Compañeros en un ritual de por vida

Hay que hacerse cargo de numerosas gestiones: averiguar números de teléfono, enviar correo electrónico, reservar mesa en algún bar o restaurante, recaudar fondos, preparar souvenires y audiovisuales. Tareas que resultan trabajosas y tediosas para el más pintado, pero ellos, los "decanos" en organizar reencuentros de egresados, realizan con alegría y pasión, obedeciendo un mandato intangible pero poderoso que combina cariño, nostalgia y urgencia por vivir a pleno cada minuto. Por estos días, varios grupos de ex compañeros de colegio que superaron hace rato los 70 preparan sus celebraciones anuales; son caras visibles de un fenómeno que crece, se afirma y se renueva en la Ciudad con cada temporada.

"Es una vez al año, último sábado de septiembre, sin falta... y ya llevamos 62 ediciones consecutivas". Sentado en el tradicional bar del microcentro platense en que tres veces por semana se reúne la "mesa chica" de la promoción 1948 del Nacional para compartir un café, Julio Marmonti repasa lo que para todos ellos es motivo de orgullo: "desde 1949, cuando se cumplió el primer aniversario del egreso, nos tomamos la cita casi religiosamente; participar en un encuentro de amigos, de pares, en el que se habla un poco de todo: fútbol, política, pasiones del pasado, el presente y el futuro. Algunos venimos juntos desde el primer grado en la Anexa, es toda una vida... No debe haber muchos grupos que con sus integrantes rondando los 80 años hayan logrado esto".

En esta ocasión se reunirán el sábado 1 de octubre, para un almuerzo; el año pasado, fueron 33. "Viene gente de Mar del Plata, de Brandsen, de la capital federal; abogados, médicos, la mayoría profesionales pero también comerciantes" explica Marmonti: "todos somos iguales". Raúl Mariño agrega que "al Nacional lo llevamos en el corazón; lo vivimos en su esplendor educativo y edilicio, fuimos testigos de los malos tiempos, y ahora lo vemos restaurado de nuevo. Participamos de varios actos allí, e incluso nos dimos el gusto de plantar un árbol en sus jardines".

"La gente del centro de ex-alumnos nos ayudó mucho; también colocamos un placa cuando fueron los 50 años de egresados" recuerda Marmonti, y agrega: "hacemos cosas tranquilas, qué va a ser, ¡no somos de la época de las 'vueltas olímpicas'...! Nos gusta rendir esos homenajes; ojo, sabemos que cada vez vamos a ser menos, pero tenemos nuestra filosofía: ser amigos y compañeros, en las buenas y en las malas, mientras sigamos en el camino. Después, cada uno guardará el recuerdo a su manera".

"Pisando los talones" a la promoción 1948 del Nacional están las egresadas 1951 del Normal Nº1, que el próximo sábado celebrarán los 60 años de aquella jornada inolvidable. "Va a estar muy lindo y emocionante, es una gran alegría volver al colegio" se entusiasma Blanca Arturi: "estamos preparando un audiovisual con fotos que aportamos entre todas, volveremos a las aulas y a escuchar el timbre de los recreos".

"Con las ex compañeras de mi división, 5º'A', llevamos sesenta años reuniéndonos, sin interrupciones; de hecho, conservo el cuaderno del secundario, y paso lista con él" explica Blanca, encargada de la organización con Beba Carri y Lucrecia Taboada: "hemos quedado veinte, algunas con 'pata de palo' pero andando... De todos modos, este año será especial".

Arturi recuerda los viajes realizados en las postrimerías de la década del '40 hacia Tandil y Sierra de La Ventana, entre otros destinos turísticos de la Provincia, y destaca que su colegio "está igual... quizás un poco más desprolijo, pero eran otros tiempos y éramos todas mujeres. Ahora hay un ritmo bastante alocado".

Uno de los mecanismos habituales a la hora de las convocatorias es que un grupo reducido se dé cita para convenir una fecha, intercambiar teléfonos y tomar las primeras decisiones. Después los contactos se publican en el diario, comienzan los llamados y los envíos de correo electrónico. Quienes participan asiduamente en los eventos coinciden en que "la adolescencia en el colegio te queda marcada a fuego, y aflora enseguida entre ex compañeros; las cargadas, los apodos, las aventuras que se magnifican con el tiempo, todo se vive como si hubiera sido ayer".

En abril pasado, las egresadas 1965 del María Auxiliadora evocaron en una confitería céntrica esa imborrable etapa, y renovaron la promesa de seguir encontrándose cada año. "Vivimos juntas una época inolvidable -algunas estuvimos juntas desde primer grado hasta quinto año- que recreamos con mucho cariño; al menos una vez por año, y en ocasiones dos o tres" cuenta Noemí "Mimi" Girard: "nunca hemos perdido el contacto, y el colegio promueve un fuerte sentido de pertenencia entre sus ex alumnas. Si bien nos juntamos en restaurantes o bares, también nos gusta hacerlo en alguna casa, porque así podemos conversar y ponernos al día, que es lo que más disfrutamos".

Entre los grupos que preparan reencuentros para lo que resta del año, se cuentan también las maestras egresadas en 1961 de 5º4a del Normal 2, y los ex-alumnos del Liceo Víctor Mercante, promoción 1971.