Los grandes jugadores asoman en los momentos difíciles

Con dos golazos le puso fin a una sequía que ya preocupaba

G astón Nicolás Fernández volvió por sus fueros. Y necesitó de un poco más de media hora de juego para volver a calzárselos. Se sabe, alguien que vuelva por sus fueros recupera, pues, la importancia y el orgullo perdidos.

El mediocampista andaba de capa caída. Su andar en el campo de juego asomaba errático e impreciso, con lo mucho que lo necesitaba Estudiantes que llevaba más de 300 minutos sin marcar goles, sequía que había puesto en serio peligro la chance de acceder a la Copa Libertadores, el objetivo que venía persiguiendo luego que Lanús se le tornó inalcanzable en la Zona 2.

Justo la Gata se fue a eclipsar futbolísticamente cuando el equipo necesitaba tanto de él. Pero los buenos jugadores siempre cuentan con un plus que, sobre la marcha, los hace salir de la oscuridad para situarse en el centro de la escena y con la luz a pleno proyectándose sobre ellos.

Y precisamente Gastón Fernández irrumpió anoche en el Estadio Ciudad de La Plata cuando el partido se había complicado.

Ganaba Boca con un gol en evidente posición adelantada cuando la Gata puso las cosas en su lugar con un golazo. Fernández siempre aparece cuando más se le necesita. A los 23’ apareció en el área boquense por el medio en procura de una pelota que venía desde la derecha impulsada por Sánchez y con un toque sutil le cambió el palo al golero Sara para estampar el empate transitorio en uno. Y enseguida picó hacia el área por el medio intuyendo que Facundo Sánchez, que escapaba por la derecha, iba a meter el centro por arriba, cosa que así ocurrió, y con una notable noción de tiempo y distancia y aprovechando que Sara salió a destiempo, puso la cabeza y no le quedó otra alternativa que ir a gritarle su alegría a la gente.

Esa gente que luego, al grito de “La Gata no se va”, le retribuyó su reconocimiento y le tiró también un mensaje a la dirigencia de que le renueven el contrato al oriundo de Avellaneda, para que le renueven el contrato que caduca a fines de junio próximo.

Aquella falta de gol que directamente se había traducido en la pérdida de puntos importantes en una instancia clave del campeonato, no solamente preocupó a todo el mundo, sino especialmente a la Gata Fernández, que al respecto había dejado deslizar que “a lo largo del torneo hicimos muchos goles, pero en las últimas fechas no convertimos y el equipo lo siente. Esperamos volver a convertir en lo que resta del campeonato”, y anoche eso se hizo realidad. Y él tuvo muchísimo que ver. Cuando se fue de la cancha relevado por el pibe Marchioni, se fue envuelto en una catarata de aploausos. Se los merecía.

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