Amaranto, el “pseudocereal” de mayas, aztecas e incas que alimenta a los astronautas
| 19 de Noviembre de 2016 | 23:33

El amaranto es un cultivo poco conocido de América que se utiliza como grano y verdura de hoja, pero que es una importante promesa para alimentar al mundo y una de las plantas tropicales infraexplotadas con un valor económico más prometedor, según el informe “Perspectivas modernas de un cultivo antiguo” de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (NAS).
Este organismo considera al amaranto como el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano, según la Asociación Mexicana del Amaranto, AMA, que explica que esta planta alcanza de 0,5 a 3 metros de altura y posee hojas anchas y flores púrpuras, naranjas, rojas y doradas.
LA NASA
Por su parte la NASA seleccionó el amaranto para alimentar a los astronautas por su alto valor nutritivo y aprovechamiento integral, entre otras razones, y comenzó a cultivarse en los viajes espaciales desde 1985, cuando germinó en la nave Atlantis.
Por algo incluso los astronautas comen este alimento considerado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sabor y cocción similar a las de los cereales, que es bueno para las dolencias cardiovasculares, el dolor de estómago y la anemia
Según la AMA las tres especies de Amarhantus que producen semilla más apreciadas son el ‘Caudatus’, cultivado en Los Andes y como planta ornamental); el ‘Cruentus’, originaria de México y Centroamérica, donde se cultiva para obtener grano y también se consume como verdura; y el ‘Hipochondriacus’, procedente del centro de México y cultivado para obtener grano.
Una panícula (panoja) parecida al sorgo y formada por muchas espigas que alojan a una pequeña semilla, de entre 0,9 y 1,7 milímetros diámetro, es el principal producto de esta planta con la que se elaboran harinas y dulces, y cuyo origen se ha ubicado en Centro y Norteamérica (México y Guatemala) y Sudamérica (Perú y Ecuador), según esta organización.
Según la AMA, junto con el maíz, el fríjol y la chía, el amaranto fue uno de los principales alimentos de las culturas precolombinas de América. Para los mayas, aztecas e incas fue la principal fuente de proteínas y se consumía como verdura y grano reventado, además estuvo asociado a los ritos religiosos a los dioses y a la visión cósmica de estas culturas.
Según opina la investigadora Blanca Hernández, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación: “el amaranto es un pseudocereal, ya que no pertenece a la familia de las gramíneas como los cereales, pero produce granos y semillas como éstos y, desde hace años, se emplea con la misma utilidad como harinas”. Efectivamente, tras casi desaparecer, el amaranto está recobrando su presencia en la agricultura y la alimentación, cultivándose en las mismas zonas de la época precolombina, consumiéndose principalmente como pseudocereal “reventado” para elaborar galletas, tortas, tortillas, mazapanes, empanadillas, jarabes, harinas, cereales enriquecidos, bebidas y tortillas.
Además está cobrando un nuevo auge social, como demuestra una iniciativa México Tierra de Amaranto, MTA, organización que cuenta con el apoyo de empresas y la red de emprendedores sociales Ashoka.
AMINOACIDOS
“El amaranto posee altos niveles de lisina, un aminoácido importante para el organismo del que, en general, los cereales son escasos, y una combinación muy buena de otros aminoácidos. Además contiene más proteínas que los cereales sin gluten”, según la médica especialista en Nutrición Mónica Katz.
“Una taza de este alimento aporta 28 gramos de proteínas, mientras que una de arroz tiene 13 gramos”, confirma la doctora Katz, directora de posgrados en Nutrición de la Universidad Favaloro en Argentina.
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