“Amarillo precaución” por arsénico en el agua

Según el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, en puntos del Casco y la Zona Norte hay niveles que indican “riesgo medio”

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El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) presentó una nueva actualización de su “Mapa del Arsénico en Argentina”, una herramienta que desde hace más de una década permite conocer los niveles de este elemento en las fuentes de agua de distintas regiones del país. En este contexto, según los datos más recientes, en La Plata se registraron valores dentro de la franja “amarilla de precaución”, una categoría que, si bien indica concentraciones medias entre 10 y 50 microgramos por litro de agua, pone en guardia a algunos vecindarios.

El relevamiento, que se nutre de más de 350 muestras aportadas por instituciones, municipios y particulares, permite observar que buena parte del territorio bonaerense presenta algún grado de presencia de arsénico en el agua. Este fenómeno, a pesar de ser natural, plantea riesgos importantes para la salud cuando los niveles superan los límites recomendados.

En el caso platense, las mediciones ubican a la ciudad dentro de la “zona de vigilancia”, junto con otros municipios como Mar del Plata, Villa Gesell, Junín y Bolívar. El mapa pintado con “ rango amarillo” implica que si bien el agua no siempre resulta peligrosa de manera inmediata, requiere control y seguimiento permanente.

Aparecen en el estudio, luces amarillas de muestras tomadas en Casco (61 y 16), 495 entre 27 y 28, y 20 entre 489 y 490 (Gonnet) y 443 y 133 (El Peligro). Hay luz verde en 41 y 21 y en 60, 3 y 4.

 

En tanto, los distritos en “rojo”, en donde las concentraciones superan los 50 microgramos por litro (máximo permitido por el Código Alimentario Argentino) se encuentran en extremo peligro y no deben consumirla de manera directa, reemplazándola por una fuente de agua segura.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite mucho más estricto, de apenas 10 microgramos por litro, por lo que la franja amarilla equivale a un nivel intermedio que amerita medidas preventivas.

El arsénico se encuentra de manera natural en las napas subterráneas debido a formaciones geológicas que se remontan a millones de años. Su consumo prolongado puede derivar en un cuadro clínico conocido como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), que se asocia a distintas patologías como cánceres de piel, pulmón o vejiga, lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. Si bien los casos más severos se concentran en el noroeste y centro del país, la Provincia de Buenos Aires presenta una situación heterogénea, con pozos que van desde niveles aceptables hasta otros que requieren urgente tratamiento.

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El mapa del ITBA aparece como una referencia para investigadores o ciudadanos interesados en conocer la calidad del agua de su zona. Los especialistas buscan promover una mayor conciencia sobre la necesidad de monitorear los pozos y adoptar medidas que garanticen el acceso a agua segura. Además, el instituto relanzó una campaña para que vecinos, municipios y entidades educativas puedan enviar nuevas muestras y así actualizar la información disponible.

EL DIA consultó a la Municipalidad de La Plata y a la empresa ABSA sobre la situación relevada por el Instituto. Al cierre de esta edición no hubo respuesta. En tanto, desde el Taller de Aguas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP se indicó que en sus estudios “en el Casco, el agua de ABSA está dentro de los límites permitidos”.

 

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