educativo ubicado en 16 y 501, la pérdida se registró el viernes pasado, suspendiéndose en el turno tarde las clases. Señalaron que el domingo pasado llegó al lugar personal del Consejo escolar “no gasista”, que decidió cerrar la llave de entrada del gas a la escuela, de modo que quedó pendiente la solución del problema. En cuanto al tema de la calefacción de la escuela, dijeron que vienen ocupándose desde febrero “para que cuando llegue el invierno lo tengamos resuelto”, pero que siguen pendientes de aprobación de los trabajos por parte del Consejo escolar para poder encararlos.

Más allá de las características particulares de cada uno de los casos que se van presentando –sea por fallas en la estructura edilicia o en los servicios que abastecen a las escuelas-, lo que debe señalarse en primer término es que el problema es endémico, en la medida en que se presenta todos los años.

En casi todos los últimos ciclos lectivos –y puede decirse sin exagerar, de las últimas dos o tres décadas- los alumnos siguen perdiendo días de clase por motivos relacionados a deficiencias en los sistemas eléctricos, mamposterías o techos en mal estado; baños que no funcionan, pérdidas en las redes de gas y otras de similar naturaleza.

Como se recordará, a poco de iniciarse el ciclo 2023, las autoridades de no pocas escuelas de La Plata se encontraron con la sorpresa que deparó la falta, escasez o baja presión del servicio de agua.

Corresponde, entonces, reiterar consideraciones acerca de la conveniencia de que los trabajos de mantenimiento y de pequeñas restauraciones se realicen todos los años –en especial durante las épocas de vacaciones- ya que, al no ejecutarlas desde el Estado provincial en forma oportuna se originan no sólo riesgos muy graves, sino que después obligan a volcar inversiones de recursos mucho más onerosas y que suelen no encontrarse disponibles en el presupuesto dada su magnitud.

Aquí debe ponerse de relieve, como nota positiva, el rol que desempeñan las asociaciones cooperadoras y grupos de padres que, realizando grandes esfuerzos, a los que muchas veces se sumaron los alumnos, que usando su tiempo y a su costo pintan aulas, limpian patios y baños, así como efectúan distintas mejoras en esos y otros espacios de sus colegios.

Es al Estado al que le cabe intervenir en forma oportuna y no tardía y es parte de su responsabilidad indelegable garantizar en forma permanente, a lo largo de los doce meses del año, el buen estado de las escuelas y la continuidad de los servicios esenciales.

Sin edificios escolares aptos, se vuelve mucho más complejo asegurar la continuidad de los ciclos lectivos.

 

 

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