“Gilmore Girls”: las chicas que hablaban rápido y soñaban en grande

A 25 años de su estreno, la serie sigue siendo ese lugar seguro al cual volver. La clave de su éxito a lo largo del tiempo y los rumores de un regreso en la gran pantalla

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El 5 de octubre del 2000 comenzaba una larga e inesperada aventura para Lauren Graham y Alexis Bledel, Lorelai y Rory respectivamente, en “Gilmore Girls”, la serie en donde hablar rápido y tomar mucho, pero mucho café se volvió la norma para los millones de fans que lograron cosechar a lo largo de los años.

Creada por Amy Sherman-Palladino, la producción se centraba en una madre soltera y su hija viviendo en un pintoresco pueblito llamado Stars Hollow. Allí, ambas llevaban adelante una vida cargada de sueños a futuro -ir a Harvard, para Rory, y tener su propio hostal, para Lorelai-, mientras lidiaban con su día a día. Pero lo que logró captar la atención del público, sin duda alguna, fueron las particularidades de esta serie que hoy la posicionan como el lugar cómodo y acogedor, aquel al que uno vuelve para reconfortarse un rato.

La primera y principal característica era obviamente la relación madre e hija, tan fuera de lo que por entonces se veía en la televisión que sin dudas rompió moldes. Lorelai, con sus errores y aciertos, era mucho más que una mamá para Rory, ambas eran mejores amigas y ese vínculo que parecía tan sólido se puso a prueba más de una vez, dejando en claro a que pesar de tener esa conexión, cada una vivía la vida a su manera.

Ahí entraban los conflictos del pasado, otro atractivo de “Gilmore Girls”. Porque, si de relaciones estamos hablando, no podemos dejar de mencionar la que Lorelai tenía con sus padres, Richard y Emily, una pareja de la alta sociedad -con dinero y estatus- de la que ella había decidido alejarse cuando con tan sólo 16 años quedó embarazada y decidió ser madre soltera desafiando los estándares de su cuna de oro. Ahí, la serie también rompía otro molde y le daba una profundidad necesaria a la impronta de su personaje principal: no era únicamente una mujer alegre que hablaba a una velocidad inusitada y tomaba mucho café.

Siguiendo por este mundo de relaciones complejas y necesarias, la serie también presentaba otra de sus claves: el lugar en el que Lorelai decide instalarse y construir vínculos y amistades. Cargado de personajes pintorescos y de llamativas tradiciones, Stars Hallow fue el resultado directo de un viaje de Amy Sherman-Palladino a un pequeño pueblo de Connecticut que la inspiró a crear esta ciudad para la televisión. “Si logro que la gente sienta eso mismo que yo sentí caminando por ese lugar, sería maravilloso”, pensó la escritora en aquel momento. El resultado quedó a la vista y se afianzó en la medida en que “Gilmore Girls” avanzaba.

De este pueblo surgieron carismáticos personajes: Luke Danes (Scott Patterson), el dueño cascarrabias de un restaurante y el enamorado eterno de Lorelai; Sooki (Melissa McCarthy), la cocinera torpe amiga y consejera; Lane Kim (Keiko Agena), la amiga rockera de Rory que guardaba sus discos bajo un hueco en el parqué para que su mamá no los encontrara; Kirk (Sean Gunn), el bufón del pueblo que se comprometía a hacer las tareas más insólitas, y muchos otros más como Dean y Jess (novios de Rory), Michelle, Babette, Miss Patty, Gipsy y la señora Kim.

A esto se sumaban los afilados guiones de Amy, que se caracterizaban principalmente por su extensión y por un ritmo irrompible, que puso a los actores a prueba más de una vez, ya que no había espacio para la improvisación y en donde cada segundo contaba. De hecho, muchos de ellos tuvieron coaches que cronometraban sus tiempos con el guión.

El final, un regreso con gusto a poco y ¿una película?

Durante 7 temporadas, “Gilmore Girls” acaparó la atención junto a otras series de aquel momento como “Supernatural” y “Smallville”; sin embargo, para la última entrega, Sherman-Palladino decidió dar un paso al costado. Nunca trascendió el motivo de este abrupto quiebre, pero lejos de suspender la producción, el canal decidió seguir adelante sin su creadora.

Tras el final, que generó amores y odios, y luego de años lamentándose por no haber podido dar el cierre que quería, Sherman-Palladino tuvo su revancha cuando Netflix aceptó hacer “Gilmore Girls: A year in a life”, en donde en cuatro episodios (que representaban las estaciones del año), Graham y Bledel retomaron sus roles y salieron a las calles de Stars Hollow una vez más. Esta ficción se emitió en 2016 y si bien capturo a los fans, dejó la sensación de que algo faltó. Su final, incluso, despertó más dudas que certezas.

¿Se viene una película? La versión llegó a de la boca de la propia Lauren Graham, quien durante una entrevista reciente con The Hollywood Reporter, habló de que la única forma de volver a la serie sería en la pantalla grande: “Pensé que habíamos terminado con esa conversación, y me di cuenta de que no. Pero llevo mucho tiempo diciendo que lo que me parece lógico es una película navideña al estilo de ‘Downton Abbey’ o ese tipo de series que terminan, pero luego se reúnen, sobre todo en Navidad. Creo que sería muy propio de ‘Gilmore Girls’”, confesó. ¿Se dará?

 

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