El furor por jugar al pool volvió a vivir en La Plata

El tradicional juego es la "vedette" de los bares inaugurados en este último tiempo

Los motivos del regreso pueden ser muchos: que se juega fácil, que es un clásico, que resulta atractivo para personas de varias edades, que es barato o que jugarlo es la mejor forma de "hacer la previa" antes de ir a bailar. Por lo que sea, lo cierto es que el pool, aquel tradicional juego de mesa que en nuestra ciudad brilló en los 60 y tuvo se explosión a mediados de los 80, volvió a las pistas de las tardes y las noches platenses con más fuerza que nunca. La mayoría de los bares inaugurados en este último tiempo lo incorporan como el atractivo principal, y para muchos adolescentes ahora el programa de fin de semana es salir a jugar unas fichitas sobre el siempre impecable paño verde.
"Para los chicos es la previa al boliche. A eso de los doce llenan todo, se juegan unos partidos y después se van a bailar", cuenta Hernán Arias, empleado del pool ubicado en 7 entre 42 y 43, aunque aclara que el fenómeno "no se da sólo entre los adolescentes. Acá viene todo el mundo: chicos en grupo pero también parejas grandes. En la semana, incluso, después de las tres de la tarde vienen los empleados bancarios y se quedan un buen rato jugando en las mesas".
El juego tal como lo conocemos ahora, cuyo objetivo es meter la bola 8 o negra en una de las troneras luego de haber embocado siete bolas del mismo tono (lisas o rayadas, según el jugador), se remonta a principios del siglo XX en Estados Unidos, donde el juego apareció como otra versión del clásico juego de pool americano. Sin embargo, al poco tiempo se extendió por todo el territorio y comenzó a ganar los bares y salones de otras tierras.
En nuestro país, si bien ya en los años treinta se jugaba al pool americano lo mismo que al billar, el juego tuvo su apogeo en los años 60, cuando las mesas de paño verde invadieron bares y los tradicionales clubes de barrio. Luego, el paso del tiempo y la llegada de otro tipo de entretenimientos a fines de los setenta hizo que el juego fuera desapareciendo, para volver a mediados de los ochenta y terminar nuevamente en el ostracismo a principios de los noventa.
"La del ochenta fue una oleada fuerte -recuerda Daniel Calderón, dueño del pool ubicado en 48 entre 11 y diagonal 74-. Ahora volvió otra vez, y parece que con más fuerza. Fijate que la mayoría de los bares que se están abriendo, que son muchos, tienen mesas de pool. Acá tenemos 16 mesas y los fines de semana la gente tiene que sacar turno para jugar. Es impresionante. El boom arrancó en la costa atlántica hace un par de años; después se instaló en Buenos Aires y ahora llegó a La Plata".
Algo parecido es lo que cuenta Alejandra Carmona, empleada del pool de 11 y 55: "Al principio venir acá era una salida de fin de semana, pero ahora también se acerca gente un martes o miércoles a la tarde. En esos días, los que más vienen son los chicos de la escuela, que a la salida de clases les gusta siempre jugarse unas fichas".
Con luces de colores proyectadas sobre la mesa, algo de rock como música de fondo y una estética típicamente norteamericana, los bares de pool intentan por estos días captar tanto a adolescentes como a grupos de adultos. Para Calderón, a diferencia de otras épocas, el juego se está volviendo más masivo debido a que "cambió el entorno; ahora es mucho más tranquilo que antes. En otro tiempo, los lugares con pool no eran muy familiares que digamos. Eso se modificó, ya que ahora se puede ver que hasta vienen a jugar padres con sus hijos".
Entre los motivos del regreso, no son pocos los que apuntan a la popularidad del juego y, sobre todo, al factor económico. "Una ficha cuesta un peso con cincuenta -cuenta Arias-. Si vienen de a cuatro, por tres pesos pueden jugar casi una hora y tomarse algo sin gastar demasiado".
La misma visión tiene Calderón, que al factor económico le agrega el de la simplicidad. "Al pool puede jugar cualquiera -dice-. En ese sentido pasa lo mismo que en su momento sucedió con el paddle. No se necesita ningún tipo de experiencia: una persona que nunca agarró un taco lo hace por primera vez y, mal o bien, ya está jugando".

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