Lo balean para quitarle la moto en Olmos

EN ESTE SITIO, 44 Y 203, EL JOVEN DE 24 AÑOS RECIBIÓ UN TIRO EN UNA PIERNA EL MIÉRCOLES A LA TARDE. LOS MOTOCHORROS HUYERON

Romelio Jiménez Acosta, boliviano y de 24 años, había estado trabajando todo el miércoles en la quinta junto a su familia. Era la misma rutina de todos los días, en su pequeña propiedad de Olmos. Cuando por fin llegó el momento de un poco de distensión y el sol ya había caído, la historia viró en 180 grados.

El muchacho tomó su moto y arrancó desde su casa, en 208 y 49, rumbo a algún almacén del barrio para hacer las compras, contaron sus vecinos. Recorrió las cinco cuadras que lo separan de la avenida 44 y dobló hacia la ruta 36.

Eran aproximadamente las 19.15, señalaron voceros policiales. Romelio había llegado hasta 44 y 203 cuando se le aparecieron dos delincuentes que lo empezaron a increpar a punta de pistola.

No se sabe si la víctima opuso alguna clase de resistencia. Ni bien lo encerraron y lo encañonaron sonó el estruendo de un disparo del arma de los ladrones: le habían tirado a una pierna.

En un gesto ya característico de esta naturaleza de robos, los delincuentes dieron media vuelta, dejaron al joven desangrándose en el suelo, uno de ellos se subió a la Honda Titán que les interesó llevarse y ambos arrancaron a todo motor. El segundo asaltante iba en una moto parecida, también de baja cilindrada.

Pasó un minuto hasta que la escena se pobló de peatones que empezaron a llamar al 911. La Policía procuró tardar lo menos posible por la gravedad del caso. A Romelio lo trasladaron de urgencia al hospital de Romero, informaron fuentes policiales.

En ese centro médico se recupera el joven, dolorido, un poco consternado pero con la compañía de sus familiares.

Su pronóstico, afirmaron los distintos voceros, hablaba de una recuperación pronta.

Los agentes de la comisaría de Olmos trabajaron en las horas siguientes al hecho en procura de dar con los autores. Al parecer, “los delincuentes no serían de la zona pero habría indicios para hacerles un seguimiento”, admitió una fuente policial.

una epidemia

La historia de Romelio es una de tantas en las que los motociclistas se convierten en la presa elegida por los delincuentes que, también al manubrio de una moto, están al acecho de quienes circulan en algún momento y lugar en el que no hay patrulleros a la vista.

El listado de robos de motos que terminan con alguien herido de bala -casi siempre las víctimas- tuvo su antecedente más cercano el martes a la tarde, en la puerta de un colegio de 9 y 81.

A este año lo caracterizó un aumento destacado de la inseguridad en Olmos, que tal vez tuvo su pico máximo en febrero, cuando fueron a robar una verdulería de 44 entre 184 y 185, quemaron el local con la familia adentro y su dueño murió 10 días después.

Hace tres semanas, en 183 entre 63 y 64, a una chica que se había bajado del micro la hirieron con un cuchillo para sacarle la cartera.