Docentes de la Unicen reclaman en Tandil por la Ley de Financiamiento
| 17 de Noviembre de 2025 | 10:27
El reclamo salarial que docentes y no docentes de la Unicen sostuvieron durante tres días en Tandil volvió a exponer quiénes protestan, por qué lo hacen, cuándo se desarrolló la medida y en qué contexto ocurrió: trabajadoras como Fernanda y Romina, con casi dos décadas de antigüedad, se movilizaron para que el gobierno nacional reglamente y aplique la Ley de Financiamiento Universitario aprobada por el Congreso, una normativa clave para recuperar parte de los salarios reducidos en los últimos dos años.
Detrás de cada paro y cada denuncia por la crítica situación salarial hay historias concretas. Una es la de Fernanda, quien trabaja en la Unicen desde hace casi 20 años y percibe un sueldo de 1 millón de pesos. Otra es la de Romina —licenciada, magíster y doctora en Relaciones Internacionales—, que dicta clases desde hace años y cobra alrededor de 300 mil pesos. Los números ayudan a dimensionar los motivos del reclamo que sigue en marcha.
Más allá de los rebusques cotidianos —como sostener actividades deportivas de sus hijos— ambas continúan eligiendo su profesión por la oportunidad que tuvieron de formarse en la universidad pública y por la convicción de que estudiar transforma vidas. “Por supuesto, tengo mi corazón en la Universidad del Centro”, expresó Romina, ayudante diplomada en Teoría y Metodología de la Investigación Científica. Fernanda —licenciada en Ciencias de la Educación— asintió, aunque se emocionó al reconocer que su salario sólo le alcanza hasta “los días 20 de cada mes”.
En diálogo con El Eco de Tandil, las docentes repasaron sus trayectorias y describieron la situación que impulsa a los trabajadores de Adunce y a los no docentes de Atuncpba a marchar, volantear, realizar semaforazos, clases públicas y sostener medidas de fuerza. Además de exigir la implementación de la ley, buscan recuperar actividades básicas de la vida universitaria: asistir a seminarios, presentar trabajos y generar proyectos de extensión.
“La universidad es posibilidad, es vida y es futuro. Tenemos que seguir trabajando para que otros puedan llegar, permanecer y graduarse. Y esta es la responsabilidad de todos los que hacemos la universidad”, afirmó Fernanda. También contó: “Yo particularmente no tengo otro trabajo”.
Nacida en Bolívar, Fernanda llegó a Tandil para estudiar Ciencias de la Educación, se graduó en la Unicen y desde hace 19 años integra la planta docente del Rectorado, con tareas en la Secretaría Académica. Acompaña procesos formativos de estudiantes de Tandil y la región, aunque parte de los programas que alcanzaban a localidades como Benito Juárez, Tapalqué o Azul dejaron de sostenerse por falta de financiamiento. Con casi dos décadas de trayectoria, su salario actual es de un millón cincuenta mil pesos. Practica atletismo, elige sólo una carrera anual para competir y enfrenta rebusques para que su hija continúe yendo a hockey.
Romina estudió en la Facultad de Ciencias Humanas y luego cursó una maestría y un doctorado en la Universidad de Quilmes. Fue becaria doctoral y posdoctoral del Conicet, por lo que además de docente es investigadora y extensionista. Desde su cátedra, acompaña a estudiantes en la elaboración de sus tesis de grado.
Más allá de los paros, lo que deja su testimonio es la certeza de que estudiar en la universidad pública “sirvió y sirve”, tanto por el impacto en la vida de las personas como por la formación de profesionales que hoy actúan en el ámbito público y privado de Tandil y la región. “Necesitamos diversidad de profesionales, conocimiento y energía para nuestro sistema productivo y social”, señalaron.
El paro de tres días que realizaron docentes y no docentes de la Unicen —al igual que en todo el país— fue una de las múltiples acciones públicas por mejoras salariales. El reclamo continuará hasta que el gobierno nacional implemente la Ley de Financiamiento. Mientras tanto, Fernanda y Romina seguirán dando clases cada semana.
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