Cóctel de delitos: un inhibidor y un robo por partida doble
Edición Impresa | 10 de Septiembre de 2024 | 03:22

Nuevamente, la inseguridad fue la nota distintiva. En este caso, a raíz de un golpe por partida doble. Lo sufrió una abogada platense, quien padeció un cóctel de modalidades entre las que se incluyeron el ataque con un inhibidor y el escruche.
Es que, lo que comenzó como una intrusión en el interior de un rodado, terminó tomando otros matices, cuando los ladrones descubrieron las llaves de su casa dentro del vehículo y se dirigieron al domicilio para saquearlo. Según el reporte policial, la pesadilla para esta letrada comenzó alrededor de las 13 horas de ayer, cuando salió de su casa, en 39 entre 13 y 14, para dejar a su hija adolescente en una escuela ubicada cerca de Plaza Rocha.
Luego estacionó su Peugeot 208 en 38 entre 13 y 14 y descendió para dirigirse primero a una carnicería y luego a una verdulería. El tiempo que permaneció en los comercios resultó ser suficiente para que alguien especializado en vulnerar vehículos con inhibidores, rompiera la seguridad del suyo.
Pudo haber sido una maniobra limpia que recién sería descubierta muchas horas después, ya que la damnificada tenía planes de continuar realizando trámites. Pero uno de los ladrones dejó un cabo suelto, que fue rápidamente descubierto por la abogada: la guantera abierta.
Inmediatamente la mujer comenzó a revisar qué le habían sacado, mientras realizaba gestiones para denunciar el hecho. Fue luego de unos minutos que, en un repaso mental, se dio cuenta de que le faltaba la llave de su casa.
Luego, con el correr de las horas, confirmó que la ventana temporal que pasó entre el primer acto delictivo y, la resolución del enigma, resultó determinante para que los intrusos dieran vuelta su casa y la desvalijaran.
Sobre cómo lograron dar con la vivienda, fuentes del caso sugieren dos posibles escenarios.
Uno indica que los ladrones abrieron el vehículo, encontraron las llaves de la casa y, tras revisar entre los documentos del automóvil (como la tarjeta verde), lograron identificar la dirección.
La otra hipótesis apunta a un plan más sofisticado de inteligencia: un seguimiento desde que la abogada salió de su hogar hasta que estacionó el auto para bajarse a comprar.
Lo cierto es que luego de darse cuenta del hurto se dirigió a toda velocidad a su casa y allí, junto a una colaboradora, confirmó sus sospechas: estaba todo patas para arriba. Se presume que perdió un cuantioso botín, que no fue informado.
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