Susana, la diva que está sola y espera

Por séptima vez en su vida, Susana Giménez se encuentra sola. ¿Por qué? Ni la diva de los teléfonos sabe muy bien por qué su vida amorosa es tan oscilante y cambiante. "Su" nunca llegó a compartir la vida durante una década con un mismo hombre. ¿Por qué una mujer que tiene todo -salud, trabajo, fortuna- no puede dar en la tecla en el amor? Al borde de los 60 la diva sigue soñando y está abierta para encarar un nuevo amor.

Para Susana el príncipe azul todavía no llegó, aunque siete veces en su vida así lo creyó durante unos años (sólo se casó con dos de ellos, Mario Sarrabayrouse y Huberto Roviralta). ¿O lo habrá soñado alguna vez con alguno de sus amoríos que nunca quiso oficializar?

Más allá de los interrogantes, Susana en cada inicio de un romance e incluso en una crisis o separación siempre le encontró explicación: "La pasión se acabó..." o "parecíamos más hermanos que una pareja..." o "la llama del amor se fue apagando de a poco..." o "no hay un tercero o tercera en discordia..." o "nadie se separa si sexualmente estás como una diosa", y demás. Pero Su siempre demostró fortaleza, coraje y carácter para recomponer o para poner punto final.

Y con ella las vueltas pueden ir o venir, pero en la generalidad de los casos es la misma diva que se cansa y dice "¡Basta!, hasta acá llegué". Lo acaba de hacer con su última relación con Jorge Corcho Rodríguez: a fines de octubre año pasado la diva usó su programa para confirmar el rumor que venía dando vueltas desde hace más de un mes: "La relación con Jorge Rodríguez terminó". Así a secas, Susana calmó a la prensa del corazón ávida por tener la primicia.

Las cosas se calmaron hasta el verano, cuando secuestraron al padre de Corcho y Susana desde Miami además de escribir una carta pública por la situación social, íntimamente le habría hecho una serie de reproches a su ex al no recibir respuesta a sus frecuentes llamados telefónicos.

ESCANDALOSAS SEPARACIONES

Dos meses atrás se creyó en la posibilidad de una reconciliación con Corcho, pero -evidentemente- todo quedó en el intento. A excepción de Ricardo Darín, Susana rompió con sus ex parejas envuelta en escándalos. La separación de Huberto Roviralta fue el que llegó a las dimensiones más extravagantes y que fue caldo de cultivo no sólo del periodismo amarillo sino, también, de la prensa seria.

La voladura del cenicero que aterrizó en la cara de Roviralta quedó como una imagen que todo el mundo vio, aunque en verdad ocurrió puertas adentro de la mansión de Susana en el coqueto Barrio Parque.

Roviralta planteó la separación en el terreno que la diva maneja a la perfección: el espacio público. Quién mejor que ella para erigir como ejemplo de la desdibujada raya entre la vida pública y la vida privada de los artistas o figuras de otros ámbitos.

Roviralta descolocó a Su porque la que siempre da la cara en los medios es ella. Cuando le tocan ese lugar y es la pareja la que pasa al frente ahí a Susana se le complica el manejo de su vida sentimental ante la prensa.

Salvo Roviralta, ninguna de las restantes parejas de la diva se animó a pisar el terreno público. Todo el protagonismo, el glamour y la fama es "propiedad" de la diva. Rodríguez hizo un toque y luego emprendió la retirada pero lo hizo inmerso en una situación especial: cuando su padre estaba en manos de los secuestradores.

Con el boxeador Carlos Monzón, la diva vivió un fogoso y apasionado romance. Quizá fue el primer hombre de quien verdaderamente Susana se enamoró. Con él mantuvo una tormentosa relación que nació en el rodaje de la película "La Mary" (1974), dirigida por Daniel Tinayre, pero cuando la violencia se coló en la relación producto de los celos se empezó a resquebrajar. Si bien Susana nunca denunció a Monzón por supuestas golpizas -en aquellos años la diva solía aparecer con anteojos negros para tapar los moretones- tuvo el coraje y la fortaleza para romper la pareja aunque el amor seguía ardiendo entre ambos.

AMORES PASAJEROS

Con el apuesto jugador de basquet, Norberto Draghi, empezó más o menos y terminó mal cuando Susana dejó que él manejara por un año su carrera artística. Cuando el dinero se mezcló con el amor la cosa no funcionó. Así, Susana terminó abruptamente la relación.

Ya Susana tenía un antecedente de ser socios en el negocio y en el amor. El productor Héctor Cavallero fue quien lanzó a Susana Giménez como modelo y actriz. Empezó siendo su representante en la década del 70 y terminó noviando con ella.

Pero no fue un amor idílico, sino pasajero. Susana en esos años tuvo una conducta distinta a la que mostró en los años de estrella consagrada: mientras novió con Cavallero la prensa del corazón de aquel entonces le adjudicó otros romances que hasta hoy nunca se oficializaron. Entre otros, se mencionó cerca de Susana a Rodolfo Bebán y Claudio García Satur. Cuando los rumores de las andanzas entre Su y Monzón no paraban de circular vino lo inevitable: la separación de Cavallero.

Se dice que Cavallero también en pleno auge de su carrera le habría pedido a Susana discreción cuando hablara de él. La diva habría cumplido con su palabra, fue como si entre ambos firmaran un pacto implícito y los dos lo respetaron a rajatabla. Después del amor, los dos se siguen evitando tres décadas después.