Un físico de prestigio mundial entre la víctimas de esta modalidad

Paul Frampton llevaba 36 horas en Ezeiza esperando tener noticias de una modelo checa con quien esperaba tener una cita cuando su nombre sonó por los altavoces del aeropuerto. Convencido de que podía tratarse de ella acudió al llamado. Pero no era la chica quien lo reclamaba sino la Policía Aeronáutica, que lo detuvo con 2,080 kilos de cocaína en un compartimento de su valija.

El episodio, que ocurrió el 23 de enero de 2012, podría configurar un caso más más de narcotráfico de no ser porque el detenido fue un físico teórico de prestigio internacional que trabajó con tres premios Nóbel y porque se cree que se trató de una de las modalidades con que operan las “viudas negras” por internet.

Eso no impidió sin embargo que Frampton quedara encerrado durante más de un un año en el pabellón número 4 de la cárcel de Devoto junto a otros 80 presos comunes clamando su inocencia e intentando explicar una historia que resulta increíble, salvo para aquellos que han trabajado con él y lo conocen bien.

La razón por la que el famoso científico se encontraba en Buenos Aires al ser detenido era una exuberante modelo checa a quien nunca había visto en persona pero con quien mantenía una relación por internet. Después de haberla conocido en el sitio de citas Mate1.com, Denise Milani (54 años menor que él), le había propuesto enviarle un pasajes aéreo para que se encontraran en Bolivia, donde ella iba a estar haciendo fotos para una campaña publicitaria. Lo cierto es que la cita resultó plagada de desencuentros desde un principio.

Frampton, que enseñaba en la Universidad de Carolina del Norte, tomó un vuelo desde esa ciudad a La Paz vía Toronto. Pero en Canadá la compañía aérea no le permitió seguir viaje al advertir que su ticket había sido pagado con una tarjeta de crédito falsa. Sin desalentarse por el contratiempo, el profesor esperó en Canadá hasta que la chica le mandara un pasaje bueno.

Para entonces Frampton ya no estaba en contacto con ella sino con un supuesto agente suyo que le envió un pasaje vía Santiago de Chile, donde perdió una conexión que lo hizo llegar dos días más tarde a la cita en La Paz. Allí se quedó diez días alojado en un hotel esperando recibir noticias de la chica. En lugar de eso, recibió un mensaje de texto donde se le pedía que bajara a la entrada para hacerse cargo de una valija que supuestamente le había dejado ella.

“Llegué a La Paz un miércoles, dos días más tarde de lo acordado y me enteré que ella no estaba allí. En ese momento, me tendría que haber vuelto a los Estados Unidos. Pero yo siempre me propongo completar mis proyectos”, contó Frampton, quien asegura no recordar casi al hombre que lo contactó. “Estuve con esa persona un minuto. Estaba oscuro. Era hispano, creo. Podría haber tenido entre 30 y 50 años. No lo reconocería”, dijo.

Lo cierto es que antes de viajar a Buenos Aires, donde la modelo iba a enviarle otro pasaje para que se encontraran finalmente en Bruselas, un amigo de Estados Unidos le advirtió a Frampton del riesgo de embarcarse con una valija ajena. Y no sólo eso: también le contó el caso de Sharon Armstrong, una neocelandesa detenida en abril de año pasado en Ezeiza con cocaína en una valija que un hombre al que conoció en internet le había pedido que le llevara a España. Tras escuchar la historia, el físico se burló de las preocupaciones de su amigo.

Desde el momento en que Frampton quedó preso, los pedidos para que se considere su inocencia no pararon de llover. Todos ellos se basaban en el mismo argumento: su enorme ingenuidad, un rasgo que a muchos les resulta inverosímil dada su gran capacidad intelectual y sus logros académicos en un campo particularmente ríspido como la física teórica.

Frampton cuenta en detalle el episodio del engaño así como su estadía en la cárcel de Devoto en “Tricked!” (engañado) un libro publicado el año pasado en inglés.