Alejandro T. no sabe mucho de computadoras ni de Internet pero tiene una teoría que repite hasta el hartazgo: "Si nosotros que somos unos perejiles podemos ver cualquier lugar del mundo con el Google -dice-, imaginate lo que ellos son capaces de ver..."
Alejandro tampoco tiene muy claro quiénes son "ellos" ni mucho menos lo que serían capaces de ver, pero la semana pasada descubrió un sitio en la Web que ofrece rastrear los datos personales de cualquiera y, sin que su esposa lo supiera, pidió que buscaran a una ex novia de la juventud de la que nunca supo nada más. "Me dicen todo -cuenta-: dónde vive, si está casada, de qué trabaja y hasta qué vecinos tiene..."
Aunque su teoría sobre la red de redes y su inquietud por saber qué fue de un viejo amor tal vez no tengan mucho que ver, en el fondo ambas cuestiones están atravesadas por lo mismo: la privacidad. Una privacidad que en tiempos de Internet parece jaqueada por todos lados. Desde páginas que investigan gente hasta sitios para subir videos personales, en la era digital ya nadie parece escaparle a los ojos todopoderosos del ciberespacio. ¿Es realmente así?
"Hay una tendencia de excesiva difusión de situaciones que hasta hace poco tiempo estaban reservadas a la esfera privada", apunta Alejandro Batista, responsable del área de Derecho y Nuevas Tecnologías de la facultad de Ciencias Jurídicas de la UNLP y para quien el auge de los blogs, y el más reciente fenómeno de Youtube, "son un claro ejemplo de la cuestión, tal vez impulsados por esa sensación de cierto anonimato que genera el saberse con una audiencia demasiado grande como para particularizar".
El caso de las páginas que rastrean los datos personales de cualquiera es todo un ejemplo. En este último tiempo sitios como Globinfo, Buscar Personas o Personas Perdidas proliferan con una clientela cada día más creciente y variada. Presentado como "el informe de datos personales más completo de la República Argentina", por ejemplo, Globinfo Argentina (
www.globinfo.com.ar) es un sitio que ofrece rastrear datos personales, comerciales y judiciales de cualquiera con un valor de apenas 18 pesos.
En la página del sitio se explica que los informes que ofrecen pueden incluir datos tales como domicilios y teléfonos, fecha de nacimiento del titular, posible estado civil, posibles familiares y vecinos, profesión y/o ocupación, información comercial relativa a AFIP y el Banco Central y juicios comerciales, entre otros. Además, se explica, todos esos datos son obtenidos a través de una "investigación artesanal" que luego es enviada al solicitante de esa información a través de un cuidado y detallado correo electrónico.
CONDUCTAS DE RIESGOAl margen de estos ejemplos puntuales, sin embargo, los especialistas suelen marcar que los grandes riesgos de perder privacidad están relacionados con algunas conductas que, sin ser del todo concientes, el usuario realiza mientras navega por la Web.
La inclusión de datos personales en el ciberespacio, explica Batista, muchas veces lejos está de ser algo voluntario, y mucho menos fruto de una decisión expresa de autorizar la difusión y la utilización de esos datos. "Formularios, aceptación de términos de uso, cookies o spyware son las formas más comunes de esta 'autorización inconsciente'. Y el escenario se agrava cuando quien está al mando del teclado es un menor".
En este último tiempo, en tren de seguir dando ejemplos, las críticas hacia el rol que Google (el principal buscador de Internet) cumple a la hora de proteger la privacidad estuvieron a la orden del día en Estados Unidos. El cuestionamiento más feroz recayó sobre una nueva aplicación del servicio de mapas del buscador, llamada "Street View" y que permite ver fotos de lugares en las que aparecen personas.
El servicio fue primero señalado como un riesgo para la seguridad del país, pero los debates pronto tomaron otra dirección y fueron hacia las posibles violaciones de la privacidad. ¿Puede Google caputar imágenes de alguien que no sabe que está siendo fotografiado?
Pero los temores y cuestionamientos en torno al Google no sólo se centran en su servicio de mapas con fotos reales, sino que van mucho más allá y toman por estos días dimensiones propias de una película de ciencia ficción. ¿Otro ejemplo? Paranoicos o no, cada vez son más los que temen que el buscador más grande de Internet promueva investigaciones genéticas en procura de encontrar alguna relación entre la computadora y el cerebro humano. Y el temor, hay que decirlo, se basa en que la empresa acaba de comprar una compañía de biotecnología para que estudie si es posible tener en un futuro una pequeña versión de Google que se pueda conectar a la cabeza de una persona.
"Estamos en una etapa muy incipiente respecto de la información total que disponemos en Google -se jactaron hace poco las autoridades del gigante de Internet-. En este momento no podemos siquiera responder a las preguntas más básicas sobre ustedes porque no sabemos lo suficiente. El objetivo es permitir que los usuarios de Google puedan plantear preguntas como qué haré mañana y qué empleo debo aceptar".
¿FANTASIA VIRTUAL?La idea de que Google pueda estar planeando conectarnos a todos a su computadora central -como se imagina en The Matrix- podría haber sido considerada una fantasía virtual si las autoridades del grupo no hubieran declarado que la meta de la empresa durante los próximos cinco años era recoger tantos datos personales como fuera posible sobre los usuarios de computadoras, como medio de mejorar la calidad de sus resultados de búsqueda. El caso ahora abre interrogantes y plantea una vez más el debate en torno a la privacidad en la era digital.
Pero no es lo único: así como la privacidad parece cada vez más jaqueada en las aguas del ciberespacio, la exposición excesiva de las vidas personales parece otra de las tendencias que suman adeptos en los laberintos de Internet. Pocas modas ligadas a las nuevas tecnologías, de hecho, han experimentado un desarrollo tan gigantesco como la de los blogs o fotologs, esas páginas personales en donde cualquiera cuenta y muestra lo que quiere de su vida a cualquiera que le interese mirarla.
Gratuitos, fáciles de crear y de manejar, los weblogs o blogs ofrecen a cualquiera que tenga un conocimiento mínimo de Internet y de manejo de PC la posibilidad de crear un espacio donde se puede publicar "cualquier cosa".
Los números en torno al fenómeno abruman. Aunque las estadísticas quedan desactualizadas segundo a segundo, se estima que en la actualidad hay en funcionamiento más de 60 millones de blogs en todo el mundo. Y si bien se estima que cada segundo nace un nuevo blog en la Red, con la misma facilidad con la que salen al mundo virtual desaparecen. La gran mayoría no logra superar los dos meses de vida.
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