Gimnasia apostaba a más
Edición Impresa | 25 de Febrero de 2014 | 00:00
COMENTARIO
Por NICOLAS NARDINI
Los de Troglio salieron como una tromba desde el primer segundo, pero una distracción en el tramo final del complemento empezó a complicar la historia para Gimnasia, en un trámite que pintaba para fiesta.
LO EMPEZO A GANAR EN EL VESTUARIO
Hacer una buena entrada en calor en lo físico no es ninguna novedad. Ahora bien, tal vez sí lo sea añadirle una entrada en calor psicológica, emocional. Gimnasia saltó a la cancha con una determinación digna de un equipo que quería llevarse por delante a su rival desde la primera milésima de segundo.
El gol tempranero le dio confianza a un Gimnasia que venía de caer en Rosario. Tras la ventaja inicial el equipo siguió buscando. Tuvo dinámica por los costados y mucha convicción para ganar la batalla en la mitad de la cancha.
Correa se convirtió, por potencia y picardía, en una pesadilla para el fondo Pirata. Por sus embestidas, fue un dolor de cabeza para la zaga celeste. De tanto ir, no pudieron pararlo y le cometieron el penal que Licht cambió por gol.
DESATENCION FATAL
Cuando el Lobo se encaminaba para liquidar definitivamente el partido, se durmió en una acción de pelota parada en defensa (otra vez) y el Pirata, que no había hecho prácticamente nada, descontó en el marcador.
Fue un golpe duro para irse al descanso. En el complemento el equipo empezó a cambiar golpe por golpe ante un adversario que sí comenzó a complicar. Después llegó la fatídica acción del colombiano Erik Correa (ver tema página 3) y el Lobo se quedó sin su as en el terreno.
El cimbronazo anímico incluso pudo haber pesado sobre los jugadores. Gimnasia volvió a mostrar fallas y los de Córdoba lo empataron por Velázquez. Antes, García decretaba el tercer gol albiazul mal anulado por el árbitro. En definitiva, fue un segundo tiempo que encerró un cúmulo de malas noticias. Y un empate con sabor a poco.
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