Ataques en el agua: rayas, palometas y bacterias, más agresivas por el clima

Una bacteria que mata a dos personas en las playas de Punta del Este, el ataque de una raya en una playa de Misiones que deja tres heridos, la presencia amenazadora de palometas, que en los últimos años provocaron lesiones a varios bañistas, incluso en playas donde no solían atacar, como las de Rosario, a orillas del Paraná, o las de Vicente López, en el Río de La Plata. Y detrás de cada uno de estos episodios, la explicación de los especialistas que en cada uno de los casos mencionados destacaron al calor del agua como uno de las causas posibles e instalaron un interrogante: ¿para los bañistas en las aguas de la región será necesario aprender a convivir con nuevos peligros?

Las opiniones alrededor de esta pregunta son diversas. Algunos ecologistas creen que el cambio climático está provocando un incremento de la temperatura de las aguas y que, entre las posibles consecuencias de ese factor, se cuenta la posibilidad de que algunas especies de peces tengan comportamientos más agresivos y de que algunos microorganismos propios de mares más cálidos aparezcan con más frecuencia en la región.

Otros se muestran más cautos a la hora de relacionar estos episodios con el cambio climático, aunque sí mencionan al calor ocasional del agua, por ejemplo, durante una ola de calor, como un factor que favorece la aparición de estos peligros.

El último caso se produjo en Punta del Este, donde dos personas fallecieron entre diciembre y enero por causa de una bacteria conocida como vibro vulnificus, mientras otras dos resultaron afectadas y están en tratamiento.

Según se explicó desde el ministerio de Salud Pública del Uruguay, las dos personas fallecidas eran de edad avanzada (84 y 90 años, ésta última de nacionalidad argentina) y vincularon la presencia de la bacteria a un aumento de la temperatura de las aguas después de registrarse lluvias en la costa uruguaya. Mientras tanto, el infectólogo Amadeo Esposto, jefe de Infectología del Hospital San Martín, destacó que la aparición de esa bacteria se puede considerar “un hecho excepcional en las costas de la Región”, ya que se trata de un organismo cuya presencia es más común en mares templados, como el Mediterráneo o las costas de Miami, donde se reporta un promedio de un centenar de casos anuales de infección por este agente.

La bacteria vibro vulnificus es capaz de provocar lesiones graves en la piel y partes blandas de personas de edad avanzada, especialmente vulnerables o inmunodeprimidas y trastornos gastrointestinales en la población en general.

Horacio De Beláustegui, licenciado en biología y presidente de la Fundación Biósfera, dice que no se puede descartar una relación entre la aparición de este tipo de peligros y los efectos del cambio climático.

“El cambio climático se produce por el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera y eso produce el aumento de las temperaturas que a su vez tiene muchas otras consecuencias, como el desplazamiento de poblaciones que afecta a los ecosistemas. Así, como en el aire vemos que en nuestra región los estorninos y otras aves exóticas que vienen del norte se establecen si no encuentran depredadores desplazando a otras especies, también en el mar se pueden producir cambios: cambian las isotermas que unen puntos de igual temperatura y pueden aparecer en aguas que antes no le eran propias organismos típicos de aguas cálidas”, dice De Beláustegui.

rayas y palometas

El mismo día que se conoció el caso del argentino muerto en las playas de Punta del Este tras tener contacto con la bacteria vibro vulnificus, tres bañistas en Misiones resultaban heridos tras ser atacados por rayas y palometas.

Todo sucedió en la Playa Miguel Lanús, ubicada a la orilla del Paraná y los casos se atendieron ambulatoriamente, ya que no revistieron gravedad. Entre los factores que se barajaron para explicar este caso se contaron dos: el calor, que al decir de los especialistas altera el comportamiento de algunos peces y los puede tornar más agresivos, y la habilitación de nuevos balnearios en zonas con poca agua y presencia habitual de rayas o palometas.

Los casos de ataques de palometas ya habían sido noticia a partir del año 2013. En diciembre de ese año 70 personas que se bañaban a orillas del Paraná resultaron heridas por palometas, dos de ellos niños que perdieron las falanges.

En este caso también se mencionó a la alta temperatura del agua como un factor decisivo en el comportamiento agresivo de los animales.

Días más tarde se sucedieron casos de agresiones por palometas que tuvieron gran repercusión, especialmente porque se dieron lejos del área donde se consideran más comunes, como el norte argentino, tales como en las playas de Vicente López.

Si bien los especialistas son cautos en relacionar estos casos con el cambio climático, sí destacan que las altas temperaturas de las aguas no sólo pueden motivar una mayor agresividad en el comportamiento de los peces, sino también favorecer que se expandan hacia nuevas zonas cuando se registra una mayor temperatura de las aguas.