Un relato de duelo y resiliencia en la Región

Un platense ganó el Gran Premio Argentino Histórico con su amigo, tras perder a su esposa con quien planeaba correr. La historia

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Lo que empezó como un sueño compartido en pareja, terminó siendo un homenaje desde el corazón. Mario Gómez, vecino de La Plata, se consagró campeón, en Santa Fe de la Veracruz, del Gran Premio Argentino Histórico 2025, un clásico que reúne a amantes del automovilismo de todo el país. Lo hizo a bordo de un Renault 12 modelo 1976, junto a su amigo y navegante Juan Carlos Quiroga. Pero detrás del triunfo, hay una historia emotiva: Mario había planeado correr la carrera con su esposa, quien falleció apenas diez meses antes. “Ella nos guió desde el cielo”, dijo entre lágrimas al recibir el trofeo.

Mario y su mujer soñaban con competir juntos. Incluso ella llegó a someterse a una operación con el objetivo de poder acompañarlo en esta edición del Gran Premio. Sin embargo, su salud se complicó y finalmente falleció antes de poder cumplir ese deseo. Golpeado por la pérdida, Mario pensó en bajarse del auto y no participar. Fue entonces cuando apareció la figura clave de esta historia: su amigo Juan Carlos Quiroga, también de La Plata, quien lo convenció de subirse al Renault 12 y honrar aquel sueño.

“Juan me insistió para venir. No la pasé bien, pero era lo que quería hacer. Tenía que hacer algo por mi hija y mis nietas para seguir adelante. Este triunfo es para ella”, confesó Mario con la voz quebrada. Y en cada tramo del camino, la presencia de su compañera de vida se sintió fuerte. “Nos guió desde el cielo”, repitió, emocionado.

La carrera tuvo todos los condimentos: caminos largos, etapas desafiantes, clima cambiante y una definición de película. Fue recién en la última etapa, entre Concordia y Santa Fe, que Mario y Juan Carlos lograron quedarse con la punta, superando por apenas 19 centésimas a sus rivales directos. En total fueron seis etapas a ruta abierta, atravesando pueblos y paisajes del país, incluyendo el regreso a las Cataratas del Iguazú, algo que no sucedía desde hacía años.

Más allá de lo deportivo, la historia de estos dos amigos se ganó el corazón de todos los presentes. Juan Carlos también tuvo su dedicatoria: le ofreció el triunfo a su excompañero de ruta, Oscar Peñalva, actualmente internado y en recuperación. “Este triunfo también es de Oscar. Lo logramos en nuestra segunda carrera juntos con Mario, pero hay muchas personas que empujaron con nosotros”, dijo.

Con todo lo expuesto, el Renault 12 con el que compitieron se convirtió en un símbolo. No solo porque fue el primer triunfo de esa marca en la historia del Gran Premio Argentino Histórico, sino porque representó el vínculo de una pareja, la fuerza de la amistad. Así también, la ceremonia de premiación en Santa Fe fue emotiva, con aplausos, lágrimas y abrazos que coronaron un momento que trascendió lo deportivo.

 

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