Investigan la muerte de un joven en un recital de La Renga
| 18 de Julio de 2016 | 02:28

Un joven de 26 años falleció anteanoche durante un recital de La Renga en la ciudad de Santiago del Estero, presuntamente por una “muerte súbita” relacionada con la afección cardíaca que padecía.
Se trata de Sebastián Medina, quien se descompensó mientras disfrutaba del show que la banda brindó en Plaza Añoranza y fue trasladado de urgencia al Hospital Regional, donde ingresó sin vida, según un diario local.
Según informaron familiares de la víctima, Medina padecía afecciones cardíacas y se encontraba bajo tratamiento médico por esa condición.
De acuerdo a los primeros informes habría sufrido una “muerte súbita”, pero será igualmente una autopsia la que determine fehacientemente las causas del deceso.
Sebastián Medina estudiaba el profesorado en historia en la Universidad Nacional y antes del recital, había participado junto a su familia de la Marcha de los Bombos y visitado la Feria Artesanal.
No es la primera muerte que se produce en el contexto de un show de esta banda ya que el año pasado Ismael Sosa, de 24 años, apareció muerto tras haber sido detenido por la Policía en la localidad cordobesa de Villa Rumipal.
Un poco más atrás en el tiempo, en 2011, una bengala lanzada el autódromo Roberto Mouras de nuestra ciudad terminó con la vida de Miguel Ramírez, de 32 años, que había ido a presenciar un recital de este grupo de rock.
Por este caso, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de La Plata condenó a nueve años de prisión al joven que arrojó el artefacto.
La Justicia lo halló culpable del delito de “homicidio simple con dolo eventual”, es decir que debió representarse que con su accionar podía causar la muerte de una persona.
La mamá de Miguel Ramírez (32), dijo en su momento que no estaba de acuerdo con la condena: “Pedimos 20 años de cárcel para Iván Fontán por haber matado a mi hijo”. Iván tenía 27 años cuando murió. Y el drama de su familia no terminó: su hermano se suicidó poco después. “No aguantó el dolor de la pérdida de su hermano y se suicidó. Ahora tengo cinco nietos, que no tienen papá”, dijo la mujer, acongojada.
La noche del 30 de abril de ese año, Miguel Ramírez era uno de los casi 50.000 que empezaban a saltar y cantar en el inicio del recital de La Renga.
Allí estaba con Los Mismos de Siempre, el grupo de José C. Paz con el que seguía a su banda favorita. Algo más alejado del tumulto, estaba Iván Fontán. Había llegado con un trapo recién hecho desde su lejano Ingeniero White, en el sur bonaerense. A la hora del ritual de inicio del concierto, encendió, por primera vez en su vida, una bengala, que falló y salió dirigida hacia el público. En medio del pogo, Miguel cayó herido de gravedad y a los pocos días falleció.
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