Una pulseada con la mira puesta en 2017

El reparto de los espacios de poder en la Provincia, en medio de la “rosca”

El acuerdo que se alcanzó anoche pasadas las 21.30 en el Senado bonaerense llegó al final de una larga y espinosa negociación en la que tanto el oficialismo como la oposición buscaron fortalecerse de cara al escenario político futuro.

En rigor, el Presupuesto, el endeudamiento y la Ley Impositiva para el año próximo fueron el disparador de una pelea con la mira en 2017, cuando el gobierno de María Eugenia Vidal deberá enfrentar su primer desafío en las urnas.

Con un borrador de acuerdo que contemplaba aspectos centrales, como el monto de los fondos para los municipios, la pulseada se centró en los últimos días en el reparto de los espacios de poder, como los sillones como el esquema de autoridades en Diputados y la Defensoría del Pueblo.

En ese marco, el dato clave que terminó de cristalizarse ayer fue la imposibilidad entre los diferentes sectores del peronismo de alcanzar un acuerdo. La unidad entre los intendentes del Grupo Esmeralda, los del Grupo Fénix, el kirchnerismo, el randazzismo, La Cámpora y el Movimiento Evita, que buscó empujar a Vidal a revisar su acuerdo de gobernabilidad con el massismo, nunca terminó de tomar forma.

La negociación dejó, así, varias certezas. En principio, la vigencia del acuerdo político entre Vidal y Sergio Massa, en medio de las turbulencias a nivel nacional entre el presidente Mauricio Macri y el líder del Frente Renovador.

Pero además, terminó de ubicar a los intendentes “dialoguistas” del Grupo Esmeralda, y a los legisladores que les responden, como los interlocutores elegidos dentro del complejo universo del peronismo bonaerense por Vidal para garantizar gobernabilidad en la Provincia.

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