La impunidad de la venta ilegal en La Plata, que pone en jaque al comercio en una fecha clave

Típico: se acerca una fecha clave en ventas, como la próxima del Día del Padre que se celebra este domingo, y las calles de las zonas comerciales platenses se recargan todavía más de mercancía que se comercializa de manera ilegal, en medio de la vereda y a metros de negocios establecidos que ofrecen los mismos rubros dentro de locales por los que se paga habilitación, alquiler, servicios, tasas e impuestos.

Durante un relevamiento efectuado por EL DIA se contabilizaron más de 100 puestos, distribuidos en 17 cuadras. Ropa de todo tipo (para adultos, niños y niñas, y para ambos géneros), accesorios de vestir, juguetes, y hasta productos frescos conforman la gama de la oferta callejera.

Por lo que se observó durante el recorrido, las cuadras aledañas a las zonas de mayor tránsito peatonal (las cercanas a la Estación de Trenes, a la Legislatura y al ministerio de Economía) son los espacios públicos en los que más se concentran puestos callejeros, con un total de hasta 12 mantas sobre la vereda.

La problemática también se expresa en calle 12. Según datos obtenidos en la zona, de 60 a 56, uno de los tramos de más concentración, hay más de 20 manteros, con puestos de ropa, verdura y fruta, y bijouterie.

La variedad de mercadería que se ofrece en la calle parece infinita: gorros de lana; guantes; cinturones; anteojos con aumento y gafas de sol; mochilas; riñoneras; sacos y pantalones deportivos; bufandas; calzas de mujer y de niña; carteras; bolsos de viaje; calzoncillos; y cartucheras escolares.

“Acá adentro, pasa poco y nada y ahí afuera, en la vereda, es como si no existiera la ley. La gente se acerca al Centro atraída por los comercios que pagamos impuestos, alquiler, tenemos mercadería de calidad y ellos toman la calle para vender productos truchos, a la vista de todos”, lamentó la dueña de una casa de ropa e indumentaria en diagonal 80. A dos metros había un amplio puesto de venta ilegal, casi del mismo rubro.

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También se vende anillos, collares y accesorios del tipo artesanal; fundas para celulares; sábanas; toallas; medias de varón, mujer y niñas y niños; baterías de envases plásticos para la cocina; pantuflas; peluches; pijamas; accesorios para el cabello; camperas de abrigo; golosinas; películas infantiles; y sahumerios, entre otras ofertas más.

“Con la situación económica catastrófica, un horizonte oscuro con aumento de alquileres e inflación que no para, el comerciante esta cada vez más molesto con la situación de ver a estos sujetos que usan la vereda, no pagan impuestos ni alquiler y venden mercadería trucha sin emitir factura. Es cada vez más injusto porque hay manteros frente a una casa de ropa, vendiendo ropa”, le dijo a este diario Martín Ranea, titular de la asociación comercial de calle 12.

Toda la variopinta mercadería se mezcla, cada tanto, con puestos que venden manzanas, bananas, naranjas, tomates, zanahorias, papas y cebollas. Y en horas clave de la jornada, como son las de alrededor del mediodía, se le añaden también vendedores y vendedoras de porciones de alimentos para comer al paso, como sandwiches, tartas y tortas.

Los comerciantes instituidos en locales con todas las de la ley suelen referirse a la “competencia desleal” que significa tener frente a sus negocios productos similares a los suyos, sin la carga impositiva, por caso, que sí aporta el comercio legal.

“Cada vez hay más puestos porque no se controla nada -se quejó un comerciante que vende marroquinería en un local de la calle 8 entre 47 y 48-. Y eso hace que perdamos ventas, porque hay gente que no quiere venir al Centro, que así tiene mal aspecto y se vuelve inseguro”.