TRES POEMAS PARA MI NIETA (de mi reciente libro "Milagro de Martes")
| 26 de Enero de 2010 | 00:00

IMAGEN
Si tu imagen se alojó por mis entrañas
ocupando ese lugar inmaculado
se hizo arte, como obra irrepetible
y es tesoro de valor ilimitado.
Con tu rostro se engalana una vitrina
y se ganan los concursos más cerrados
porque suelen definirse a todo elogio
si la envidia se arrincona hacia un costado.
Con tu imagen concluí como imposibles
mis intentos de vestir portarretratos
porque vuela hacia el perfil que la consagra
como ejemplo de virtudes y presagios.
Delicada expresión de la hermosura
que dispara la emoción, el comentario
y los nervios de huracanes y poetas
que conspiran en el grito desbocado.
Es tu imagen de tibieza quien dibuja
las caricias al abuelo en mil abrazos
desde el blanco territorio de inocencia
desde el verbo del estreno balbuceado.
Son sabores que alimentan esta vida
con la magia del amor más elevado
que ha nacido por tu cuna colorida
un noviembre de fulgores y de encanto.
LA RANA RUIDOSA
¿No la viste a la ranita
que cantaba ayer de tarde?.
Pensé que estaba escondida
detrás del helecho grande
y le arrojé tanta agua
utilizando dos baldes
creyendo que bien mojada
acallaría su arte.
Dormías tu dulce sueño
y a ella, sin importarle
se le ocurrió un repertorio
de salsa, marchas y valses
cual vecina que molesta
a mi princesita suave
arruinándole su siesta
empeñada en despertarle.
Cerré todas las ventanas
hasta el portón del garaje
pues sumaba su concierto
a los ruidos de la calle
donde los coches y motos
autobuses escolares
y, por supuesto, camiones
circulan a todo escape.
Al final la irrespetuosa
olvidó sus tonos graves
se asustó al verlo a Dalton
el gato de los Fernández
con un ovillo de lana
que trajo y sin preguntarle
se la llevó rezongando
atada como un matambre.
ABUELO QUE LLAMA
Si vienes con tu mochila
mañana por la mañana
mejor que venga vacía
mejor no le pongas nada.
Lo bueno será que llegues
temprano, con muchas ganas
de leer un cuento nuevo
con el abuelo en la cama.
No te abrigues demasiado
que mi casa estará cálida
nos aguardan los chanchitos
elefantes y jirafas.
¿Te acordás de la muñeca
que tiene botas rosadas?
te está esperando dormida
por si querés despertarla.
También tendrás los juguetes
que encerrados en sus cajas
flamantes, serán sorpresa
para vos cuando las abras.
No te olvides tus sonrisas
el babero y el pijama
vení, traé tus dientitos
yo ya compré las manzanas.
Pasaremos muy juntitos
disfrutando la jornada
vos me darás cien caricias
y yo contendré una lágrima.
Inolvidables momentos
que la vida nos depara
colmándonos de ternura
los espacios, toda el alma
desde mejillas jugosas
y un bla-bla que se le escapa
como diciéndome: - Abuelo:
seguro que iré mañana -.
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