ANDABAN POR ALLÍ, AHORA ESTÁN AQUÍ

EL OTOÑO

 

Dame tu sombrero

que con mi pincel

lo unto con mostaza

y así me lo pondré.

 

Dame un caramelo

crocante, no de miel

que cruja entre los dientes

y así lo comeré.

 

Ya estoy disfrazado

de otoño, como ves

soy la hojita seca

que tienes bajo el pie.

 

LA CARTA

 

En este día, mamita,

quise escribirte una carta

busqué palabras bonitas

hechas de oro y de plata

y un papel en blanco puse

sobre la mesa de casa.

 

Tomé el lápiz más nuevito

que papá me regalara

me ayudé con un cuaderno

que estaba bajo mi cama

donde había una lectura

que la maestra nos daba.

 

Pero llegado el momento

de darle forma a mi carta

una lágrima traviesa

se deslizó por mi cara

y cayó sobre la hoja

que mis frases esperaba.

 

Allí quedé sin moverme

pensando cuánto te amaba

se hizo todo silencio

y no encontré las palabras

para escribir que te quiero

con toda, toda, mi alma.

 

UNA CARICIA

 

En este día, papito

una caricia te traigo

la encontré muy calladita

escondida por el patio.

 

La tengo aquí, dormidita

la llevo así, entre mis manos

tiene tan bellos colores

y es tibia como los pájaros.

 

Es una dulce caricia

que se despierta cantando

sonríe junto a las flores

que nacen en el verano.

 

En este día, papito

es para ti, de regalo

esta caricia que dice

lo mucho que yo te amo.

 

LA LLUVIA

 

Moja que me moja

hasta el almacén

voy por los fideos

pan y querosén.

 

Moja que me moja

todo el pantalón

juego entre los charcos

que hay junto al cordón.

 

Moja que me moja

entre los sapitos

yo me vuelvo a casa

con mucho apetito.

 

SI USTED SUPIERA, MAESTRA

 

Si usted supiera, Maestra

lo que ocurrió esta mañana

cuando el sol amanecía

luego de la noche larga

despertando los colores

del paisaje de mis sábanas.

 

Sin calzarme los zapatos

antes de lavar mi cara

vestí mi piel de sonrisas

me despedí de mi almohada

y como un pájaro libre

me posé sobre su cama.

 

Ella dormía su sueño

en sus cabellos de plata

eran palomas sus manos

era su rostro fragancias

yo la besé con ternura

en un abrazo sin pausas.

 

Mamita linda te quiero

le susurré por el alba.

Nos inundamos del llanto

de la alegría del alma

como queriendo, Maestra

darle a la vida mil gracias.

 

 

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