Todavía lejos de lo que ambiciona, el "Lobo" necesita profundizar el modelo

A medida que avanza el campeonato, aquellas sensaciones iniciales sobre las características de la Primera "B" Nacional, se ratifican con múltiples ejemplos. Cada fin de semana reparte amarguras y sonrisas a diferentes protagonistas. Transcurridas doce fechas, el latiguillo "en esta picadora de carne cualquiera le gana a cualquiera" asume fuerza de ley. Este torneo castiga como pocos la soberbia de los que se creen superiores. Quedó demostrado que nadie está exento de recibir un furibundo cachetazo.

¿Qué hay que tener para ascender? La pregunta del millón deriva en una receta tan compleja como exigente. Para subir hay que tener, obviamente, buenos jugadores, hombres que demuestren su jerarquía, aunque con ese único poderío ni por asomo alcanza para treparse al escalón superior. La primera caída del gran candidato (no creí que Aldosivi podía ser el verdugo de River) significó otra muestra más del enorme nivel de dificultad que representa transitar por la segunda división argentina.

Aquella etiqueta que pregona "jugar, correr y meter" como consejo salvador, se queda corta. El oficio, la fortaleza anímica, un impecable estado atlético, conocer y aplicar hasta el límite permitido algunas mañas y, fundamentalmente, la virtud de no dejar de luchar hasta el último pitazo del árbitro, son algunos (seguro que hay más) de los atributos que tampoco deben faltar en el menú de quienes sueñan con el ascenso. Gimnasia y su nuevo cuerpo técnico van aprendiendo, juntos, esta dificilísima lección.

CONDUCTOR SE BUSCA

El regreso de Troglio acentuó el perfil ofensivo de este "Lobo" que sigue necesitando un estratega en tres cuartos de cancha; un conductor que indique el camino a seguir. En una tarde floja de Vittor, regular de Capurro e incómoda de De Blasis (recostado sobre la derecha pierde el setenta por ciento de la incidencia que alcanza por el carril del medio y trabajando como media punta), volvió a notarse la falta de un guía. Y no hay que pensar en una figura rutilante; en este nivel también puede haber enganches de utilidad.

Pregunto, ¿tan loco sería darle una oportunidad como titular a Rodrigo Marangoni? Por lo menos se sabe que es un "diez" clásico, como los de antes, de esos que tanto se extrañan. Quizás no funcione, pero poco se perdería con probarlo. ¿Quién fue el conductor el último sábado? ¿De Blasis? No, y menos extraditado a una banda. ¿Fernandes Silva? Me gustó su forma de encarar, pero tampoco ¿Capurro? Mucho menos ¿Chaves? No está en sus características. ¿Y entonces? El resultado en la dinámica del juego fue que nadie se hizo cargo de una función que ha sido, es y seguirá siendo clave en las aspiraciones ofensivas de cualquier equipo de fútbol. Para ganar atacando con cinco delanteros, con cuatro o con uno solo apostando al contragolpe, se necesita un conductor que clarifique el vértigo y las ansias de sus compañeros.

Con quince puntos (cuatro triunfos, tres empates y cinco derrotas), el "Lobo" de Pedro hoy está bastante lejos de la zona de ascenso, pero sabido es que a esta historia le faltan muchos capítulos. La única lucha que se pierde es la que se abandona. Gimnasia deberá ser constante y criterioso en su búsqueda. Mereció ganar frente a Boca Unidos de Corrientes y no lo consiguió. Engordando su fortaleza en defensa y teniendo un conductor que le de fluidez a sus ataques, es probable que se acerque más a la parte más linda de la tabla.