Nuevas evidencias sobre presencia de arsénico en el agua
Edición Impresa | 9 de Noviembre de 2025 | 03:45
Un nuevo informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) publicado en este diario, que se suma al de agosto pasado, relacionado a la presencia de arsénico en el agua, permitió conocer que en La Plata se registran valores ubicados dentro de la franja “amarilla de precaución”, una categoría que, si bien indica concentraciones medias entre 10 y 50 microgramos por litro de agua, pone en guardia a algunos vecindarios.
En el caso de nuestra zona se habla de un alto nivel de contaminación –especialmente de arsénico- en el agua corriente que se recibe en algunos barrios de City Bell, Gonnet y hasta en algunas cuadras del casco urbano de La Plata y, de ese modo, el trabajo volvió a poner sobre el tapete las dudas existentes en torno a la calidad del agua que se distribuye por las redes en nuestra zona.
Aparecen en el estudio luces amarillas de muestras tomadas en el Casco (61 y 16), en 495 entre 27 y 28, y en 20 entre 489 y 490 (Gonnet) y 443 y 133 (El Peligro). Hay luz verde en 41 y 21 y en 60, 3 y 4.
En el centro de la Provincia se declararon a varios distritos en “rojo” en donde las concentraciones de arsénico superan los 50 microgramos por litro (máximo permitido por el Código Alimentario Argentino), de modo que se encuentran en extremo peligro y no debieran consumir el agua de manera directa, reemplazándola por una fuente de agua segura.
Lo cierto es que desde hace muchas décadas se vinieron presentando situaciones similares, en las que se puso en duda la potabilidad del agua, sin que se hubieran obtenido precisiones por parte de la empresa antes gubernamental o las privadas que quedaron posteriormente a cargo de la concesión del servicio, en situaciones que se presentaron no sólo en nuestro distrito sino en muchos otros de la Provincia.
Tal como se dijo en este diario, existen denuncias ante el Defensor del Pueblo, la Autoridad del Agua y ABSA (Aguas Bonaerenses SA), responsable esta última del suministro potable. Les exigen mayor inversión y sobre todo, datos, aunque desde el ente indican que realizan “análisis periódicos” y que los “valores están dentro de lo permitido por las normativas regulatorias”.
El arsénico se encuentra de manera natural en las napas subterráneas debido a formaciones geológicas que se remontan a millones de años. Su consumo prolongado puede derivar en un cuadro clínico conocido como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), que se asocia a distintas patologías como cánceres de piel, pulmón o vejiga, lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos.
Está claro que los organismos oficiales y la empresa a cargo del servicio –en lugar de sugerir a los particulares que efectúen análisis del agua que consumen y que son muy costosos- se hagan cargo de multiplicar esas revisiones en forma periódica y hacer públicos los resultados, para luego adoptar las medidas que los expertos aconsejen.
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