Monotributo: advierten por fallas y reclaman una reforma profunda
Edición Impresa | 23 de Noviembre de 2025 | 03:23
Las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, en una charla con empresarios, sobre la posibilidad de “eliminar el Monotributo”, generaron una fuerte reacción política y social. En cuestión de horas, la discusión se volvió tendencia y dio lugar a un debate más profundo sobre el rol del Régimen Simplificado en una economía con altos niveles de informalidad.
Si bien funcionarios del propio Gobierno salieron luego a aclarar que la intención no es eliminar el sistema sino aggiornarlo, la polémica dejó al descubierto un consenso: el Monotributo, tal como está diseñado hoy, acumula distorsiones y requiere una revisión integral.
Para entender los puntos más conflictivos del esquema actual, especialistas tributarios analizaron las debilidades, advirtieron sobre riesgos y propusieron caminos de modernización.
Un régimen que genera sospechas de evasión
El tributarista Daniel Guillermo Pérez fue uno de los analistas más críticos. Señaló que el Monotributo “es hoy el ejemplo más claro de enanismo fiscal”, una situación en la que los contribuyentes declaran niveles de actividad artificialmente bajos para no pasar al régimen general.
Para ilustrarlo, comparó los ingresos máximos permitidos en las cuatro primeras categorías con el salario promedio formal (RIPTE). Al descontar el costo de un alquiler y otros gastos básicos, las categorías iniciales quedan por debajo del ingreso promedio y apenas se equiparan a él en la categoría D.
El especialista avanzó un paso más y afirmó que el sistema hace prácticamente inviable mantener trabajadores registrados. Al sumar salarios, contribuciones y costos operativos, “la ecuación carece de razonabilidad”, lo que abre espacio a empleo encubierto y subdeclaración de actividad.
A esto se suma otro dato: el 72,3% de los empleadores registrados pertenecen a microemprendimientos, con hasta 7 trabajadores. Para Pérez, esto sugiere que “muchos monotributistas operan como empleadores encubiertos”, omitiendo aportes de la Seguridad Social o recurriendo a esquemas de pago informal.
Quienes lo consideran indispensable
En el extremo opuesto, el socio de Expansion Business, Diego Fraga, defendió la necesidad de mantener el Monotributo. Según explicó, existen tres razones centrales:
1. Es el único régimen accesible para el pequeño contribuyente. “En una sola cuota se pagan IVA, Ganancias y aportes. Suprimirlo empujaría a la informalidad a miles de personas que no pueden enfrentar la complejidad administrativa del régimen general”, señaló.
2. El salto al régimen general es un abismo. Fraga recordó que al pasar de Monotributo a Responsable Inscripto aumentan abruptamente la carga tributaria y las obligaciones formales. “En un país con tanta economía informal, golpear al régimen más sencillo es golpear al eslabón más débil”, afirmó.
3. El verdadero problema está en el componente previsional. De acuerdo con sus cálculos, “hacen falta casi 20 monotributistas para financiar una jubilación”, lo que revela que el sistema previsional asociado al Monotributo es deficitario y difícil de sostener.
Además, advirtió sobre la proliferación de créditos fiscales a favor del contribuyente por retenciones y percepciones mal aplicadas, lo que genera “eternos acreedores del fisco” y un circuito de informalidad creciente.
Un sistema que perdió simplicidad
Para Alberto Mastandrea, socio de BDO Argentina, el Monotributo debe mantenerse, pero el modelo actual “se alejó demasiado de la simplicidad original”.
“Hoy un pequeño contribuyente debe controlar límites de facturación, parámetros físicos, topes de gastos, exclusiones automáticas y una larga lista de requisitos formales. Eso obliga a contar con asesoramiento profesional continuo. Si un régimen simple requiere expertos, dejó de ser simple”, analizó.
El especialista sostiene que la clave está en mejorar la articulación entre los tributos nacionales y provinciales, evitando superposiciones entre IVA, Ganancias e Ingresos Brutos, y en construir un “puente real” hacia el régimen general.
“El salto actual es tan brusco que genera incentivos a la informalidad o a mantenerse artificialmente dentro del régimen simplificado”, indicó.
Mastandrea remarcó que los regímenes simplificados deben funcionar como “puerta de entrada” a la formalización económica y no como un refugio permanente.
Propuestas de reforma
Entre las modificaciones posibles, Fraga planteó una reforma estructural que incluya: ampliación de categorías; revisión profunda del componente previsional; creación de un Monotributo para microempresas, con tope de facturación y de nómina, y una cuota única que unifique IVA, Ganancias y contribuciones.
Esta última alternativa permitiría incorporar pequeñas sociedades en un esquema contable simplificado y con menor costo administrativo.
Mastandrea, por su parte, llamó a revisar restricciones que afectan a monotributistas con actividad no recurrente, y propuso alinear el sistema con estándares internacionales, como los régimenes por módulos de España.
“Es imprescindible transformarlo en un verdadero instrumento de inclusión fiscal, moderno, claro y compatible con la realidad económica argentina”, evaluó.
Una reforma que genera expectativa
Mientras el Gobierno avanza en secreto en el borrador de una amplia reforma impositiva, el futuro del Monotributo se convirtió en uno de los puntos más sensibles del debate tributario.
Más allá de la polémica inicial, los especialistas coinciden en algo: el Régimen Simplificado ya no responde a las necesidades actuales y necesita una actualización profunda para evitar más informalidad, desigualdades y distorsiones.
Resta ahora conocer cuáles serán las definiciones finales que el Poder Ejecutivo enviará al Congreso y cómo impactarán en millones de contribuyentes.
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