Crater Corona del Inca, un desafío del turismo aventura

Un rincón espectacular de La Rioja que premia a los que llegan con vistas inigualables

Una de las más importantes expediciones del turismo de aventura en Argentina es la que permite llegar, en la provincia de La Rioja, al crater Corona del Inca, ubicado a más de 5.500 metros sobre el nivel del mar.

El cráter tiene un hermoso lago de aguas color azul zafiro de 350 metros de profundidad. Se trata de una travesía de máxima dificultad por la bellísima cordillera riojana, sorteando encrucijadas de piedras y ríos de arena volcánica.

Para realizar la expedición, sólo desde octubre a abril, hay que ir en un vehículo todo terreno con más de un neumático de auxilio, llevar handys y cámaras de oxígeno, y más que nada, una muy buena condición física que posibilite llegar a la altura en la que se encuentra el lugar.

El cráter, ubicado en el oeste riojano, es la cima de una antigua montaña que, por la actividad volcánica se desplomó sobre sí misma formando este "hueco" de 5 kilómetros de diámetro total. La expulsión de ceniza, y otras formas de materias expelidas crearon una especie de anillo donde el agua del deshielo de los penitentes que rodean la cima se depositó en el centro, formando el lago de dos kilómetros de largo por uno de ancho.

La expedición a Corona del Inca se puede realizar desde el pueblo de Alto Jague o desde Vinchina. La excursión es un extenuante viaje través de campos de arena volcánica que dura no menos de 7 horas.

LA TRAVESIA

Tan deslumbrante como la meta final de este viaje, es el camino que conduce hacia ella. Desde el pueblo de Alto Jague se toma la Ruta provincial 26 que atraviesa la cordillera hacia el paso internacional Pircas Negras. Inicialmente se pasa por la reserva provincial Laguna Brava, a partir de la cual se asciende por las suaves lomadas de la quebrada Santo Domingo hasta llegar a la "Quebrada del Peñón".

A la orilla de la ruta hay una curiosa construcción circular de paredes de piedra y argamasa (mezcla de cal y tierra) de 5 metros de diámetro por 3,50 de altura. Su arquitectura -similar a la de un iglú- termina en una cupula con una pequeña abertura en la parte superior. Se trata de uno de los trece refugios de la zona construidos entre 1864 y 1873 para albergar a los arrieros que conducían ganado a Chile.

Al final de la quebrada termina el pavimento y se prosigue por un camino de ripio que conduce a través de lomadas de arena a la Laguna Brava, un ámbito acuático muy bonito en donde habitan numerosos flamencos.

Luego el viaje continúa sin mucha dificultad por una suave pendiente hasta llegar a la Pampa del Veladero, un imponente valle desértico. A la derecha del camino aparece la vista más asombrosa del viaje: una extensa ladera en la que se levantan millares de "penitentes", unos filosos montículos de hielo que aun con el calor del verano mantienen su forma puntiaguda.

EN ASCENSO

En ese punto comienza el ascenso más exigente. El único lugar para seguir avanzando es el lecho del río Veladero que desciende con poco caudal. La huella por donde se transita sube encajonada entre dos paredes de roca, y se debe franquear el río en cuatro oportunidades hasta llegar a la orilla más pareja. Después se desemboca en un amplio lecho de arena húmeda que dificulta el avance de las 4x4.

Más adelante se abandona el río para hacer un desvío de unos 500 metros hacia el noroeste y allí aparece un gigantesco cordón montañoso. Los cerros Veladero y Bonete, cada uno de los cuales ronda los 6.500 metros de altura, custodian el valle por el que se transita mientras varios grupos de penitentes aparecen de manera espaciada.

Se prosigue el viaje y la cumbre nevada del cerro Piscis se presenta de frente, con sus 6.882 metros (el segundo pico más alto de América).

EL CRATER

El camino continúa por unas lomadas de arena, y luego de un amplio curvón se descubre la cumbre de Corona del Inca. Las camionetas trepan con dificultad el filo de la montaña donde aparece el resplandor de los glaciares que encierran un cráter rodeado de picos y montañas de un promedio de 6.500 metros de altura.

Esas lomadas rodean, como una corona de hielo, un lago de aguas azules que burbujean sin explicación aparente.

La belleza del lugar impacta. Es uno de los paisajes más lindos y extraños del país

Llegar a la cima del cráter Corona del Inca es ingresar a un sitio único y colorido en el que, cubiertas por kilométricas planicies de ceniza negra, coladas de basalto y túneles de lava desplomados constituyen un verdadero tesoro geológico.

Al dejar el vehículo se viene el desafío final consistente en descender a pie hasta la orilla del lago.

La gran dimensión del cráter hace perder la noción de las proporciones. El lago parece cercano pero la caminata sobre la arena insume más de una hora.

DATOS UTILES

Recomendaciones

La expedición no es recomendable para menores de 12 años ni para personas de edad avanzada o salud delicada. Se requiere óptimo estado físico y aptitud para la altura.

Es obligatorio notificarse en el Cuerpo de Guardaparques de Laguna Brava antes de emprender el viaje.

Excursiones

En agencias de viajes de la ciudad de La Rioja puede contratarse esta excursión ya que se provee al turista de todos los elementos necesarios y se lo lleva en el vehículo del guía. Los costos son cambiantes y depende de si el viaje se completa con una jornada adicional para recorrer la reserva de Laguna Brava, o si se debe esperar en Vichina que al día siguiente mejoren las condiciones climáticas. Pero el paseo al cráter cuesta en promedio, 1.300 pesos por persona.

Alojamiento

En la ciudad de Vinchina, el costo diario de una habitación de hotel para hasta cuatro personas es de 100 pesos diarios (Hotel Yoma, Tel. 03825-494082), tarifa que incluye desayuno y estacionamiento.

Cómo llegar

Entre la capital riojana y Vinchina hay 384 kilómetros que se cubren por la Ruta 38 hasta Patquía, en donde se toma la Ruta 150 hasta Talampaya y desde allí la 76 hasta llegar a destino.

De Vinchina, por ruta 26 a Alto Jague hay 40 kilómetros, 98 hasta la reserva Laguna Brava, y 195 hasta el cráter Corona del Inca.

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