Un musulmán iraní desató el terror en un café de Sidney: tres muertos

SIDNEY.- Un musulmán iraní identificado como Man Haron Monis (50), que llegó a mantener a 17 rehenes en una cafetería en Sidney, murió ayer en una confrontación con la policía, luego de que agentes fuertemente armados irrumpieran, en medio de una lluvia de balas, en el interior del lugar donde el hombre armado tenía retenidas a varias personas.

La crisis, que duró más de 16 horas, terminó con otras dos personas muertas -un hombre de 34 años y una mujer de 38- y cuatro heridas.

La odisea llegó a su fin cuando se oyó una intensa explosión en el Lindt Chocolat Café y cinco personas salieron corriendo. Momentos después, la policía entró en medio de detonaciones, gritos y fogonazos. Un robot de la escuadra de explosivos también ingresó al edificio.

Una rehén recibió un disparo en una pierna y permanece grave pero estable en el Hospital Royal North Shore, mientras que al menos otras dos personas salieron en camilla, también heridas y en estado de conmoción, y la policía sacó en andas a una mujer con crisis de llanto.

Man Haron Monis enfrentaba cargos por agresión sexual y complicidad de asesinato en casos separados. El individuo estaba desde hacía mucho tiempo bajo el radar de la policía. El año pasado había sido condenado a 300 horas de servicio comunitario por haber escrito cartas ofensivas a las familias de los soldados muertos en Afganistán. Posteriormente fue acusado de ser cómplice del asesinato de su ex esposa. A principios de este año, fue acusado de agresión sexual a una mujer en 2002. Estaba en libertad bajo fianza por esos cargos.

“NO FUE UN ACTO TERRORISTA”

“Se trata de un individuo fuera de lo común. No ha sido un hecho de terrorismo o un acto concertado”, afirmó su ex abogado, Manny Conditsis, en declaraciones a la prensa. “Su ideología siempre fue tan intensa y tan poderosa que nubló su visión en cuanto a sentido común y objetividad”, agregó Conditsis.

Horas antes de que concluyera la crisis, cinco personas escaparon del sitio donde el hombre armado retenía a un número indeterminado de personas. Antes, pudo verse a través de la vidriera a dos personas en el interior del establecimiento que sostenían una bandera con una declaración de fe islámica que ha sido empleada por extremistas, planteando el temor a que se estuviera desarrollando un incidente terrorista en el corazón de la mayor ciudad de Australia.

Las primeras tres personas que salieron del edificio huyeron del Lindt Chocolat Café seis horas después del comienzo de la crisis y poco después otras dos mujeres corrieron hacia la policía que esperaba fuera. Ambas usaban delantales con el logotipo de la firma de chocolates Lindt y parecían ser empleadas del negocio.

La policía declinó informar sobre el número exacto de rehenes dentro de la cafetería, cuáles creían que serían los motivos del sospechoso o si había hecho demandas, ni tampoco explicó si los rehenes que habían salido se habían escapado o se les había dejado marchar.

El drama comenzó en torno a las 9:45 de la mañana del lunes (noche del domingo en Argentina) en Martin Place, una plaza en el corazón del distrito financiero y comercial de la ciudad que está llena de compradores buscando regalos en esta época del año. Muchos de los que estaban en el café se habrían visto atrapados cuando pararon a tomar algo a la mañana.

Imágenes de TV mostraron a varias personas con las manos en alto en el interior del local, que apoyaban las manos contra la vidriera, y a dos personas sosteniendo lo que parecía ser una bandera negra con la “Shahada”, o declaración islámica de fe. El texto de la Shahada se traduce como “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Está considerado como el primero de los cinco pilares del Islam y los expertos lo comparan al Padre Nuestro en el cristianismo. Está muy extendido en la cultura islámica, apareciendo por ejemplo en la bandera verde de Arabia Saudita. Grupos yihadistas también han utilizado el texto en su propia bandera negra.

Varios grupos de musulmanes australianos condenaron la toma de rehenes en una declaración conjunta y dijeron que la declaración en la bandera era “un testimonio de fe que fue distorsionado por individuos desorientados”.

Cientos de policías inundaron la zona, donde se cortaron calles y evacuaron oficinas. Se advirtió al público que se mantuviera alejado de la plaza, donde se ubican la oficina del Primer Ministro, del Banco de la Reserva de Australia y la sede de dos de los mayores bancos del país. El Parlamento estatal se encuentra a unas pocas cuadras.